Como una nube de hadas negras apareces plaga de la soledad, mordiendo la manzana de la discordia mientras te encaminas al siguiente destino, al siguiente corazón, a la futura alma en pena.
Descendiente de eclipse, te escondes entre los hombres llamando su atención, atontando sus sentidos, entumeciendo sus lenguas con la tuya viperina y tomas de ellos lo que dices es tuyo por derecho.
¡Oh! ¡Condena mía el conocerte!Que un instante te ha bastado para cautivarme y que estas líneas escribiese, una víctima más he sido del cascabel a tus espaldas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario