lunes, 27 de marzo de 2017

Mirar atrás

A estas alturas, mirar atrás es avergonzarse, pero no me mal entiendan, no me arrepiento de nada. Es cierto que cometí muchos errores, algunos se solucionaron con el tiempo y otros, se guardaron ese privilegio para sí mismos y me dejaron el rencor como consuelo. Esos son los que más recuerdo, los que vale atesorar cada vez que doy otro paso, cuando me levanto en las mañanas o cuando quiero estar triste. Esos que reviví cuando se repetía la historia, de vez para bien, pero más a peor. Entonces se hacen más fracasos y más experiencias con sabiduría de por medio, con ganas de no volver a repetir. A veces, las mejores perspectivas vienen desde el agujero, pues sólo cuando el Sol no está, es que se extraña la luz del día.

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