Como salida del margen es mi situación. Todo ha cambiado, y sin embargo mis vicios siguen intactos; vivo cada día como si fuera el último, cosa muy útil en una sociedad que miente. Mis días de fatiga han vuelto. La felicidad por fin toca la puerta y decide quedarse. Por mi parte, he sido un buen anfitrión en cada evento ya que siempre me ha encantado la compañía en este humilde estanque que tengo por hogar.
Aun así, sigo confundido en el futuro. Aquello que alguna vez quise dejar a la suerte vuelve, siempre con mas importancia, siempre con menos respuestas.
Pierdo la cabeza por momentos, pero un blues melancólico me recuerda: soy yo, nada mas ha de importar. Solo habrá que olvidar para vivir.
Flotando me encuentro en las nubes
y si la tormenta se avecina,
dejare que la estática haga su trabajo,
que me encanta la lluvia y su ventisca.