Hoy escucho el ruido con entonación,
fragmentos de canciones e injerencia,
que aun logro distinguir de cada estación,
aun cuando marchite en primavera.
Recuerdo lo que nunca tuvo esplendor
y una sonrisa luce en excelencia,
dejando atrás cualquier preocupación,
por lo que importase en vez primera.
Saluda a quien menos recordó,
e ignora quien fue grado de indecencia;
quizás así viva mejor,
sin el pudor entre las rarezas.
Ayudame a ayudarte ardor,
dejate en casa las prudencias,
y sacia esta sed de mal tomador
a mi boca tan húmeda y tan seca.
Solo así podrás querer ardor,
y solo así te querré con penitencia;
sacia esta sed de mal bebedor
a mi cielo tan falto a tus estrellas.
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