martes, 19 de agosto de 2014

El monstruo del recuerdo.

Hoy encendí mi locomotora,
y entre el humo aspire tu recuerdo,
había un monstruo tras de tu sombra,
que de tu amante se había encubierto.

Admiro el disfraz y me asombra
que detrás de aquel gran esperpento,
tu solo vieras amor y rosas,
rosas que espinaban suaves dedos.



Tus manos manchaban la alfombra
y en su papel limpiaba el detrimento;
aun el quería creer en rosas,
para darte cada día sin tormento.

Ahora en cicatrices ya no brotan
esas rosas rojas de tu huerto;
el ahora siembra bellas moras,
que veneno esconden al hambriento.




No hay comentarios:

Publicar un comentario