miércoles, 2 de mayo de 2012

Aires de cambio

No se puede aplazar la hora señalada...


Puede ser uno de estos días tu ultima batalla
y al sentir el redoble de campanas,
no cerraras los delitos de tu memoria.

El laberinto del sueño en la mañana
y los demonios de las noches que encarnan;
todo fluye con el tiempo y en tu historia.

Y se estrenan gente nueva en las salas;
en una escena te decides empapada
y al acto sudas y emocionas.

Estas a punto de decir adiós,
horas muertas pequeña balsa,
se que dirás adiós.



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