lunes, 23 de octubre de 2023

La noche antes de la excursión.

 Afuera de la cabaña, donde se encontraban, helaba a pesar de ser Febrero.

"Invierno a fin de cuentas", pero el fuego es engañoso, y así también la sensación de camaradería que se hacía frente a la fogata. Quien fuese un traidor el día de mañana, hoy no era más que otro bulto que se acercaba a los otros cuatro. Tres de pelo largo, dos de espaldas anchas, y los ojos buscaban a sus similares, buscando escaparse, sentir un calor menos tangible, de esos que pueden llenar el alma.

El bulto más pequeño habló.

-Deberíamos ir adentro y dormir de una vez.

-Tiene un par de horas que llegamos Vicky, no venimos aquí a dormir -decía entre risas la voz temblante de Ivanna, quien trataba de mantener la calma.

Una de las espaldas grandes se paró y echo más leña al fuego.

-Descuiden, pronto entrarán en calor.

-No le veo el sentido a padecer el frío intencionadamente. Al menos admite que no fue una buena decisión venir en esta época.

-Vicky, ayer estuvimos a 30° en la ciudad. Simplemente fue un imprevisto.

Vicky calló, mientras tejía una red que imposibilitaba la conversación, pero Ryan venía preparado para ese tipo de adversidades.

-Traje chocolate caliente. Tiene un poco de whisky, esperando caliente en más de un sentido.

-Justo eso necesitaba. -Dijo Elizabeth, la mayor de las tres amigas. quien desde hace un rato buscaba una manera de aliviar el ambiente.

-Espero que no tengas intenciones de alcoholizarnos. -Volvió a reprochar Vicky.

-Tranquila, traigo otro termo sin alcohol si así lo prefieres.

Vicky agradeció y se sirvió una taza sin whisky. Realmente le era difícil demostrarlo, pero le hacía feliz que Ryan fuese tan condescendiente con sus caprichos, a los cuales nunca parecía rechistar. Sabía que era un caballero, aún si no terminaba de creerlo. Por eso, a pesar de que Matt era más atractivo, ella solo tenía ojos para él. 

-Yo traje un poco de pan que hice esta mañana, por si gustan un poco. -Dijo Matt con su habitual seriedad y aparente indiferencia.

Ivanna extendió su brazo hacia la bolsa de panes. Su rostro parecía el de una persona apática por su manera de maquillarse los ojos, por lo que Matt aun se sorprendía cuando sonreía de manera tan amistosa.

Elizabeth, también tomó un pan, aunque eligió la pieza más pequeña. dio un bocado y empezó a hablar hacia Ryan.

-Entonces, ¿Cuál es el plan mañana?

-Hay unas  cataratas a un costado del bosque. Iremos ahí después del desayuno y pasaremos de regreso por la zona de rapel.

-No me gustan las alturas. No pienso bajar. -Dijo Vicky.

-Yo tampoco. -Replicó Matt. -Es posible bajar hasta allá caminando, podemos alcanzarlos, pero nos tomará una media hora el descenso.

Vicky lo consideró un momento. -Creo que después de todo, si probaré el rapel.

-¿Estás segura? 

-Es como dice Ryan, hay que aprovechar el tiempo tanto como sea posible. 

Aunque eso fuese una mentira. Vicky fue la primera en conocer a Ryan, y desde entonces se fue enamorando de su carácter y sus atenciones. Sin embargo, cuando lo vio interactuar con Elizabeth e Ivanna, supo de inmediato que no recibía ningún trato especial. Simplemente, él era así. Pero en lugar de desanimarle, pensaba que acaso era una oportunidad de llevar una relación sana, un amor surgido desde la amistad y no lo contrario. 

Vicky empezó a ceder ante el frío. No solo era pequeña, sino también delgada, y sus manos aún dentro de los guantes empezaron a sentirse entumecidas, así como sus labios entrecortados. Provenía de un clima tropical, y nunca lo consideró algo malo, hasta que consideró que en el caso de pasar algo de sus fantasías, no pudiese besar a Ryan. "Sería desagradable", así que decidió marchar adentro de la casa un rato. Entró al cuarto de los varones y se recostó en una de las camas, la que pertenecía a Ryan, y entonces miró fijamente al techo, imaginándose como Ryan llegaba a verle, tocándole el rostro por si acaso tuviese fiebre, y entonces...

Los ojos de Vicky cedieron ante el sueño, quedándose acurrucada entre las sabanas frías de añoranza.

Afuera, Elizabeth sacó una bolsa de bombones y unos palos y procedió a darle a cada uno. El postre se tostaba lentamente en el fuego, y era una excusa para acercarse más, cerrando el espacio que Vicky había dejado.

Los ojos de Ivanna se cruzaron con los de Ryan, quien le mostraba una sonrisa, la cual fue respondida de igual manera.

-¿Cómo conociste este lugar?

-Un amigo suele venir a este tipo de parques para acampar y quitarse el estrés de la ciudad. Simplemente le pregunté por cual sería el mejor en las cercanías y dio con este. Aunque es cierto que descarté lo de acampar, pienso que es mejor rentar una cabaña y pasar la noche ahí.

-Nuevamente gracias por invitarnos. Prometo que luego te lo compensaré. -Apuró Elizabeth, que si bien, solía mostrar un carácter hostil hacia los hombres, sabía ser agradecida.

-No te preocupes, nuevamente, fui yo quien las invitó.

-Gracias también por el pan Matt, estaba delicioso.

Matt asintió.

-El chocolate estaba rico, pero, ¿Tienes algo más con alcohol?

Ryan miró el rostro pícaro de Elizabeth, y sonrió con la misma picardía, como si hubiese estado esperando esa pregunta por horas. Sacó de su mochila una botella de whisky y también un vino tinto.

Elizabeth señaló la botella de vino y procedieron a abrirla. Se sirvieron en vasos desechables, pues no había copas en la cabaña, pero el sabor era bueno, y calentaba bastante bien. Matt fue el primero en notarse entonado. Sus mejillas se habían tornado rojas, y a este le sucedió Ivanna, quien tampoco era una gran bebedora. Ivanna abandonaba esa faceta seria de su semblante por una sonrisa que cruzaba entre la torpeza y la inocencia continuamente. 

Ryan se percató, y pronto, ofreció un poco del chocolate sin alcohol a ambos, con tal de cortar el efecto. 

-Déjalos que sigan así. Son adultos. -Le reprochaba Elizabeth, pero Ryan notó la inexperiencia de aquellos que eran un par de años menores. Ivanna lo seguía en la mirada, analizándolo, extrañada pues era la primera vez que alguien, aún entre conocidos, se preocupaba por su estado de embriaguez.

-Ryan ¿Hay algún problema si tomo mucho?

-El único problema surge si no lo recuerdas. Además, apenas son las nueve. Creo que tenemos tiempo para disfrutar un par de tragos más.

Mientras que Matt e Ivanna seguían el consejo de Ryan, él buscaba seguirle el paso a Elizabeth, quien confiaba mucho en su aguante. Ryan no tenía una gran tolerancia, pero tenía buena técnica, sabía cuando beber un poco de agua, cuando comer, cuando pararse a estirar las piernas, ninguno de sus tragos estaba fuera del cálculo. Pronto, el ambiente se tornaría a las risas y a contar anécdotas absurdas o planes que no tendrían sentido el día de mañana. Finalmente, surgió la pregunta de los labios de Elizabeth.

-Ryan, sé que hemos venido todas, pero me tienes que decir, ¿Hiciste esto para estar con Vicky? 

Ryan se sonrojó un momento mirándola, y luego mirando hacia Ivanna, quien sintió su mirada diferente a lo usual, como si dejase salir algo que intentaba ocultar.

-Me temo que no tengo esas intenciones con Vicky. Es cierto que empecé a hablar con ella porque me llamaba la atención, pero era más admiración. Es decir, su forma de trabajar es bastante efectiva y...

-Vale, corta con eso. Si no fue por Vicky, ¿entonces quién?

Ryan se mantuvo en silencio unos momentos.

-Lo he hecho por mí. Hace mucho que no salgo a hacer algo memorable con un par de amigos. Sinceramente, ha pasado un par de años desde la ultima vez que hice algo fuera de la ciudad. Quizás no seamos en este momento las personas más cercanas, pero me siento bien aquí.

Elizabeth parecía insatisfecha con la respuesta, pero decidió dejarlo por la paz.

-¿Qué hay de ti Matt? ¿No hay alguien que te llama la atención? -Elizabeth cruzaba las piernas sensualmente, tratando de provocar cualquier efecto en su impasible rostro.

-Me gustas tú. -Dijo con naturalidad.

El silencio envolvió el lugar, mientras que Elizabeth empezaba a sonrojarse, derramaba su vaso sobre sus mallas y se paraba en un momento abrupto, quedando confundida y con la reacción que esperaba provocar en otros, ahora en su propio rostro.

-O eso es lo que diría si tuviese que elegir.

Y mientras que Matt bebía y Ryan e Ivanna morían de la risa, Elizabeth lanzaba una patada hacia Matt que terminó tumbándole de la silla.

El alboroto terminó por despertar a Vicky, dándose cuenta de su descuido, corriendo hasta la puerta para ver como estaba todo afuera. Ahí se encontraban los cuatro, riendo a carcajadas por obra del alcohol que se metabolizaba más lento de lo que el frío demandaba.

-Parece que se han dejado llevar un poco. Espero que no empezasen a besarse o algo así. -Bromeó Vicky para intentar acoplarse a la conversa, y lamentándose casi al instante, pues bien pronunciaba esas palabras, veía como las miradas de Elizabeth y Matt chocaban en sonrojo, pero más aún, como hacían lo mismo y con mayor intensidad Ivanna y Ryan, en un instante que le pareció eterno.

Entonces, Vicky notó que ya no había espacio para ella junto al fuego.


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