Hemos pasado viento como años en las manos,
hemos soñado engaños y conciliaciones;
cantamos como dos pájaros desafinados
a punto de sucumbir a cortejos interiores.
Disfrazamos los caminos que acortamos
y resaltamos cual monstruo encantadores;
vivimos entre mundos imaginarios
y causamos dramas dignos de telones.
Aprendimos de la distancia y sus martirios
y a crecer para llegar a ser menores
y pasar más momentos queridos requeridos.
Y seguimos sin encontrar nada parecido
al tener tan bello regalo, dime entonces
¿por qué me siento tan frío y tan vacío?