lunes, 27 de febrero de 2017

Historia del bar

La vio al otro lado del bar, sentada sola en una mesa con un mojito. A pesar de venir con amigos, su mirada se perdía continuamente en la misma dirección, en la barra al lado del vaso con hierbabuena.

Ella siente que alguien le observa. Voltea a ver a los alrededores y nota al hombre, pero decide que no es diferente a los demás, que no se atreverá a arruinarle su soledad.

Él hombre nota que ella voltea, decide ser más precavido, pero también siente esperanza, esperando que ella vuelva a voltear y crear un sentimiento de complicidad, confusión, quizás deseo.

Ella pide otro trago. Mientras espera, voltea nuevamente y vuelve a notar esa mirada perseguidora. Se siente un tanto incómoda, pero no es nada nuevo, opta por pensar que aun existe decencia en el mundo.

Él nota un cruce de miradas, que en su mente duró el segundo más largo del año. Decide que hay oportunidad, así que prende un cigarrillo para calmar sus nervios y así verse más interesante.

Ella odia el cigarrillo. Pide otra bebida, voltea tratando de disimular pero le ha fallado. Al menos, debería sentir que esta incómoda y dejará su actitud acosadora.

Él nota otra vez su mirada. Definitivamente hay esperanza. Termina de golpe su cerveza, apaga el cigarrillo y camina con dudosa seguridad hacia la barra.

"No lo hagas, no vengas", piensa mientras escucha los pasos del hombre por encima de la música. Se gira un poco, intentando mostrar que no está disponible para él.

Él llega a la barra. Y suelta un "no he podido dejar de mirarte toda la noche, necesito saber como te llamas, te necesito en mi vida"

Ella abre la boca pero no pronuncia ni una palabra.

La bartender responde "me llamo Erika, mi turno acaba a las tres".

Ella pide otro trago.






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