Ultimamente la Luna se ve tan lejana,
pero mas raro aun es que mire a la Luna;
le busco desde lo recóndito de mi ventana
y si no, le buscó en salidas diurnas.
Todo comenzó por oír a aquella extraña,
que me hizo salir como lobo que busca
el brillo de astros con piel y voz pálida,
que cuando canta, escucha quien aulla.
Me encariñé entonces con su voz encantada
y la sonrisa que para algunos asusta,
sus mentiras que solo a ella engañan
y su verdad sin ninguna atadura.
Comencé a entrevistarle cada mañana,
y ella contestaba a mis absurdas preguntas;
aun me saluda cuando apenas se marcha,
pero rara vez le despido dulzura.
Con el tiempo le sentí enamorada,
o quizás no quería admitir que me gusta;
por destino pueden ser ambas
y por lecciones no cruza ninguna.
Así que hoy arriesgo desvelarla
y lograr el amor del lobo por la Luna;
que aun sin jamas poder tocarla,
una leyenda se canta y perdura.
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