miércoles, 22 de abril de 2015

Pareja utópica.

Es fácil sentirse cómodo, liberado de toda presión en un momento clave del día, despojado de la tensión y de cualquier carga externa que nos pudieran causar los terceros. Hablando de parejas, creo que cualquiera debería ser capaz de lograr ese pequeño logro.

No tan fácil es admirar la aventura, los sueños, el viento por su rostro. El orgullo de que alguien tan pleno en cuestiones personales te oferte la mitad de su vida, tan solo porque tu has dado la mitad de la tuya. 

Pero si hay algo verdaderamente digno de admiracion, es aquella pareja que haya sido, no solo plena, no solo elogiada, sino que hayan logrado ser mas que dos. Al final, de nada pueden servir las caricias nocturnas, el beso de buenos días, el viaje a un país perdido, o la sonrisa mas perfecta, cuando despiertas un día y notas que eres el mismo hombre de antaño, tan solo un poco mas arrugado y desorientado, que ve en su cama compartida la misma imagen de hace unos años. Es bello, mas aun no suficiente.

A mi utopía pertenecen, no las parejas mas bellas o sonrientes, ni siquiera las mas longevas, sino aquellas que se han mirado y han encontrado no equidad, sino una montaña por escalar a cada lado del camino, donde el deseo mas grato que se pueden ofrecer es la dicha de haberse conocido y no necesariamente de terminar juntos. Hablo de ser mejor que ayer y no solo la sombra de una juventud agradable, de ser el hombre que en mi vida imaginase que podría llegar a ser, y pidiendo demasiado, ser la montaña que abra paso a una mejor mujer.

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