domingo, 6 de noviembre de 2016

Ardor inmaduro.

Un mundo tan extraño y lleno de ardores,
el ardor que causan los hijos en los padres,
el ardor a la vida y el suelo que pisamos
y ardores para todos los que no quieran a nadie.

Los labios que se alcanzan y terminan de colores
entre nosotros van formando dos pilares,
los pilares caen y el fuego lo apagamos,
dando paso a la humedad de los hostales.

Dulce ardor para los bellos animales
que vemos crecer y morir cual malos padres;
bello destello, has de faro y sé la luz
que se mantiene en las recámaras de los amantes.

Ardor de los sumisos pero estoicos impecables,
ardor en los celosos insaciables,
ardor imparejo, ardor desangrado,
ardor desde lejos que se apaga en el viaje.

Mi ardor inmaduro se acaba al instante,
desborda, explota y expira, es desechable;
ardiente deseo que no entiende de amos
palabras tristes que no le pertenecen a nadie.

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