sábado, 4 de febrero de 2017

Ensayo 34.5

Miércoles 7 de Diciembre

Hablo a una antigua conocida. Hace meses que no sabía de ella y si bien, nunca platicamos en realidad, la conversación fluyó indefinidamente. Me habla del bachillerato y entonces, me doy cuenta que es apenas una chiquilla. Hoy es su fiesta de graduación y no se ha medido con las copas; en parte creo que le hacen confiar más en mí, una llamada por demás oportuna para los dos: ella tiene a alguien que la quiere cuidar en su estado, yo tengo a alguien que me haga compañía. Llega a casa en la madrugada y me quedo a su lado hasta que concilia el sueño. Vaya noche.

Jueves 8 de Diciembre

La mañana llega y después de desayunar, me decido a hablarle. Parece no tener resaca, lo cual ya es un alivio, y me cuenta de su día a día sin rodeos. Ella vive en otro país, lo cual ya deducía por su acento bastante marcado, parece bastante madura para su edad y también muy abierta, pues la plática dura horas, hasta que cae la noche nuevamente, cortando unicamente para comer y otras actividades imprescindibles. Me agrada esta niña.

Viernes 9 de Diciembre

Sorpresa. Mi familia hará un viaje a ese dicho país, con un poco de suerte, puede que la vea. Su voz es dulce pero también firme, quizás algo testaruda, quizás algo consentida.

Sabado 10 de Diciembre

Pido detalles del viaje, así como también le pregunto a ella en que parte exacta del país vive. Entonces, me entero que aun así vive a 12 horas de camino en autobus. Puede que no la vea después de todo. Su silueta es esbelta, desarrollada para su edad, bastante agradable a la vista. El viaje empieza mañana por la noche.

Domingo 11 de Diciembre

 En la mañana, mientras hablaba con ella, mencionó que allá no venden ciertos postres de chocolate, así que como loco fui en busca de él de tienda en tienda, hasta que en la tercera los encontré. Espero sobrevivan al viaje. A ella le gustan las cosas dulces y a mi también. Ella vela porque tenga un buen vuelo y eso me trae paz. Llegué al hotel, le avisé que estaba bien y me dediqué a descansar.

Lunes 12 de Diciembre

El segundo vuelo es por la mañana, justo antes de abordar hablo con ella, y como si no importase en lo absoluto, le suelto un "me gustas". Ella me cree suficientemente grande para entender todo lo que eso conlleva. Me sobreestima y lo agradezco. "Un amor platónico de paso" pensé en ese momento, mientras que en el vuelo, soñé por un instante una historia diferente, donde ella también sentía algo por mí y cual hermosa tragedia buscábamos estar juntos contra todas las adversidades. Me levanté riéndome de mí mismo, porque aun me quedan indicios de esperanza. A ella le gusta ver al cielo, así que me quedo contemplando las nubes, por la ventanilla, a veces dando formas, a veces como parte de un todo. Al llegar y hablarle, todo seguía con un sabor normal.

Martes 13 de Diciembre

El tercer día toca descansar. Estamos en la capital, y me dedico a turistear con la familia, que a fín de cuentas vine con ellos. En la noche vuelvo a saber de ella, y la bombardeo con insinuaciones ocasionales, con honestidad brutal, con mis labios mandando el único mensaje del kamikaze. 

Y funciona. 

Ella mide lo mismo que yo, lo cual, si bien me causa un poco de conflicto, termino encontrando sensual.

Miércoles 14 de Diciembre

Me cuenta de sus antiguas relaciones, de hombres mayores que vio con cariño y a la distancia, dejándola en el momento menos previsto. Empiezo a notar que no es ninguna santa, lo cual es un alivio porque puedo ser tan perverso como siempre. 

Jueves 15 de Diciembre

Estuve recapitulando una y otra vez la conversación, pero no hay un punto intermedio entre lo que he dicho y lo que viene a continuación. Empezó un capítulo meloso y codependiente entre nosotros. Hablábamos día y noche cual si fuera la primera vez, inclusive más; un tono cursi se apoderó de nuestras voces y chirridos de besos se escuchaban en lugar de silencios, manteniendo el hilo ininterrumpidamente. Sus labios son gruesos y carnosos, irresistibles a la vista y a otros labios.

Le he contado que no he fumado desde que empecé el viaje, y que las ansias me carcomen. Ella me ha incitado a dejar el cigarro a punta de besos. Lo pensaré. De veras que lo pensaré.

Viernes 16 de Diciembre
Hablamos de nuestras familias, nuestros hermanos... acabo de caer en cuenta que tiene la misma edad que mi hermano y eso me perturba hasta cierto punto, pero con tantas cosas buenas por delante... ¿porqué fijarse en los detalles? Su cuello es largo, ideal para besar lentamente y perderse un rato entre paraísos.

Sabado 17 de Diciembre

Mi hermano y yo fuimos invitados a una discoteca, y si bien la idea no me atrajo en lo absoluto, terminé siendo arrastrado allá a costa del buen ánimo de mi hermano. Sin embargo, me hizo falta predecir la inconformidad de ella, lo cual terminó por desatar mi cólera a todos los que me rodeaban, y dejando a unos pasos de volver a fumar, pero aun sin explicarmelo, me controlé, salí de ahí, pedí disculpas a todos y me acurruqué solo en la cama fría. Quisiera abrazarle en la cama, mientras muevo su cabello corto para susurrar una disculpa.

Domingo 18 de Diciembre

Le saludo y ella está cortante. Decido explicarle todo lo sucedido el día anterior y sabiendo que no caí en el cigarro, se da por bien servida. Hoy es el primer día que no siento necesidad de un cigarro en mucho tiempo, me siento algo libre, algo extraño, pero podría acostumbrarme. Me siento agradecido con ella y se lo demuestro de la única forma que se puede a la distancia: ofreciéndole mi tiempo completo. Sus manos son delgadas y estéticas como sólo ellas, suaves a mi tacto, dulces a mi gusto, quisiera sostenerlas por siempre.

Lunes 19 de Diciembre

Hoy la pasión empezó a tomar forma de mujer, de una silueta digna de sueños humedos, de un hombre que la busca cual cazador furtivo, a la vez temeroso por ser cazado. Ella me pregunta porque me empeño con ella. No hay una respuesta como tal, aunque caigo en cuenta de muchas cosas. Siempre estuve en busca de alguien que me hiciese sonreir a pesar de las circunstancias, que comprendiese mi depresión y no buscase forzar una sonrisa, porque también existen los días de lluvia y sirven para extrañar al Sol; que aun así, estuviese ahí, confiando en mi vuelta al camino, sin busqueda de perfectos, sólo de cariño. Su piel es bronceada por el clima tropical de su ciudad, quizás un tanto naranja.

Martes 20 de Diciembre

Dulce de sabor foráneo
ven y sacude mis sentidos,
hazme sentir encantado,
no me dejes salir vivo.

Suave eres entre mis labios
y en el alma un torbellino
de sentimientos encontrados;
muestrame parte del camino

que me guíe hacia tus manos,
que me deje en el exilio
de lo que ha sido un pasado
de propósitos perdidos.

A tu boca dejame imantado,
a tus ojos dejame testigo
del sabor de cada día a tu lado
y del encanto de sentirnos vivos.

Miércoles 21 de Diciembre
 
Me ha tocado viajar con la familia a una ciudad cercana, reconocida por sus precios accesibles en ropa y calzado, uno de esos lugares que no importa mucho conocer. Estando ahí, la he liado con ella, pues me he puesto hablar de una exnovia en una forma un tanto despectiva para su gusto. En ese punto, llevaba horas caminando, atrapado en el tráfico, soportando el mal humor de mi madre y mi hermano, por lo que argumenté que si hablaba así, es porque era parte de mí, un defecto pero a fin de cuentas mío. Vaya estupidez. Su moral es muy correcta cuando toca hablar de otros, pero de frente se acaban los modales.

 Jueves 22 de Diciembre

La vida es como un tren que no se detiene por más que queramos. Habrá momentos amargos, insoportables, llamémosles mareos pasajeros, pero uno no puede bajarse, sólo tratar de reponerse y tratar de pasarlo lo mejor posible, porque el día que el tren pare, puede que no lo querramos. Mi tren ahora está cerca de una parada maravillosa. Le decía todo eso mientras explicaba una canción que le había dedicado. Ella quiere dedicarse al diseño, pero no ha podido entrar en la universidad que quería. 

Viernes 23 de Diciembre

He hablado con mi padrastro al respecto de ella. Se lo ha tomado exagaradamente bien, al punto que me ha sugerido como irme a verla. Queda la parte difícil, que es mi madre. 

Me gustan sus pequeños detalles, como su obsesión por la ortografía, su pereza perpetua, el buenos días y el buenas noches que nunca faltan, su risa tan bella que se compadece de mis chistes malos, sus gestos que me hacen sentir más cerca, la ternura, la perversión, los cariños, sus preocupaciones, su sinceridad en todo caso, sus anhelos, sus sueños que pienso compartir a su lado, la imagen de una cama acompañado cada día.


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