martes, 5 de julio de 2016

Ensayo 25

30 de Junio de 2016

Junio ha venido como agua escurriéndose entre mis dedos, sin dejar rastro alguno de su paso por mí. Claro que ha habido momentos agradables, estaría muerto probablemente de no ser así. Momentos de locura y frenesí, de recordar, de sonreír por una ocurrencia, pero más que nada solo parpadeos en el día que parece no terminar. Quizás parte de mi falta de interés por escribir haya sido la ausencia de Miriana, aunque siendo sinceros, lo dudo mucho, pues más que ella, probablemente haga falta una razón para soñar, de esas que vienen en cuerpo de mujer. Podría sonar raro, pero he advertido que la espera no es lo mío, y así como se fue Miriana, así mi anhelo y mi estupidez disfrazada de enamoramiento hacia ella. Ahora no es más un sueño, sino una realidad lejana a la que no quiero llegar.

Por otro lado he mantenido contacto con Laura cada que ha sido posible. A pesar de que ella vive donde Miriana ahora está de visita, su presencia se siente más cerca que nunca, aun si es sólo en mensajes ocasionales que siempre vienen acompañados de cierta ternura extraña, similar a la inocencia. Creo que no lo he mencionado, pero Laura es de esas mujeres "traga años", pues aunque solo es menor que yo por un año, su físico ha permanecido intacto desde los diecisiete. Definitivamente es una joya extraña entre tanta madurez del cuerpo y muerte del alma, pues ella se mantiene intacta en ambas. Realmente me ha pasado por la cabeza como sería una vida con ella, pero la idea desaparece tan rápido como llega y creo que es mejor así; no he ganado nada con fantasías de hermosos encuentros del destino.

2 de Julio

Miriana ha vuelto de su viaje y casi de inmediato ha venido de visita a nuestro humilde (y derruido) hogar. Ha llegado antes que yo, y al encontrarnos frente a frente, la euforia se apoderó de su cuerpo y se abalanzó contra mí en el abrazo más efusivo que he tenido en mucho tiempo, o al menos eso creo pues no sentí nada. Culpé en ese momento al cansancio, pero la verdad es inminente y completamente visible: eso que sentía tan legítimo en mi pecho ha muerto y  a mis ojos no se encontraba nadie más que aquella amiga algo agresiva, algo torpe, que siempre sonríe para conseguir un tanto de atención.

Soy libre ahora de su encanto y preso de la soledad.




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