Canté con el corazón tanto tiempo,
que mis arterias se desgastaron,
el sístole y el diástole se desarmaron
por el descuido de querer eterno.
Siempre acepté un tercer intento,
porque los primeros no estaban equivocados;
todo es parte de un destino desalmado,
a mi parecer de los mejores inventos .
Esperas la respuesta del tormento,
por aquella que haga su llamado
que te lleve a sentir el más amado
o te deje en las fauces del haberno.
Muerte al débil en invierno,
Arriba el fuerte en el verano;
aun sigo esperando aquel otoño,
junto al veredicto de un mal juzgado.
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