lunes, 23 de febrero de 2015

Cuestiones perspectivas.

Parecía una sonrisa o mueca forzada,
un cariño o necesidad de compañía,
un abrazo de cariño o compromiso,
un coqueteo pasional o altruista.

Me buscaba por amores o descuidos,
se acurrucaba o caía desprevenida
en el pecho del perverso  que le seguía
a los oasis de los desiertos derruidos.

Me recordaba un sueño o fantasía,
miraba el cielo como mira al techo,
contando segundos o despedidas
o los centavos para salir del agujero.



Jugaba a la mujer decidida,
a la niña consentida e inmoral,
a ser consuelo del solitario,
a ser el mal de amores de la cofradía.

Rompía todo cual veía su miopía,
mostraba todo lo que no era suyo,
hablaba de verdades infundadas,
mordía como los perros de noche.

Ni santa ni menos bondadosa,
ella curaba cual lo hacen las drogas,
ella quería como lo hacen los gatos;
ni humana, ni mucho menos hermosa.

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