jueves, 16 de enero de 2014

Recuerdalo.

He tocado la felicidad con mis propias manos,
tan palpable y tan sensible, 
pero sobre todo admirable;
cuando le rozan los dedos se excita
y se desaparece cuando me alejo.

La he llenado de suaves arrumacos
pero sigue impredecible,
sorprendiendo perdurable;
sus improvistos estados me fascinan
al punto de no poder apartarme.

Le había soñado con sabor del engaño,
tan errado y prescindible,
que ahora una nausea agradable
se ha vuelto por ser augurio sin noticia,
pero en tiempos que son por alegres venideros.


Me decanto en su tiempo en mí estimado,
y me hago de ella permisible,
cual se hace en la cortina un doblaje,
ofreciendo respuestas que repitan
la misma alegría de libertinaje.

Me he jurado cuidar el sentimiento amado,
aun si no es amor tangible,
he de hundirme y degradarme
que en los escombros y mis cenizas
esconderé este hermoso secreto.

Y tras años en silencio me habré olvidado,
aun por mi nadie martirice,
pero el viento vendrá a robarme,
y mi tesoro volverá a la vida,
esta vez en el mundo pensante.

Será de quien lo quiera. Será de quien lo ame.







No hay comentarios:

Publicar un comentario