Cortas noches y longevos días, y aun sin descansar...
Sigues dando vueltas al futuro, a la cama, esperando encontrar la forma de dormir, de soñar; y es que un hombre sin sueños no es mas que un barco sin timón, o un veneno sin consecuencias. Apenas logras cerrar los ojos, para apenas abrirlos unas horas después, continuas igual de cansado, de hambriento, sediento de promesas y caminos que quizás jamás devoraras.
Y permaneces ahí buscando recordar lo que no sucedió, por lo menos hasta que el mundo toca a tu puerta esperando tu regreso. Sabes que si vuelves seguirás sin una respuesta, pero comprendes que el tiempo no es tuyo, y que es imposible no respirar. Ve a decirle a los demás tus dudas y temores, pero no te alteres, ni te dejes llevar; inspeccionas cada emoción que tu alma alberga, pero advierto que posiblemente te perderás.
Si fuera mas joven hundiría esta ciudad, y enterraría mis sueños donde nadie los pudiese encontrar, después de todo, vivimos para soñar, bebemos para no recordar.