viernes, 4 de marzo de 2016

Ensayo 13

29 de Febrero

Miriana llega a casa en el momento justo de mi tiempo libre ¿porqué hay tanto silencio en la casa? Oh, es cierto, anoche el padre de Carlos ha caído en coma. No es que me haga falta empatía ni que sea un demonio desalmado, pero como mecanismo de defensa, no puedo tomar con seriedad las situaciones más tristes o problemáticas. Es de los tantos comportamientos bizarros que me ha dejado mi señor padre y lejos de odiar dicha situación, me reconforta tener la capacidad de sacar sonrisas donde solo hay desesperación. Hemos juntado un poco de dinero para que Carlos pueda visitar a su padre a su actual estancia, creo que eso pueda limpiar un poco mi amarga conciencia. El camino al deber se ha visto repleto de pensamientos acerca de mi padre, pero nunca con la motivación de saber de él pronto; supongo que es otro de los hermosos rasgos que me heredó.

1 de Marzo

Poco hemos sabido de Carlos, pero al parecer la otra mujer de su padre está ahí, con su hija ilegítima. En su camino se esta forjando una absurda telenovela que amenaza con desintegrar la confianza de los involucrados gradualmente, teniendo como mejor escenario una reconciliación mas tardía que oportuna. La casa se siente silenciosa, vacía, prueba de que incluso la persona menos notoria en un cuadro cumple un papel fundamental para mantenerlo vivo. Los artistas lo entienden perfectamente, está en los relieves, en los ángulos, en las progresiones, en los silencios, pero no necesariamente comprenden que está en la vida misma.

5 de Marzo

Me he escapado de la cotidianidad como hacía mucho no lo hacía. Me refiero al encanto de la música en vivo, las multitudes reunidas por un motivo limpio de aspectos políticos o prejuicios de otro índole, buscando acercarse a esas figuras creadoras de música, de arte, de inverosímiles recuerdos, de rostros sin gracia pero de sonidos memorables. Los músicos alemanes resultaron ser agradables y de una técnica impecable, pero la falta de armonía en sus instrumentos me ha dejado incompleto. Quizás lo pueda tomar de excusa para fugarme nuevamente a ese dominio del oído y refutar sus argumentos.

Mientras tanto, en mi cabeza ronda una musa de cabello de serpiente y ojos malditos, la cual atenta con destrozar lo que queda de mi ilusión, volverme piedra, dejarme sin aliento y dejarme como estatua en un corredor de museo en quiebra. Espero con ansias su presencia en el destino.

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