Hoy levantaste siete antes siete,
con una alarma prematura,
aun no sabías lo que se siente,
lo que es el miedo a las alturas.
Cepillaste diente por diente,
tu cabello dejas bajo una gorra;
aunque aun sobraran mas de veinte,
no podías negarle a la señora.
Si fácil va, fácil viene;
aun llegando a buena hora,
los otros nunca atienen
la disposición de tu persona.
Descansaste en cama caliente,
te olvidaste de la ternura,
del amor y el terrateniente,
quizás en un bolsillo, quizás una ranura.
Llegaste al paraíso verde,
aquel que los cinco añoran;
pero la nostalgia del mequetrefe
puede mas que un alma sola.
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