sábado, 29 de septiembre de 2012

El aroma y sonido del otoño.

Algunas palabras tan simples en melodía, han llenado a los corazones desdichados de la tersa noche. Los corazones lloran uno junto al otro, pero no se escuchan, como si estuviesen en habitaciones diferentes. Había conocido ya algunas historias contadas por los viejos, pero jamás comprendía los finales tristes y desahuciantes. Una tras otra, las historias se apilaban en mis oídos, en mis memorias; en ninguna logré entender el sentimiento del deprimente escritor, y cuestionaba el porque de escribir en esas condiciones tan decadentes y similares a los peores escenarios del mundo.



Ahora, con el sonar de las palabras simples, es que por fin escucho mi propio corazón, que si bien se apaña por una conversación egocéntrica, me encuentro en disposición de acompañarle hasta la madrugada. Es el viejo amigo que hace años no escuchaba. Me habla de mis errores, y de como una infección perdió la voz en mas de una ocasión. Que aquí todos son culpables de la vida, y que deberíamos cargar con nuestra cruz como es debido. Pero el y yo sabemos que Dios nos hizo humanos, y como tales, imperfectos, avariciosos y desquiciados. Reímos por aguantar las tristezas del pasado, y hemos brindado en tequila unos caballitos que alivie el dolor dentro nuestro. 

Ha caído la noche tan rápido, y nosotros aun no queremos parar de dar nuestros pasos torpes, que el medicamento ha sobre pasado las grietas de los heridos. Lloramos entre ratos, y entre otros discutimos como idiotas dando consejos malos y balbuceando verdades. Pero mañana nadie se acordará, así que esta bien abrir la boca, y dejar que los malos pensamientos se vuelvan presas del olvido, que acecha sigilosamente en la ventana.


Solo en esta noche, es que comprendo las historias en pena que deambulan en mi cabeza desde aquella vez. Regresan a mi en una retrospectiva amarga, pero con aires de realidad y dolor. Lo inhalo y me quiebro en unos instantes, pero solo puedo seguir respirando, esperando hallar un sentido; ya no a las historias, sino al humilde escritor que ha nacido en este clima tan maravilloso.

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