Los comienzos son causas;
el primer domino de este efecto,
el tropiezo que dio lugar a una caída,
el extremo que trajo otro extremo.
Los años son las damas,
las cuales recibimos con afecto;
mas, sin querer notable su compañía,
a veces las perdemos en lamentos.
Tu eres la brisa en la mañana,
el cantar de los pajaros al viento,
la felicidad en efecto y plusvalía;
la excusa de abrigo por tu fresco.
El lado puede ser cualquiera;
a veces prefiero el izquierdo,
aunque de frente siempre en la caída,
aun si eso me deja muerto.
Que el comienzo sea la causa,
y mi pareja la única dama;
la brisa que me abriga del viento,
intempestivo cada mañana.
¿Cuál es la respuesta a la adivinanza?
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