martes, 5 de abril de 2016

La lluvia de ayer.

Quisiera sentir la lluvia como antes,
impregnarme de humedad y besos
en los sitios que creíamos amables.

Descansar en camas compartidas,
acurrucarme entre cálidos deseos,
cubrirme del calor salvaje.

Soñar con realidades duraderas
en vez de con sueños animales,
que una lágrima se asome en mi mejilla
no los hace menos repugnantes.

Y ser uno con las cortinas
y no dejar que la obra se acabe,
si bien tuviera un último deseo
quisiera ver la lluvia de antes.

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