miércoles, 16 de septiembre de 2015

Ahogado.

Hoy disfrutaré del cielo gris
de las lagrimas en picada hacia mis manos,
del gato negro y receloso de atención
que me ha quitado los días mundanos.

Dejaré que la noche me acobije,
que las sirenas se vuelvan arrumacos;
puede que alguien este sufriendo,
mientras yo invierto en el descanso.

Puede que hoy no sienta miedo,
ni el tedio que crecía entre mi tajo,
he encontrado un buen remedio.

 Quizás pueda soñar de nuevo,
conduciendo a orillas de ese lago,
aunque hoy no queda tiempo. 

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