He oído las cloacas entreabiertas,
las ratas royendo mis más puros sentidos
y con la rabia que me han dejado
me he atascado al trago de mi vino.
Puede que ahora viva alerta,
que la noche vuelva a dar asilo,
que la muerte no ha llegado
tan solo por jugar conmigo.
He comido lo que no está en venta,
he matado lo que no es debido
y me regocijo de mi legado
que acabará con bizarros gritos.
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