martes, 28 de febrero de 2017

El gato.

Era un gato casero que soñaba con salir de casa. Sus cuidadores no se lo permitían, argumentando que era demasiado peligroso para él y que no podría valerse allá por sí mismo, pero ellos de vez en cuando salían y parecían divertirse. "Algo increíble debo estarme perdiendo" pensó.

Entonces un día, cuando alguien salía, se atravesó en el azote de la puerta, lo cual lo dejó algo atontado, pero también dejó la puerta abierta. Esta era su oportunidad. Bajó los cuatro pisos, llegando a la planta baja agotado por la falta de condición, pero eso no le impidió correr un poco entre los arbustos y las flores que había a su alrededor, se sentía fresco, sucio, pensando que así debía sentirse la libertad. 

Poco después se encontró con otro gato, lo cual lo dejó perplejo, pues jamás había visto otro como el; la mayor diferencia, era que este gato era delgado y más ágil. Intentó saludarle, pero este lo atacó y logró aruñarlo antes de poder huir. Estaba confundido, nadie antes lo había atacado, no había razones para hacerlo, pues él era adorable y perezoso. Cuando empezó a recobrar el aliento, sintió hambre, pero no había comida cerca, no había platos con croquetas ni agua. Pidió comida a seres que se parecían a sus cuidadores, pero sólo recibió patadas y que jugasen con él, nada de alimento. Al cabo de un rato, empezó a llover. Era tan raro para él que cayese agua y no ver quien la tiraba, ni encontrar tampoco un lugar a donde correr, sólo esconderse. Debajo de un auto, pasó la noche temblando, lamentándose haber salido. Al día siguiente empezó a maullar en la puerta de su hogar, y luego de un rato abrieron, abrazándolo, cargándolo, acariciándolo. Lo alimentaron, lo llevaron al veterinario y se aseguraron que estuviese sano nuevamente. "Jamás debí haber salido"

Moraleja: Si no tienes huevos, no lo hagas.

lunes, 27 de febrero de 2017

El abuelo

-Abuelo, ¿porqué tienes que morir?

-Porque he hecho lo que tenía que hacer, conocí el amor y todas sus presentaciones, vi a mis hijos crecer y volverse personas de bien, cometí errores, pero al final me valieron más los aciertos. Me niego rotundamente a que llegue el día donde me vuelva una carga para los que me aman y al final, me olviden. 

-No lo entiendo...

-Algún día lo harás.

Ese día llegó cuando escribía un trabajo de la escuela, y preguntaron que haría cuando llegase a viejo. También cuando buscaba mi primer trabajo, cuando conocí al amor de mi vida, y en el momento que conseguí todo lo que había querido. Entonces desperté.

Historia del bar

La vio al otro lado del bar, sentada sola en una mesa con un mojito. A pesar de venir con amigos, su mirada se perdía continuamente en la misma dirección, en la barra al lado del vaso con hierbabuena.

Ella siente que alguien le observa. Voltea a ver a los alrededores y nota al hombre, pero decide que no es diferente a los demás, que no se atreverá a arruinarle su soledad.

Él hombre nota que ella voltea, decide ser más precavido, pero también siente esperanza, esperando que ella vuelva a voltear y crear un sentimiento de complicidad, confusión, quizás deseo.

Ella pide otro trago. Mientras espera, voltea nuevamente y vuelve a notar esa mirada perseguidora. Se siente un tanto incómoda, pero no es nada nuevo, opta por pensar que aun existe decencia en el mundo.

Él nota un cruce de miradas, que en su mente duró el segundo más largo del año. Decide que hay oportunidad, así que prende un cigarrillo para calmar sus nervios y así verse más interesante.

Ella odia el cigarrillo. Pide otra bebida, voltea tratando de disimular pero le ha fallado. Al menos, debería sentir que esta incómoda y dejará su actitud acosadora.

Él nota otra vez su mirada. Definitivamente hay esperanza. Termina de golpe su cerveza, apaga el cigarrillo y camina con dudosa seguridad hacia la barra.

"No lo hagas, no vengas", piensa mientras escucha los pasos del hombre por encima de la música. Se gira un poco, intentando mostrar que no está disponible para él.

Él llega a la barra. Y suelta un "no he podido dejar de mirarte toda la noche, necesito saber como te llamas, te necesito en mi vida"

Ella abre la boca pero no pronuncia ni una palabra.

La bartender responde "me llamo Erika, mi turno acaba a las tres".

Ella pide otro trago.






domingo, 26 de febrero de 2017

El vagabundo del Maelstrom

El maelstrom era una abominación de la naturaleza, un mito con pequeños indicios de realidad, relatos de marineros ebrios, excéntricos de caminar y evidentemente disfuncionales de cualquier relación interpersonal que durase más de 20 minutos. Un monstruo como tal, fuese en el mar o en la tierra, era imposible de concebir, como el triángulo de las Bermudas, como los vampiros, pero el hecho que se apareciese en un lugar tan factible y por demás caótico como en las costas de Lofoten, hacía del monstruo una realidad. Es cierto que a veces era posible percibir el torbellino triturador rompiendo la superficie del mar, a veces tragándose embarcaciones completas, como si de mero papel se tratase, apenas una merienda indigna para el gigante océano, sin importar todas las vidas humanas (y a veces también del comercio animal) que llevaba a su final; las leyendas iban aun más lejos, como si de un agujero de gusano se tratase, un ser viviente que se asomaba para alimentarse de lo que cayese en sus fauces. Decían que los peces evitaban dichas corrientes, pero de vez en cuando, uno que otro era arrastrado en un descuido y así mantenían al monstruo tranquilo por un momento. 

Tantas historias y fantasías llevaron a aquel hombre a las fauces del monstruo. Cansado de su miserable vida y envuelto en sus delirios de sortear la fama de grandes hombres desafiantes de las tempestades como Odiseo, Ozymandias o David, decidió que si había de morir, debía ser a manos de una leyenda, y quizás de ese modo, quedar impregnado con un poco de su singularidad, partiendo entonces en un pequeño bote, y dirigiéndose al punto donde los relatos se cruzaban, entre Sorland y Vaeroy. 

Había dejado una carta que leería su mejor amigo (por no decir el único), donde mencionaba que debía hablar de su hazaña al pueblo, al mundo de ser posible, cediendo parte de su tarea de vida a otro como ya le era costumbre, y como quien replicaba dichos favores a los mismos elementos. A pesar de lo egoísta de su deseo para con su familia, jamás pidió disculpas, sentía que este era el clímax que siempre buscó y que le pedían encontrar, cansados de sus delirios de escritor y de crítico empedernido de la vida. No sentía arrepentimiento alguno, tampoco miedo, sino una mezcla heterogénea de calma y ansiedad, de alegría y melancolía, "un torbellino que acabase con otro" pensaba mientras seguía remando y perdiendo sanidad a medida que perdía de vista el puerto.

Llegó entonces al punto donde las mareas disputaban y en su cólera embestían a lo que se acercase. En este nicho caótico y apenas manteniéndose a flote, fue que esperó el rudo desenlace. Pensó en todas las historias de los marineros, el vórtice hacia un lugar desconocido, el engendro naciente de la superficie y las profundidades, que creaba un remolino en el momento que devorase de un tajo a los hombres descuidados, recorriéndole la emoción como nunca antes en su vida. Esperó horas mientras se balanceaba sobre las mareas, pero el Sol no salía, lo cual atribuyó a que había perdido la noción del tiempo, y así la marea crecía y crecía, sintiéndose cada vez más cerca del acantilado que se veía entre la neblina y la nada. Empezó a notar que no había peces cerca, que quizás parte de la fantasía era verdad, pero también se fue llenando lentamente de soledad, aquella que se produce cuando el mismo ruido abandona los oídos y la visión se torna en no más que un retrato muerto. Ningún movimiento que no fuese del mar, sin viento, sin inclemencia, y entonces desesperó, tratando inmediatamente de retractar sus motivaciones que ahora se veían como absurdos. Pero en el mismo momento que el mínimo anhelo de supervivencia surgió dentro suyo, el mar tornó violento, desatando su replica ante las insolentes aspiraciones de aquel quien no le conociese y no le respetase. Remó buscando huir de las corrientes entrecruzadas, pero sin resultado alguno, más que el cansancio y un pequeño calmo de ansiedad de sus instintos más primitivos. En ese momento se dio cuenta que había cumplido su deseo: había muerto.

sábado, 25 de febrero de 2017

Comunicación

El hombre, enamorado desde hacía años de una mujer extrañamente particular, decidió expresar por fin todo su afecto en aquel concierto. Cuando el silencio volvió, empezó a hablar de amor, de añoranzas, de deseos, hedonismo, destino, cultura, sociedad, futuro, y dio un discurso tan detallado y completo que cualquiera que estuviese alrededor, fuese hombre o mujer, se hubiera enamorado de él, o por lo menos sentido un bello consuelo. Sus manos temblaban, el corazón casi se le salía, el alcohol se le bajó desde la primera palabra, y no paró hasta que sacó cada frase que le intoxicaba el alma. 

Cuando terminó, ella le gritó que había perdido la audición.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Ensayo del artista.

Un artista, en mi insignificante opinión, es un hombre admirable sin importar si es bueno o malo, pero vamos, que eso es bastante abstracto. Es cierto que lo que es bueno para uno no lo será para otro, pero lo que es bueno, lo quisiera entender como un sentimiento, un pedazo del alma desprendido y plasmado en una obra. 

El hombre nace y se encuentra rodeado de una realidad, que si bien parece haber sólo una, se fragmenta en lo que divisan los ojos de cada individuo. Así, hay realidades más agradables, más ortodoxas, menos inspiradoras, pero a fin de cuentas, un lienzo que decidimos evaluar como nos permiten los sentidos y la mente. Somos apreciadores de una belleza inherente a nosotros, así como se encuentra alegría en la más lúgubre pobreza, se hallan tinieblas en el lugar más cómodo del mundo. Crecemos uniendo piezas a nuestro rompecabezas, son versátiles y las acomodamos como queremos, a veces en una pila de ira, a veces una planicie de amargura y sequedad, a veces queriendo armar más de un juego, y otras forzando para que entren como un único plan que está destinado también a fracasar. Aun así, el rompecabezas no es el fin, sino el medio para desenvolvernos en el mundo, el suelo por el que pisaremos, un camino que no debería dejar de extenderse. 

Sin embargo, a veces lo hace. 

El hombre a veces cede al camino de los otros, se estanca, retrocede, busca caminos fáciles y termina en un camino vacío, un trabajo tedioso, una pareja insoportable, hijos no planeados, fanatismo, comodidad. Si bien no son absolutos, estos factores pueden cerrar no en sí los caminos, sino el deseo de seguirlos.

Entonces el artista viene del camino, en parte. A fin de cuentas hay muchos grandes artistas que cometieron suicidios poco después. Seguir adelante es primordial para el desenvolvimiento de los deseos lógicamente, pero ¿cómo alguien termina siendo un artista?

Primero, hay que mencionar que el artista no es sólo aquel dedicado a alguno de los siete artes (al menos desde mi perspectiva), sino todo aquél que en su paso en el mundo, ha podido consumar un rayo de belleza admirable, aun si es sólo para una persona, un papel, una obra, un trabajo, un estilo de vida. Incluso, me atrevo a decir que muchos de los que trabajan con las ramas del arte están lejos de poder ser reconocidos como artistas (ante mis ojos), pues si bien pueden dominar una técnica, no terminan de entender que se trata únicamente del medio, y no del fin del arte. De nada sirven fotos de bodas, diseños genéricos de publicidad, canciones con precio, películas sin trama, actores visibles hipócritas, esculturas con instrucciones de elaboración. Es en ese punto donde una técnica impecable no se vuelve arte, si carece de alma.

El artista surge de las emociones, de los sentimientos, de las ambiciones incluso, pues se tiene un fin, que puede ir desde dinero, hasta un simple desahogo. Hay pues, artistas de una noche, de toda una vida, de sueños, de realidades, de triunfos, fracasos, momentos memorables, y pensamientos vagos, talentosos, con contactos, bien parecidos, sin nada en especial; los que escribieron toda su vida y terminan expresándose mejor con las palabras de otros, que al fin de cuentas, las vuelven suyas; los locos que sienten a flor de piel y se controlan de vez en cuando con un lienzo,  los enamorados que vomitan arcoiris, el tercero que se lamenta en una canción; el padre que encontró la plenitud al tener su hija en brazos, la madre que arrulla cada noche; el simplón que no se rindió para tener su mansión; el joven que juega a ser feliz, mientras sus palabras son honestas; la mamona de los pulpos y los calamares, la tímida de vida monótona que dibuja después del trabajo, la aburrida con mucho papel, la de la máscara que gotea cuando le escribo; el que vivió la noche más larga del año, el que amanece siempre con una sonrisa, el que amó tanto como sufrió, el que encontró amor a la primera, el que amó a su prima, el que amó al primo de su mujer, el que vivió de su único éxito, el que murió por él.

Yo, por mi parte, no puedo considerarme un artista, no hasta que alguien me lo pueda decir.

El hombre nace, y con él, nace o muere un artista.


martes, 21 de febrero de 2017

Ahora puede ser el día.

Ahora que me salto el desayuno,
que veo el amanecer tras cada noche,
que duermo varias veces al día.

Ahora que mi libido no acobija,
que las sabanas son amigas,
ahora que ni la duda me carcome.

Que los sueños no tienen guia,
y se pierden en mi mente,
entre ratos, hallando la salida.

Ahora que por fin tengo amigas
y no posibles pretendientes,
ahora que pretendo a la poesía.

Que detuve el curso de mi vida,
que me avergüenza la desidia,
ahora que alguno me conoce.

Que pensar en ti es lo más sensato,
que ya no te apareces en mi closet,
ahora que no tengo a mi querida.

Ahora que me dedico a lo mundano,
que no hay manera de hallar goce,
que no me permito una pericia.

Puede que me quede sin saliva,
puede que mi muerte se decida
antes que mis dedos desahoguen.

Y desborden en almas perdidas,
en perdedores fervientes,
a nada de hallar empatía,

de tener un corazón entre mis manos,
de plantar el barco de Caronte,
de escribir el libro de mi vida.

domingo, 19 de febrero de 2017

El corazón del olvidado

La noche está en grises,
el día en azul,
los sueños de negro.

La música suena lejana,
el alma extraviada
y el cuerpo de luto.

Quien fuera idiota para tenerte
mujer de mil pesares,
y yo que estoy de frente.

Dispuesto a tu mañana,
a tus caprichos de repente,
a tu insolita desidia.

A tus momentos depresivos,
a tu no querer mañana
cuando el hoy sienta de lujo.

Un momento de silencio
para mi corazón del olvidado
que en una lágrima se escurre.

Déjame lo pienso

...Y ahora te vas y siento que he sido el culpable.

Mi corazón llora mientras mis ojos se pierden. Se pierden en tu ausencia, en el espacio que has dejado, mientras mis lágrimas decantan al mar de los solitarios. Yo buscando paraísos y encuentro lágrimas, encuentro despedidas y un hasta mañana que promete una huida estratégica:

 
Un corazón hacia la nada,
otro al nunca jamás.

Me encantas

Déjame decirte que me encantas,
que sigo enamorado de tus detalles,
de tus a grandes rasgos,
de tus visitas repentinas.

De tus secretos públicos,
de tus canciones de ocasión,
de como bailas el tango
con mi errado corazón.

Llámame Apolo,
llámame imbécil,
pero como me llames
déjame dormir otro día.

Y soñar con tu sonrisa,
con la silueta de tu sombra,
con los ojos cansados
que se cierran cuando miro.

Con las palabras inventadas
y el real desentendido,
que el sueño siempre me acompaña
donde mi poesía sin destino.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Mi oda a la poesía

Llama que se extingue por las noches
vete o no me dejes nunca,
que tu ausencia tiene mi alma en paz
y tu presencia trae la guerra hasta mis manos,
esas que desbordan sangre de perdices caídos
y plasman la añoranza de una boda,
de vicios superados,
de sueños viento en popa,
de no ver hacia el pasado.

Lárgate y déjame vivir solo
o destrúyeme la vida con tu asomo,
pues lo más bello que he sentido
es el sufrimiento que me has dado,
el desahogo de mis delirios,
la cúspide de lo que no he logrado,
y todo lo que saben tus hojas eléctricas,
tus pasillos de maquina,
tu sopa de letras,
todo eso es mío.

Vete y no regreses,
pero no sin antes haber leído esto que escribimos,
que lloramos tanto como en el cielo ha llovido
y ha caído en nuestras manos,
de picada hacia el olvido
o quizás hacia el ocaso.
Largo y no me dejes nunca
ganas de escribir te amo.
Te veré mañana si es que me pierdo
o si es que te sientes olvidado.


lunes, 13 de febrero de 2017

El misterio de la dama.

Dama de mil secretos,
de sonrisa de revista,
respuestas de miss universo
para la gente que te mira.

Quisiera ser tu remedio,
el desentrama de tu vida,
saber que llora la noche
cuando a tus ojos se aproxima.

Dama eterna colorada
¿de qué se sonrojan tus mejillas?
¿del bochorno en tu morada
o lo morado en tus heridas?

Dama bella, dama loca,
ama mis oídos que te añoran,
cántame hasta el ultimo suspiro
que deseas soltar de tu boca.

Dama cariño de hada,
con mente de mil piezas,
yo tan aficionado
a que rompas mi cabeza.

Dama abandonada,
que por las noches se despacha
una bocanada de tequila
y un soñar de siberiana.

Aléjame de tu silencio,
de tu alma hazme testigo,
más me vale una historia larga
que los besos que te envidio.

sábado, 11 de febrero de 2017

Ensayo 36

Jueves 2 de Febrero

Empiezo a creer que no me llamaran de aquel trabajo. Supongo que era demasiado bueno para ser cierto. Volvemos a la idea de un futuro completamente incierto, lo cual está empezando a agobiarme.

Sabado 4 de Febrero

Hemos salida con Miriana al cantabar, no veníamos desde el incidente de Alfredo, pero a estas alturas habrá quedado olvidado. Pedimos un par de cervezas, cantamos cada quien una canción y sin darme cuenta, me encontré recitando un mensaje de felicidad ajena, de amor solemne, dedicado a esa joven sentada en mi mesa.

Después llegamos al departamento, acompañados de el alcohol suficiente para no preocuparse de nada. Jugamos a retos de alcoholicos, nos dejamos llevar con los sorbos que se convirtieron en botellas, y botellas que se volvieron risas de sin sentidos y problemas motores. Miriana apenas y podía mantenerse de pie, a veces recargándose sobre mí (aclaro que lo hacía con todos, pero en esa situación no tenía relevancia), acomodándose en mi pecho, balbuceando absurdos y mostrando una sonrisa algo depravada, algo tierna.  Sus pies ya no la soportaban, así que le serví de soporte hasta que se encontró casi inconsciente, donde le lleve a mi cama, la arropé y me despedí dándole un beso en la frente. Por mi parte, me tocó compartir cama con Alfredo, lo cual fue un tanto incómodo a la mañana siguiente. Ella se fue justo después del desayuno.

Jueves 9 de Febrero

Hablé un rato con Carlos, principalmente de mi desespero por mi paro laboral. Me ha recomendado buscar un trabajo cualquiera, aun si es de vendedor, lo cual resultó en un trago amargo para mi orgullo pero una pedrada para mi razón.

Hablé con Laura el día de hoy. Por muy común que fuese la plática, empecé a tornarme algo melancólico, primero argumentando que no buscaba amor en caras nuevas desde hace mucho, después que había olvidado como hacerlo, y al final comprendiendo que simplemente no me estoy permitiendo hacerlo. Aunque no termino de comprender de que se trata toda esta charla, me siento aliviado de poder hablar con ella con tanta confianza al respecto, es mi forma de aceptar su amistad y realmente lo aprecio.

Viernes 10 de Febrero 

Esta vez me ha tocado devolverle el favor a Laura. De momento, siente su vida en picada hacia el desastre, no sólo por su situación laboral, sino también por sus amigos, amigos que cada vez son menos y más distantes. Le he dicho que siempre habrá oportunidad de que gente mejor entre a nuestras vidas, pero no tiene interés en conocer a gente nueva. Está algo decepcionada, algo temerosa, pero insisto en que las cosas pasaran como deban, sin que ella deba preocuparse de eso. A pesar de no sentir que hiciese caso a mis consejos optimistas, de una forma le tranquilizó saber que alguien se preocupa aun por ella, y es suficiente para considerarlo una victoria. 

Empecé a platicar con Alfredo al respecto de ello, y de repente, empecé a retomar lo de la plática del día anterior, y él se motivó para abrirse conmigo. Se ha dado cuenta de una verdad absoluta de su vida, y es que lleva pausada desde hace un tiempo. Toda decisión o acción que debiese tomar la ha evadido, a veces sutil, a veces descaradamente y siempre descartando la importancia que pudiesen tener. Todo esto lleva a una única arista:  Silvia. Han pasado seis meses desde que se le declaró, ella inició una relación con un tipo muy contrario a él, hubieron dramas, distanciamientos, dolores, y después una calma enfermiza, que se limitó a continuar inadvertida, esparciéndose en cada actividad del día de Alfredo, aun cuando ella volvió a ser soltera.  Existe un miedo a aclarar las cosas, a borrar el incierto, a pensar en lo que pasará y entre todos estos pensamientos, el reloj se detuvo para él, y hasta cierto punto también para ella. Trato de convencerle de tomar las riendas de su vida nuevamente, pero no es tan fácil cuando se esta en una situación similar. Por último, logré persuadí de anotar las cosas que debe hacer y una vez plasmadas, su cabeza se quitó un peso de encima.

Hablamos como pocas veces se puede. El de Silvia, yo de Miriana, que por alguna razón me sigue rondando la cabeza, hablamos de pasión e intensidad, recapitulamos nuestros sentimientos tan marcados como si de memorizar habláramos, poesía, belleza colateral, proyectos de vida diluidos entre cenizas, y es ahí cuando por fin lo entiendo. Entiendo lo que hablaba con Laura, y es que aun quisiera tener esperanzas con Miriana, por eso no me permito conocer a nadie más. No quiero a nadie más, la quiero a ella. Puede pasar un buen tiempo para que eso cambie, y así me encuentro cruzando miradas desdichadas con Alfredo, pues toca un buen rato de pesares para los dos.

14 de Febrero

Día de la amistad y nada más. Que los amores se queden en casa, pues los corazones necesitan descansar, sentir algo tangible, algo real, sin miedo de perder, sin ganas de ganar, sólo de estar. Mañana volveré a sufrir, volveré a llorar, siempre desde dentro sin nada que mostrar a los ojos atentos y faltos de piedad. Un brindis por la familia, por la absurda libertad que encontramos día con día en brazos de alguien más.

18 de Febrero

Hoy ha sido de esos días donde no hace falta planear nada para que te toque el corazón. Carlos había traído desde temprano a Bianca, Miriana llegó poco después. Preparé comida para todos y aunque un poco lejanos aun de las vidas, creabamos lazos en la mesa, que prometían convertirse en  algo más. Fue tan extraño que Carlos propusiese ir a un bar, pero siendo esa misma la situación, fue que aceptamos en contra de un fin de semana en cama, en soledad, esperando la mañana, un día más. En su lugar escuchamos música en vivo, compartimos unas cervezas, reímos, cantamos, y unas lagrimas cayeron por mi descuido. Lagrimas por mi poesía, escrita sobre una servilleta arrugada que poco aportaba al contexto, las palabras se defendieron, atacaron, cumplieron su propósito y se escurrieron entre sus ojos, cuando al terminar de leer le decía, que era para ella y nadie más. Un sentimiento egoísta, directo, complejo, pero tan sencillo en palabras para quien estuviesen destinadas. Me sentí terrible al verla llorar, pero también feliz, pues el mensaje había llegado y se había convertido en un abrazo, que para efectos del alcohol se sentía como amor. Poco desúés se retiró, y el vacío ocupó su lugar, dejándome un sabor amargo por lo que interpreté como una huida, quizás de la incomodidad, quizás por lo que quisiera fuera confusión.

Ahí me encontré de frente a un par de tortolos que intentaban devorarse con ansiedad, y una cara larga que asemejaba la mía, que era la cara de Alfredo, nostálgico de Silvia, de su vuelta a ver, y a pesar de sentir resignación en su mirada, también había esperanza de que las cosas cambiasen, un ligero brillo, que se terminaba de manifestar en una poesía no correspondida, en relatos rotos, sin sentidos, en silencios. Coloqué mi brazo en su hombro y el respondió de la misma forma, y dejamos que el alcohol nos escurriese lo demás. Debo admitir que el camino a casa se vuelve complicado cuando caminas en zig zag.

19 de Febrero

¿Qué sería del mundo si todos pudiésemos expresar lo que sentimos?

Sin importar el índole o el compromiso, sin molestar a nadie, sin miedo al rechazo, que las palabras fuesen un medio para la genuina comunicación y no para la cortesía. Decir lo que sientes sin salir herido, sin estropear un momento,  una amistad, un futuro, escuchando el alma y permitiendo que la escuchen. ¿No sería acaso esa la verdadera libertad?

Tantas mentiras, tantos silencios, tantas situaciones que se mantienen en clímax por desidia, todo eso que me acompaña últimamente en mi día a día.

El desvío de un hombre a enfrentar el desenlace de su declaración sentimental, buscando mil y un maneras de perder el tiempo o dejar de pensarlo; la mujer que prefiere ignorar o dejar en incierto en contra de resolver lo que siente, y evitando desangrar, mantiene el puñal en la herida del hombre. Los dos juegan a estar bien, pero nunca a ser felices.

Los jóvenes que recién descubren el amor y se sacian de sus colores pastel y sus sabores dulces, dejando cualquier amargura rezagada, acumulándose peligrosamente en el ático, hasta que un día el techo ceda. Juegan a ser reales, mientras se colocan mascaras de alegría.

La niña que dice haber crecido por sostener su cuerpo contra la tormenta,  mientras que la lluvia crece dentro de ella y ha formado relámpagos, torbellinos y explosiones de un negro mamba, y entonces la mentira se vuelve su pan y de él come cada día, sin notar si realmente lo necesita. En las noches, se oculta bajo las sabanas, deseando que acabe la tormenta.

El tonto que se oculta en el papel y lo precipita hacia las manos de sus allegados, esperando aceptación de su sentimientos y sus palabras,  mientras que siempre se guarda los dilemas que considera absurdos, esperando que nadie le entienda nunca. Siente que le da sabor a sus días, pero es sólo la vía fácil para llenarse, o al menos, no sentirse vacío.

¿Qué sería de ellos sin sus mentiras?

28 de Febrero

Amanecí y la casa estaba sola. Pensé que era un buen día para tomar las riendas de mi vida. Desayuné el recalentado de anoche, realicé un par de llamadas y conseguí enlistarme en un curso interesante. Empezaba al día siguiente, por lo que debía apurarme con el tramite. Conseguí el papeleo al medio día y me dirigí al banco, perdiendo dos horas ahí. "El sacrificio lo vale" pensé en ese momento, y me dirigí al centro de estudios donde se impartiría la asignatura. Era un lugar enorme, no por nada la universidad más importante del país. Fui pidiendo indicaciones poco a poco, hasta llegar a la facultad que necesitaba, algunos me ayudaban cordialmente, otros me miraban extraño, como si fueran nobles en sus cabezas. De todos modos, logré llegar... pero no a donde debía. En lugar de eso, yo debía dirigirme al otro lado de la universidad, donde el anexo de la facultad se encontraba, me dijeron que tomase un camion de estudiantes que me dejaría justo ahí, y hubiera sido una gran idea, sino fuera que necesitaba una credencial para acceder. Caminé, esperando topar con algo familiar, pero terminé a las orillas del centro, y a falta de tiempo, lo más sensato fue volver a casa. Es así que comprendí, que a veces es mejor quedarse en cama.

Te escribo

Te escribo en poesía, te escribo en mis versos,
te escribo entre líneas y en pensamientos,
te llevo en la sangre tatuada en el pecho
y grito tu nombre cuando hallo silencio.

Te escribo en el día y en lo que resta de él,
también en la noche de los no muertos,
escribo en la somnia y sobre los viejos
que dan su partida hacia lo eterno.

Te escribo en papel y de vez en eventos,
en fuego que se apaga al momento,
y tu pones leña pero el frío de mi cuerpo
no se acaba más que con tu cuerpo.

Te añoro con rizos y ojos risueños,
con lágrimas y dolor descubierto,
y te añoro tanto como te escribo
aunque deba leerse entre otros besos.

sábado, 4 de febrero de 2017

Ensayo 34.5

Miércoles 7 de Diciembre

Hablo a una antigua conocida. Hace meses que no sabía de ella y si bien, nunca platicamos en realidad, la conversación fluyó indefinidamente. Me habla del bachillerato y entonces, me doy cuenta que es apenas una chiquilla. Hoy es su fiesta de graduación y no se ha medido con las copas; en parte creo que le hacen confiar más en mí, una llamada por demás oportuna para los dos: ella tiene a alguien que la quiere cuidar en su estado, yo tengo a alguien que me haga compañía. Llega a casa en la madrugada y me quedo a su lado hasta que concilia el sueño. Vaya noche.

Jueves 8 de Diciembre

La mañana llega y después de desayunar, me decido a hablarle. Parece no tener resaca, lo cual ya es un alivio, y me cuenta de su día a día sin rodeos. Ella vive en otro país, lo cual ya deducía por su acento bastante marcado, parece bastante madura para su edad y también muy abierta, pues la plática dura horas, hasta que cae la noche nuevamente, cortando unicamente para comer y otras actividades imprescindibles. Me agrada esta niña.

Viernes 9 de Diciembre

Sorpresa. Mi familia hará un viaje a ese dicho país, con un poco de suerte, puede que la vea. Su voz es dulce pero también firme, quizás algo testaruda, quizás algo consentida.

Sabado 10 de Diciembre

Pido detalles del viaje, así como también le pregunto a ella en que parte exacta del país vive. Entonces, me entero que aun así vive a 12 horas de camino en autobus. Puede que no la vea después de todo. Su silueta es esbelta, desarrollada para su edad, bastante agradable a la vista. El viaje empieza mañana por la noche.

Domingo 11 de Diciembre

 En la mañana, mientras hablaba con ella, mencionó que allá no venden ciertos postres de chocolate, así que como loco fui en busca de él de tienda en tienda, hasta que en la tercera los encontré. Espero sobrevivan al viaje. A ella le gustan las cosas dulces y a mi también. Ella vela porque tenga un buen vuelo y eso me trae paz. Llegué al hotel, le avisé que estaba bien y me dediqué a descansar.

Lunes 12 de Diciembre

El segundo vuelo es por la mañana, justo antes de abordar hablo con ella, y como si no importase en lo absoluto, le suelto un "me gustas". Ella me cree suficientemente grande para entender todo lo que eso conlleva. Me sobreestima y lo agradezco. "Un amor platónico de paso" pensé en ese momento, mientras que en el vuelo, soñé por un instante una historia diferente, donde ella también sentía algo por mí y cual hermosa tragedia buscábamos estar juntos contra todas las adversidades. Me levanté riéndome de mí mismo, porque aun me quedan indicios de esperanza. A ella le gusta ver al cielo, así que me quedo contemplando las nubes, por la ventanilla, a veces dando formas, a veces como parte de un todo. Al llegar y hablarle, todo seguía con un sabor normal.

Martes 13 de Diciembre

El tercer día toca descansar. Estamos en la capital, y me dedico a turistear con la familia, que a fín de cuentas vine con ellos. En la noche vuelvo a saber de ella, y la bombardeo con insinuaciones ocasionales, con honestidad brutal, con mis labios mandando el único mensaje del kamikaze. 

Y funciona. 

Ella mide lo mismo que yo, lo cual, si bien me causa un poco de conflicto, termino encontrando sensual.

Miércoles 14 de Diciembre

Me cuenta de sus antiguas relaciones, de hombres mayores que vio con cariño y a la distancia, dejándola en el momento menos previsto. Empiezo a notar que no es ninguna santa, lo cual es un alivio porque puedo ser tan perverso como siempre. 

Jueves 15 de Diciembre

Estuve recapitulando una y otra vez la conversación, pero no hay un punto intermedio entre lo que he dicho y lo que viene a continuación. Empezó un capítulo meloso y codependiente entre nosotros. Hablábamos día y noche cual si fuera la primera vez, inclusive más; un tono cursi se apoderó de nuestras voces y chirridos de besos se escuchaban en lugar de silencios, manteniendo el hilo ininterrumpidamente. Sus labios son gruesos y carnosos, irresistibles a la vista y a otros labios.

Le he contado que no he fumado desde que empecé el viaje, y que las ansias me carcomen. Ella me ha incitado a dejar el cigarro a punta de besos. Lo pensaré. De veras que lo pensaré.

Viernes 16 de Diciembre
Hablamos de nuestras familias, nuestros hermanos... acabo de caer en cuenta que tiene la misma edad que mi hermano y eso me perturba hasta cierto punto, pero con tantas cosas buenas por delante... ¿porqué fijarse en los detalles? Su cuello es largo, ideal para besar lentamente y perderse un rato entre paraísos.

Sabado 17 de Diciembre

Mi hermano y yo fuimos invitados a una discoteca, y si bien la idea no me atrajo en lo absoluto, terminé siendo arrastrado allá a costa del buen ánimo de mi hermano. Sin embargo, me hizo falta predecir la inconformidad de ella, lo cual terminó por desatar mi cólera a todos los que me rodeaban, y dejando a unos pasos de volver a fumar, pero aun sin explicarmelo, me controlé, salí de ahí, pedí disculpas a todos y me acurruqué solo en la cama fría. Quisiera abrazarle en la cama, mientras muevo su cabello corto para susurrar una disculpa.

Domingo 18 de Diciembre

Le saludo y ella está cortante. Decido explicarle todo lo sucedido el día anterior y sabiendo que no caí en el cigarro, se da por bien servida. Hoy es el primer día que no siento necesidad de un cigarro en mucho tiempo, me siento algo libre, algo extraño, pero podría acostumbrarme. Me siento agradecido con ella y se lo demuestro de la única forma que se puede a la distancia: ofreciéndole mi tiempo completo. Sus manos son delgadas y estéticas como sólo ellas, suaves a mi tacto, dulces a mi gusto, quisiera sostenerlas por siempre.

Lunes 19 de Diciembre

Hoy la pasión empezó a tomar forma de mujer, de una silueta digna de sueños humedos, de un hombre que la busca cual cazador furtivo, a la vez temeroso por ser cazado. Ella me pregunta porque me empeño con ella. No hay una respuesta como tal, aunque caigo en cuenta de muchas cosas. Siempre estuve en busca de alguien que me hiciese sonreir a pesar de las circunstancias, que comprendiese mi depresión y no buscase forzar una sonrisa, porque también existen los días de lluvia y sirven para extrañar al Sol; que aun así, estuviese ahí, confiando en mi vuelta al camino, sin busqueda de perfectos, sólo de cariño. Su piel es bronceada por el clima tropical de su ciudad, quizás un tanto naranja.

Martes 20 de Diciembre

Dulce de sabor foráneo
ven y sacude mis sentidos,
hazme sentir encantado,
no me dejes salir vivo.

Suave eres entre mis labios
y en el alma un torbellino
de sentimientos encontrados;
muestrame parte del camino

que me guíe hacia tus manos,
que me deje en el exilio
de lo que ha sido un pasado
de propósitos perdidos.

A tu boca dejame imantado,
a tus ojos dejame testigo
del sabor de cada día a tu lado
y del encanto de sentirnos vivos.

Miércoles 21 de Diciembre
 
Me ha tocado viajar con la familia a una ciudad cercana, reconocida por sus precios accesibles en ropa y calzado, uno de esos lugares que no importa mucho conocer. Estando ahí, la he liado con ella, pues me he puesto hablar de una exnovia en una forma un tanto despectiva para su gusto. En ese punto, llevaba horas caminando, atrapado en el tráfico, soportando el mal humor de mi madre y mi hermano, por lo que argumenté que si hablaba así, es porque era parte de mí, un defecto pero a fin de cuentas mío. Vaya estupidez. Su moral es muy correcta cuando toca hablar de otros, pero de frente se acaban los modales.

 Jueves 22 de Diciembre

La vida es como un tren que no se detiene por más que queramos. Habrá momentos amargos, insoportables, llamémosles mareos pasajeros, pero uno no puede bajarse, sólo tratar de reponerse y tratar de pasarlo lo mejor posible, porque el día que el tren pare, puede que no lo querramos. Mi tren ahora está cerca de una parada maravillosa. Le decía todo eso mientras explicaba una canción que le había dedicado. Ella quiere dedicarse al diseño, pero no ha podido entrar en la universidad que quería. 

Viernes 23 de Diciembre

He hablado con mi padrastro al respecto de ella. Se lo ha tomado exagaradamente bien, al punto que me ha sugerido como irme a verla. Queda la parte difícil, que es mi madre. 

Me gustan sus pequeños detalles, como su obsesión por la ortografía, su pereza perpetua, el buenos días y el buenas noches que nunca faltan, su risa tan bella que se compadece de mis chistes malos, sus gestos que me hacen sentir más cerca, la ternura, la perversión, los cariños, sus preocupaciones, su sinceridad en todo caso, sus anhelos, sus sueños que pienso compartir a su lado, la imagen de una cama acompañado cada día.


viernes, 3 de febrero de 2017

Naranja mecánica

Ahora que la noche se encuentra sola,
que la Luna no ha salido,
el viento sopla y choca en seco
con la bella melodía de los latidos,
latidos tristes que laten al compás,
compás de un vals de melodías sin sombras
y acecha el diluvio de sus párpados caer
hacia los pómulos de mi dama rota,
rota de distancia y melancolía reptante,
rota por mis besos que no se sienten
y que se vierten en el cuenco de sus ojos,
yo que reparo y tu que no vienes.

¿Dónde está mi media naranja?
¿Dónde está mi naranja completa?
¿Dónde está mi naranja mecánica?
¿Dónde está mi cadena perpetua?

Dulce foráneo.

Dulce de sabor foráneo
ven y sacude mis sentidos,
hazme sentir encantado,
no me dejes salir vivo.

Suave eres entre mis labios
y en el alma un torbellino
de sentimientos encontrados;
muestrame parte del camino

que me guíe hacia tus manos,
que me deje en el exilio
de lo que ha sido un pasado
de propósitos perdidos.

A tu boca dejame imantado,
a tus ojos dejame testigo
del sabor de cada día a tu lado
y del encanto de sentirnos vivos.