El canto de la sirena

-¡vamos a idiotizar al mundo, a llenarlo de mascaras e inmundicia, cubrirlo de su propio lodo y cantarle la escoria que es la vida¡ -grito el pirata despechado en el infierno, pero en su ira ignoro en donde estaba, olvidó que provenía de eso tan hermoso, dejo de pensar en la vida pasada y se revolcó en su maldito gozo. Y dedico su miseria a la pérdida, a los pedazos que no conservaba, y se ahogó mas rápido en su idiocia. Se tragó cada sorbo de urgencia y de vino, y entre tanta locura, jalo las cuerdas de la vida, se amarro sin medida del cuello y del derribo, y solo antes de su muerte se dio cuenta de su error... y dejó de luchar... contempló su dicha... y sonrió sentido...

El tiempo y sus pequeños secretos

En ese instante tan pequeño escuche la llamada,
los nopales golpeados por los aullidos  
y el sol oculto bajo un reloj de alarma,
que en su ultima batalla se declaró vencido.
 
Sin remedio, derrumbaron cada puerta
y aplazaron las mil horas acordadas ,
 se perdieron los demonios en el sueño, 

las larvas crecieron para derruirlo.

El profanador se enfrento al tiempo,
que en el limite su destino le mostraba
"la casualidad a cada segundo se ha reido
escribe por ultimo tu luz dorada."


y el alma ya no le perteneció,
pero era buscado como tal,
como aquel tal que amo su voz,
tan ta ra ran, que hoy ya es de mañana.

de repente y como si nada hubiera pasado,
se volvió a pensar en la distancia
y el tiempo volvió a coser el lino.

El ahora muere de sentido,

de logica de espacio y de constantes cuadradas;

algun día dejará de estar perdido.

Conociendo la locura

¡Y compartiremos la pena señores!
y nos iremos con la lluvia eterna,
con la humedad de la luna,
con su palidez linterna.

Ya no existe nada que perder,
la noche no quiere morir en otras manos
que no sea las del sol y sus quemaduras,
las del terror de los condenados.

 

Izar las velas, marcar el rumbo,

Rezando hasta el fin del vagabundo,

Y si en otra vida ha de hallarnos

Que sea de noche, ahí en el fin del mundo.

 

A beber, reír, llorar

Que esta fiesta nunca acabará

Pues cuando des el último suspiro

El primero alguien más dará.

Asi fue...

Nació en un oscuro dia radiante. Saludó al aire con una reverencia, una flexible locura transparente. Fue increible el sentimiento de solvencia. Y la vida del ser humano creció, se desarrolló y se conecto al mundo que le rodeaba; y en su gloria desapareció, dejando solo rastros de una cita olvidada.

Un corazón que grita por su vida, una llamada en la mañana, un reloj que sirve de alarma al mundo,  un espejo de rostro nauseabundo. No ocurrió a tiempo, pero tuvo su momento; una oportunidad muy casual que dejó señal del próximo golpe. Ese es el camino que iba a tomar.