domingo, 27 de abril de 2014

Dos caras, un acuerdo.

Sé tanto de mí como cualquier otro; mi vida privada es tan publica, que estoy pensando en hacer una autobiografía no autorizada para aquellos mas distantes de donde mis pies han tocado. Pero en fragmentos la historia se divide y se nombran dos perspectivas de ver el vaso, una medio llena de alcohol embriagante y dichas, y otra llena de dudas y fluidos amargos.

A veces un destello de alegría,
a veces una vuelta a la depresión;
puede ser una espera para la dicha
y otras veces el camino está astillado.

Algunas veces un sabor nuevo por probar,
y otras veces un gusto que se da por desechado;
a veces me da por pensar que te puedo amar
y de repente pienso que no podría rechazarlo.

Duermo en tu recuerdo de sonrisas,
sueño en las tinieblas de tu silencio,
me levanto buscando un buen día,
mas jamás encuentro el hasta luego.

Deambulan mis dudas sobre tu verdad
y se sacian y vacían con solo un predicado;
me engaño con lo que quiero escuchar
y me desengaño con un final tanto amargo.

Me uno a tus planes si no invitas
y me cuesta seguir aquello acordado,
pero me encantas el rumbo de la vida
y eso jamás podría negarlo.





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