A mi parecer las luces están apagadas
y aún con los ojos atados con cadenas,
el agua se estanca cual si fueran ciénagas
y los sapos croan debajo mi bañera.
El sueño nunca te mostrará desvelada,
pues en la mañana de él jamas te acuerdas;
el mundo ha querido dejarte una montaña,
pero tu prefieres seguir en la vereda.
Y al caminar la muerte será la llegada
de los tacones de cristal de la cenicienta.
El Sol se niega a alardear remontadas
por donde ya se ha perdido tu silueta;
la Luna se mantiene en la noche acostada
sabiendo que tu montas guardia pasajera.
El príncipe perdió algunas batallas,
y su reino al final él tuvo que empeñar;
en un palo se ha convertido su espada
y su fiel corcel en un trozo de madera.
Y al final el ruido que le despertara
es de los tacones de cristal de cenicienta.
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