Números a oídos sordos,
oídos que no saben escuchar;
un maestro muestra su corto
pensamiento y fuerza de ideal.
Aunque quisiera dar un ojo por ojo,
mi inquietud me lleva a curiosear,
soy débil a quedar absorto
en un mundo de mera ingenuidad.
Pero aun sin valor me ve este loco
engreído por su título en la UNAM;
pareciera fue ayer cuando el loco
aun pretendía querer escuchar...
Divaga y divaga entre los tontos,
listos pretendiéndole escuchar;
ahora ya no se quien es el loco,
el maestro, el poeta o la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario