Pondré tus manos cerca ,
arriba donde nadie las alcance
e incendiare esta noche;
calentare tu cara hasta tostar.
Abrazare tus caderas,
porque los caminos que caminan arden,
por el vino en tu coche
que llegue inevitable a derramar.
Hablando es cuando mermas
el deseo de no llegar tarde
al incendio sobre tu escote
y a la piel con alma de animal.
Un sueño se incinera,
y aunque trates de encontrarme,
las llamas ven el borde
del activo de lo más mortal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario