El silencio en sus ojos.

Siempre he buscado la mas mínima excusa,

el simple chiste de redactos y pensamientos,

y que mejor excusa podríamos disfrutar

que la razón eufórica del rompe hielo.

Un instante improvisado de la medusa,

que ha observado fríamente a esqueletos;

hechos piedra y de pensar

en la belleza del sonido del silencio.

De egocéntrico y malvado se me acusa,

pero existen pruebas de mi regocijo,

noble, prueba a comprobar

que si encuentro los ojos, yo me pierdo.

Mimado entonces por sus lunas,

y flotando como en sueños becerrillo,

los cuales empezamos a contar,

pero antes de terminar me duermo.

 Hoy los labios duermen,

hoy los ojos duermen,

los corazones también duermen,

hoy la vida despierta.