sábado, 30 de junio de 2012

Dentro de la tempestad


Camino seco y sin vida,
este es mi desierto,
mío y de nadie mas.

Algunos camellos y lagartijas
que habitan mi desierto,
alguna serpiente garrafal,
en mi desierto y de nadie mas.

Cactus, flores y espinas,
mantienen mis ojos despiertos,
ese sobreviviente natural
en el desierto que no visitan jamas.

Quiero conocer frutos y delicias,
frágiles ante los aires secos
de este desierto gran mortal,
olvidado por la humanidad.

Aquí se despiden las cenizas,
aquí también mata el veneno,
aquí un paraíso nacerá,
el oasis tintineante del final.



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