martes, 2 de junio de 2015

Mundo.

Hay que ver en que mundo hemos caído,
que al mínimo tacto desaparece la cordialidad
y al mínimo consuelo de realidad el sueño explota
la fina vaina de deseos y metas sin cumplir,
y al caer del árbol de delicias brota
la dulce cascara de un nuevo ser maligno.

Para ser tontos aquí enseñan de niño,
y a creer en las reglas de lo incorrecto y la bajeza,
desechar aquel viejo trapo de buenas obras,
y ponerse el saco de la lujuria y el kashmir;
en el suculento miedo dejar nuestras botas
que habrían protegernos del suelo frío.

Hay que ser ciegos para no notar el hilo,
la fina tela de titiritero tomando tus muñecas,
el caminar falso de los pies y sus maniobras,
que entretienen a quien si conoce del vivir,
aquellos que han colado del río sus gotas
y que se han hecho con el viento para si mismos.

Hay que ver en que mundo hemos perdido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario