viernes, 31 de marzo de 2017

Reflejo

Me dormí después de que los pajaros cantaron, a punta de un trago solitario pues no había nadie con quien hablar mis penas. Después de acabarme el cigarrillo al son del himno,  caminé buscando la cama a tientas, y me encontré con un alma en pena, que resulté ser yo mismo. El reflejo sacó a relucir mis verdades, mi perfil obsesivo, mi poesía reinventada, mi goce, mis cariños inhóspitos y mis rencores innombrables, y ahí, en frente de todo, veía la huella de tu paso sobre mi ceño, tu labial en mis mejillas, la sed que avivaste en mi lengua y jamás saciaste de lleno. Yo que creí haberte olvidado, me topé con un fantasma, y como cualquiera que se topa con uno, palidecí y me sentí timado, volteando casi de inmediato al pecho, buscando tu rastro, tu hogar, pero busqué en vano. Sí que te habías ido. El espejo sacó mis verdades, y la verdad es que no te olvido, pero ya no te amo, no como antes.

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