viernes, 7 de abril de 2017

Mamá

A veces quisiera estar solo, libre de lazos, libre de mí, dedicarme a la inercia de los días y al tiempo en destiempo de mis necesidades, que si bien pocas, aun están haciendo fila en la entrada de mi cuerpo, aglomerándose cual multitud primero, luego jauría y después silencio. Ese silencio tiene nombre de mujer y siempre llega a poner orden, a repartir sermones pero también cariños, comprensión y amores. Se llama Gloria, y tal cual, siempre llega al final, cuando el barco está perdido, cuando queda un sólo cabo suelto por cortar, o cuando en la noche ya no queda ningún ruido. Llega y me hace temblar, a la parte de mí que se da por vencido y se entrega a lo eterno, dejándome en blanco, pero nunca solo. No, ella me arropa cuando el frío acaece, susurra su nombre, su vida, y tararea esas canciones que de niño fueron mi paz y tranquilidad. Hoy Gloria celebrará, reirá, se agotará, y al final del día, volverá al silencio, ese que no me da miedo escuchar, ese con aspecto de mamá.

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