viernes, 10 de marzo de 2017

Escenario perfecto

Era el modelo de escenario perfecto. La noche se había encendido en el bosque, el frío era poderoso pero un aliado de las circunstancias, pues acercó a esas dos almas de a poco a la fogata, hasta que sus rostros quedaron iluminados por el fuego. Estaban solos, lo suficiente como para sentirse cómodos, acompañados del viento y de los sonidos ocasionales de la vida nocturna. No había espacio para el miedo, tampoco para razones, titubeos o tristeza, el alcohol los había corrido a todos e invitó a pasar al corazón.  

El empezó a abrirse, a decir lo que de antemano ya se sabía, el secreto a oídos, el sentimiento más sincero que se ocultaba siempre tras una sonrisa conformista. Pero entonces, ella empezó a decir lo que tampoco era un secreto, y de poco, las estrellas se ocultaron, el frío se volvió cruel, la fogata se extinguió, la cerveza se metabolizó y en ese momento ni siquiera el bosque fue suficientemente grande para ocultar la tristeza. Ella lloró, el se quebró y a pesar de ser el escenario perfecto decidieron "quizás en otro momento".

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