Con el decoro de tu pecho siempre firme,
Saludo al viento como quien mira a la muerte
De aquel visitante que espera por verme
Con cierto miedo, y con poca sorpresa.
Inhalo de tu esencia como baja la noche,
Me vierto en palabras desnudas e inertes
Que acechan tu si, acechan tu suerte,
Dulces palabras que buscan promesas.
Lúgubre eterna mujer de colores,
Labios brillantes como metal endeble
Alma serena como los ruiseñores
Que hallan en tus melodías dulce belleza.
Aún que tú duermes pensando en amores,
Voz que no acucia de mis degeneres,
Alma serena como los ruiseñores
Siendo el susurro que acaricia la hierba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario