jueves, 11 de mayo de 2017

Inventario

Aprendí que los sueños son el reflejo de un lago en el que solemos remar, que los perros no me odian, quizás soy yo quien no les quieres conocer, que los pájaros empiezan a  cantar a las cinco de la mañana y echan a andar, que el amanecer da nostalgia y no tiene la delicadeza de su hermana a la noche.

Comprendí el porqué de la amargura de mi madre, cómo de grande es mi hermano por dentro, cómo mi padre tuvo también sus momentos amables, que todo se pierde, y yo no quiero perder.

Entendí de física, de psicología, del arte,  los opuestos se atraen, el histérico, el compulsivo, el escritor y la musa desnudando el mundo en sus sentidos y el desastre de la entropía de sus palabras al aire.

Conocí el absurdo, la perversión, el caos del sin sentido, el espacio sin paredes, sin nadie, sin mí, las voces nocturnas en mi cuarto, el pesado beso del destino que abofetea mi rostro buscando cariño, pero nunca una respuesta.

Hallé el amor en una noche eterna, mientras desnudaba el alma y mandaba a dormir a la lujuria, y en la divina ternura de su corazón frágil, coloqué mis manos para calentarme. El calor fue tal, que no quise más volver a despertar, pero así hice.

Ahora, debo saber cómo entregar un corazón, como escribir feliz, cómo cantarle, dibujar el alma y entregar, no cómo préstamo, sino un obsequio sin empaque, sin devoluciones.

Que más daría por poder al viento entender, palparle, transformarme en frío a la noche y al Sol recibir en la ranura de la ventana a la cama, que mientras haya Luna en el cielo, no descansaría de amarle.

lunes, 8 de mayo de 2017

Ladrona

Del sueño saliste a robar el mundo, sus detalles, sus completos, sus hojas impregnadas de mil historias, los vestigios de mi corazón moribundo y la sonrisa olvidada. Del viento tomaste la brisa y el sonido, afilaste el aire y creaste música, suave como tus manos, directa al recuerdo del pasado afable, el que debía de olvidar para perderme mis anhelos de ser yo mismo. De la tierra, marcaste caminos para mis pies tan habituados al reposo, los desempolvaste, los adornaste con flores y colores que habías robado del cielo y me llevaste a recorrerlos, olvidando así el cansancio, el peso de mi cuerpo y de tu cuerpo que de tanto caminar, quedó tendido junto a mi pecho. Ya en la noche y dormido, viniste y tomaste aquello entre mi pecho, y con tu hurto de lo bello, desperté junto a mi sueño, traído para encajar entre mis brazos.

domingo, 7 de mayo de 2017

Camino a la felicidad

Caminamos durante horas. Cada cierto tiempo, le pedía a mis pies que dieran un paso más, alegando que la felicidad se hallaba en la siguiente parada, pero sabían que estaba mintiendo. Estaba al lado mío, caminando con la levedad del agua en declive por las piedras de mi pensamiento, las alisaba, las nutría, y en su defecto, mis piernas respondían a mi falla del encubrimiento, la acompañaban, le seguían y en ocasiones, la llevaban a explorar el paisaje, las casas, el cielo, la gente o mi rostro inquieto y sonriente. Siempre creí que la felicidad tendría forma de mujer, pero jamás pensé que se sentiría tan libre, ni que yo en su compañía le haría sentir lo mismo. De repente, un sismo en su interior empezó a crecer, y yo sin darme cuenta, fui un tonto un momento, y el demás tiempo fui el proveedor de sus cuidados, su apoyo para caminar. Debo decir que nunca una carga se había sentido tan bella en mis hombros, y así volvimos a casa, le arropé y en algún lugar entre las canciones y los besos, dejó tirada su agonía, quedando así sólo los cuerpos, el alma y compañía.

viernes, 5 de mayo de 2017

Votos de tormenta

Si el cielo cae, yo estaré ahí para amortiguar su caída sobre ti amor mío, acaparando cada gota con tal no alcancen tu piel de mayo, ni enfermen tu cuerpo tan delicado para mis adentros. Si las nubes se rompen y sus crujidos iluminan la bóveda celeste, yo ofreceré mis brazos a la causa de tu frío desvirtuado en temblores y agitaciones, buscando tomar entre mis manos el gélido aliento del miedo y devolviendo el valor a tus memorias y presente, que ahora es tan tuyo como mío. En las noches venideras, las lejanas, las íntimas, te encontraré y repetiré estos votos en forma de sueños, de abrazos, de un canto al aire que ruega por llegar tarde que temprano al rescate de tu hilaridad, de tus paginas de colores del alma y de la narcosis ofrecida generosamente por Morfeo.

martes, 2 de mayo de 2017

Mirar al cielo

Desperté en una habitación que si bien desconocida, mantenía un aire de familiaridad a mis adentros. Se podía deber quizás a la colonia de mi padre, y así entré en razón de que debía recobrar la compostura para saludarle. Me tallé los ojos y le vi saliendo de la ducha, le di los buenos días y después de responder, se encerró en el cuarto. Jamás hemos sido de muchas palabras pero por alguna razón sentí que me esforcé para nada.

De fondo, se podía escuchar aceite caliente y entré en razón de que mi madre y hermano estarían de visita. Bien lo razoné, salían de la cocina sirviendo un desayuno continental, les abracé y me dispuse a sentarme con ellos a la mesa. Platicamos poco, mi hermano se mantenía serio, un poco hastiado por venir a un lugar donde, en sus palabras, no hay nada. Y tiene razón, la costa no es apta para bañarse, solo hay un centro comercial y un parque con un pequeño lago, fuera de eso son casas y depósitos. Le insistí que saliéramos a dar una vuelta más tarde, y después de refutar sus negativas, aceptó finalmente, resignado. Eran las siete cuando salimos de la casa, y la noche ya había caído, permitiendo ver unas cuantas estrellas. Le comenté que el cielo aquí es una maravilla pero no hizo mucho caso. Entonces, lo llevé a orillas del mar, en lo que fue alguna vez un bar y ahora no era más que ruinas, y si bien se mostró escéptico, entramos, viéndonos rodeados de decenas de personas, mirando fijamente hacia arriba. La curiosidad hizo voltear a Andrés y entonces, pudo ver estrellas, constelaciones, lluvias de meteoritos y demás eventos astronómicos que pareciesen exclusivos de libros.

-Así es el cielo aquí, hermano. En lugares como este, vale la pena voltear arriba. -Le decía mientras veía una lágrima resbalando en su mejilla y una sonrisa que no se puede describir sino como satisfacción.

domingo, 30 de abril de 2017

Encuentro

Había buscado ojos más grandes que los míos para expandir mi visión de lo ambiguo, cabello negro donde perderme en las mañanas de camino a su boca, y así pues, busqué bocas como tesoros de algodón y telas finas que adornasen mis labios desnudos y de almidón.

Busqué abrigos blancos y lampiños que calentasen mi piel siempre fría, y ruinas donde hubiera cabida para restauración con manos delicadas, manos de músico, que saciasen a oídos no exigentes, sino conscientes de mi talón que se mueve cada vez que hallan ritmo.

Quería un envoltorio pequeño para tomar el regalo del amor entre mis brazos, una sonrisa en mi escritorio, en casa, en la calle de la mano, en los nietos que nos mirasen como fósiles llenos de vida hasta el día que los dóciles lazos del cuerpo dejasen sólo el corazón.

Quería escaleras largas y tersas hasta una libido de fragancias embriagantes y sutiles, caderas marcadas que mandasen mi deseo tímido a desbocarse y a nutrirse entre ellas. Buscaba entendimiento, aun cuando ni yo mismo sabía comprender lo que siento.

Busqué tanto y entra tanta gente, que me sentí solo e imposible varias veces. Culpé al resto, a mis anhelos, al impasible deseo de perfección encarnada para mí. Cuando dejé de buscar, alguien vino y me abrió los ojos. Fue que comprendí no estaba tan perdido, pero que en lugar de abrir mi visión, debía tapar aquellos hoyos en frente del camino. Ahí perdí los grilletes y pude volar contigo.

La niña de los días lacónicos

Ahora que mi espalda es tan liviana, que no hay quien levante mi pesado sueño, los pajaros cantan y les escucho, mientras me acuerdo de lo que fui hace unas semanas. Mis huesos truenan pero ya no duelen, mi pecho ensancha pero ya no importa, "mi dicha desborda" es lo que pienso, y veo el cuarto pero ya nunca el suelo que tanto me recordaba mi vacío, mis deseos, mis fracasos, mis discordias, todo esfumado a la intromisión de un alma  bella, inmensa para un cuerpo tan tierno, tan ajeno al sufrimiento decadente y tan consciente del mundo como de sus carencias. ¿Quién sería yo para negarle amor y refugio a tal dulce dama? ¿Cómo pensar que algún día el cielo se apiadaría de mis plegarias susurradas?

Ahora que puedo hablar sin titubeos, sin ataduras, puede que mi poesía tenga que buscar otra excusa para salir, pero no temo, pues si bien es tan fácil hablar del desastre, el Sol sale, y con el se iluminan mil musas naturales y una como ninguna, la de las amarguras visuales, la de los tesoros invisibles, la dama de las noches desnudas y la niña de los días lacónicos. 

Mujer que dejas atónito mi pensamiento, dame tiempo para expresar el sentimiento, lo divino, lo diabólico, la libido de los días que busca tu cuerpo. Tuyo es lo mío, que si bien es nada por sí mismo, en tus manos es un lienzo.


jueves, 27 de abril de 2017

Poetas y legado

Un buen día, fui poseído por el más grande poeta que jamás se dio a conocer. Acordamos que usaría su nombre de pseudónimo a cambio de que reescribiese sus más bellas obras y las diera a conocer del modo que me fuese posible. No fue muy difícil hallar concursos literarios y cumplir con las bases, así que proseguimos a escribir, yo usando mis manos, el usándome a mí, y así pasaron dos días hasta que las 357 paginas de su novela quedaron terminadas y revisadas. Consideré que tenía muy buena memoria para un fantasma, aunque es probable que lo inventase en el paso, pues los dotes no deberían desaparecer con la muerte (al menos no los que exceden la carne). Sin embargo, antes de poder mandar a imprimir el documento, la luz se fue, sin posibilidad de guardar nada. Fue tal el coraje del fantasma, que decidió vagar por siempre asustando a los de la comisión de electricidad. Así murió su obra y su nombre, pero no mi motivación y mi recuerdo del único nombre rescatado de su increíble historia: Ernesto Valdemar.

lunes, 24 de abril de 2017

Carta a un idiota.

A ti que huyes de mi sombra, que prefiere andar el camino solitario y espinoso a verme a la cara, porque no creas no me he dado cuenta del esquivo de tus ojos, que si bien pequeños, mi rostro ya no reflejan y se pierden en la nada, en lo que sea, hasta que tus pies reaccionan y empiezan a andar, lejos de mí, de mi cara traicionera, del enfrentamiento de tus ideas contra las mías que no piden clemencia, solo perdón, entendimiento, pero sobre todo, a mi amigo de vuelta.

A ti que dice dormir, estar cansado, tener planes, a quien se le olvida fácil quien siempre estuvo ahí, quienes le han abandonado y a quienes abandonó por sentirse defraudado. Deja de huir de todo y de todos, deja de huir de mí, que aquí sigo detrás tuyo y seguiré estando hasta que te dignes a mirar atrás y me permitas de nuevo caminar a tu lado. Porque para eso estamos, a pesar de todo, aun cuando fuimos despiadados, mentirosos y descuidados. Aquí estaré esperando te acuerdes que alguna vez fui tu mejor amigo, que lo sigo siendo, que no me he ido.

Aun ahora sigues caminando, con los pies cansados, el alma rota y un trago amargo que se disfraza de sonrisa, al lugar donde de mí te habrás librado. Quisiera saber si eso que hice fue tan malo, si no hay perdón para mí en el cielo por al fin haberme enamorado y ser correspondido en el evento. Tú que tanto conoces mis lamentos, no quiero sentirte mal parado porque la felicidad al fin encuentro.  No seas hipócrita, no seas egoísta, no te alejes de mí, no te sientas apartado cuando ahora eres mi tormento.

A ti que disfrutas el desamparo, el rechazo, hazme el favor de dejar el juego conmigo, si tienes que decirme algo hazlo, terminemos de una vez este martirio y vuelve a ser conmigo, no alegre, no olvidado, ser mi amigo.


jueves, 20 de abril de 2017

El edificio

Hace unos días, se presentó ante mí una mujer de belleza indudable y sonrisa imperdible. Después del trago amigo, las puertas se abrieron y me adentré en un edificio lleno de personajes singulares que me permitieron conocerles. Ahí había unas hermanas que se cuidaban la una a la otra, y aun en sus diferencias, encontraban acuerdo y regocijo que les unía incondicionales. Un piso más arriba, se escuchaba un piano delicado, apasionante pero a la vez reprimido, que buscaba huir, dejar de ser piano, quizás, tal vez violín. Conocí unas manos que podían plasmar todos los colores del firmamento en el momento que sintieran la necesidad de hacerlo y las admiré por horas, mientras que creaban boceto tras boceto, y buscaban la perspectiva perfecta.

Vi también a lo lejos, una familia feliz, un padre consentidor que cargaba a sus hijas mientras la madre se llevaba los brazos a la cadera y hacía un gesto de negación, entretanto que en su boca se doblaban sus comisuras. La puerta se cerró. En el siguiente piso veo a una niña llorando, preguntándose que hizo mal y entonces, le abrazo y se pierde, y la puerta se vuelve a cerrar. En la terraza del edificio, alcanzo a ver la claridad, el cielo, el Sol y siento el viento abrazándome, diciéndome que nunca más me va a soltar. Y soy feliz.

Esta vez, la puerta se cerró conmigo dentro.

El buen samaritano

¿Sabes? A veces la casa se cae a pedazos, no sólo literalmente como siempre suele hacerlo, sino en forma de desastre humano, en fracasos, derrotas, sueños rotos y soledades. Y cuando todos estan jodidos en su miseria, uno de ellos debe levantarse y velar por los demás, tragarse sus propias desgracias y cargar la de los otros porque sólo así, la casa se levanta.  Cuando este hombre, que suena a buen samaritano, no soporta más la carga, se rompe y entonces, suelta sus tristezas y se riega hasta dos pisos abajo, llegando a los ojos de los demás. Ellos dicen que esa tarea jamás debió ser suya, pero no piensan en la verdad, que cuando uno reía y los otros lloraban, huían del caos que se libraba en el cuarto de al lado. Así que, después de decirse entendido, el hombre se para una vez más, dispuesto a llevar la carga por el tiempo que pueda aguantar.

Brío

Le di mis manos y ella alivió su ansiedad,
le di mis brazos y se abrigó del frío,
mis labios sirvieron de consuelo y saciedad
mientras que mi lengua le embobó con brío.

En mi pecho encontró una almohada
y en mi cuello un dulce bocadillo,
mi sueño se volvió su ultima parada,
y mi desvelo en la mayor muestra de cariño.

Le di mi voz y ella oyó sinfonías,
le di mis letras y ella me dio un río,
y en el río navegué con rumbo a la deriva
a rescatarle de su indosable suspiro.

Mi celo encontró para poner en libertad,
ofrecí mi corazón y ella adoptó su ritmo,
pero cuando le di mi alma un silencio,
y  por un momento, mi cuerpo no fue mío.

sábado, 15 de abril de 2017

Música

Le debo hijos a mi primera dama, la que me aceptó sin rechistar ni una sola vez, sin discriminar, la de la voz perfecta, la que tenía respuestas para mis manos titubeantes y curvas para acurrucarme y tocarla. Ella siempre estuvo en mi ocio, mis caídas, mis desidias y en los contados momentos felices que empezaban con el Sol. Solo el cielo entendiese lo mucho que fue, que es lejos de mi tacto, cerca de mis oídos que no se cansan de escucharlo, el viento, el sueño, el adiós y el querer arraigado, gritando en una esquina del cuadro un querer salir afinado.

Cada que recuerdo la desgracia de mis actos, las voces negando lo nuestro, el pesar de dejarla a un lado, la culpa me inunda y me deja en el sosiego azul y redimido de penas que me niegan nuestro encuentro. Aun así, la he tocado cuando el tiempo y el sueño lo permiten, aunque nunca siendo libre, nunca como antes, solo de vez en cuando, cuando me acuerdo que aun existe. Sé que no suena bien, pero es la verdad y por ende no tiene que hacerlo. Trato de no dejarlo, aunque suene vacío o desgraciado, es mejor que olvidar el roce de mi tacto contra su piel fría urgida de calor y de deseo insaciable por dejar lo taciturno. A ti te pertenezco, aunque nada merecido alma creadora.

viernes, 14 de abril de 2017

El tren

Bajamos las escaleras y ya en la terminal, decidí tomar el mismo tren que ella hacia su hogar, alegando caballerosidad, ocultando la necesidad de no dejarla ir lejos de mí, de conocerle más, de que mis labios viajasen sin demora y sin paradas a los suyos. El beso siguió sin despegar hacia sus labios, pero no así nuestras almas, que quizás zangoloteadas por el movimiento del tren, se catapultaron en la misma recta y en sentidos concurrentes, hallándose en el aire, mirándose y después un silencio, después siendo uno. Pasado esto, los cuerpos se volvieron inútiles, mas no así las bocas, que no hacían más que conocerse, enamorarse, buscarse entre gente, recuerdos y la distancia inherente de la inercia entre sus pies. La ansiedad los consumía, y hablaban de lo que se harían cuando pudiesen moverse, mientras que sus almas seguían entre los dos asientos como si de una gota se tratase, homogéneas, resbalando hasta sus manos apenas separadas por un roce. Cuando las almas llegaron, el reloj volvió a andar, pero nunca bajamos de ese tren.

martes, 11 de abril de 2017

Danza y lágrima

Cuando cayó la noche y me encontré solo en mi consciencia, el pasado se apareció en forma de pecado y el presente en forma de ángel con ceguera. Mientras la esencia del diablo bailaba y seducía, el ángel se mantenía a la distancia, esperando un no se que, quizás mi caída, quizás la del recuerdo que se cansaría de danzar y huiría a su letargo, a su guarida de demonios y deseos olvidados. Y así hizo, pero no fue solo, y llegamos a oscuras, con frío y cosas que decir pero ninguna palabra, solo manos, caricias vetustas y retrospectivas de tiempos, no mejores, no malos, sólo tiempos y eso fue suficiente para despertarlos y hacerlos nuestros un momento más.

Cuando la luz volvió y pude dejar el pasado atrás, el ángel seguía esperando, inmutable, sin pugna alguna contra mi caída y entonces noté algo. Me acerqué a él y me fijé en su boca, en su sonrisa amable que nunca cambió, siempre presente para mí, redentora de mis errores, piadosa de mis pesares. Fue ahí que me eché a llorar.

Cuando te empecé a querer

El día que te empecé a querer no fue cuando te vi por primera vez, divertida de la vida con un crío de la mano, jugando al amor difícil, al cazador y al animal furtivo. No, ahí fui un expectador nada mas, un mediador de sonrisas y amarguras mientras que de mí se reían los amores, los amigos y mi reflejo en un charco, pero tu reías con todos, de todos menos de mí, dándome una pequeña tregua no solicitada, un respiro, un suspiro, una mirada y luego adiós.

Tampoco te quise en la noche eterna, en la "rendición" de los cuarteles que tanto habíamos forzado a mantener cerrados. Las puertas se abrieron y en el frío, dos cuerpos salieron y dos almas se encontraron y con ellos, el inicio de una confidencia y un silencio incómodo que terminó por alejarnos un momento por culpa incierta.

Cuando te empecé a querer, fue a las tres de la mañana de hoy, en mi cama y después de tu partida, buscando dormir y hallando tu recuerdo, tu silueta, tu risa que hacía eco en mi pecho, y desembocaba en mi boca aun perpleja, desentendida de la verdad que escribías en mí. Y me sentí solo, pero no como antes, no deprimido, sino ansioso, ansioso por volver a saber de ti, por tenerte cerca, al lado del pecho, frente a mi vista, expresando quien eres y yo impregnándome de ti.

viernes, 7 de abril de 2017

Mamá

A veces quisiera estar solo, libre de lazos, libre de mí, dedicarme a la inercia de los días y al tiempo en destiempo de mis necesidades, que si bien pocas, aun están haciendo fila en la entrada de mi cuerpo, aglomerándose cual multitud primero, luego jauría y después silencio. Ese silencio tiene nombre de mujer y siempre llega a poner orden, a repartir sermones pero también cariños, comprensión y amores. Se llama Gloria, y tal cual, siempre llega al final, cuando el barco está perdido, cuando queda un sólo cabo suelto por cortar, o cuando en la noche ya no queda ningún ruido. Llega y me hace temblar, a la parte de mí que se da por vencido y se entrega a lo eterno, dejándome en blanco, pero nunca solo. No, ella me arropa cuando el frío acaece, susurra su nombre, su vida, y tararea esas canciones que de niño fueron mi paz y tranquilidad. Hoy Gloria celebrará, reirá, se agotará, y al final del día, volverá al silencio, ese que no me da miedo escuchar, ese con aspecto de mamá.

jueves, 6 de abril de 2017

Bonito

A un costado de ti, el Sol salía sobre tu hombro y besaba tu mejilla, obedeciendo la entropía de tu sonrisa que tan bien convierte la luz en algo hermoso. ¡Ah!, cómo quedé cegado aquel momento por tu sonrisa, y así, me retiré a lo recóndito de la pared, buscando matices, huyendo de tu simpatía con los astros y aferrándome a tus defectos, tan pequeños, tan cordiales y a la vez tan sinceros, tanto que mi vista se soltó de ellos y volví al resplandor que bien sedaba mis ojos de su pesadez y los llenaba de bellos momentos. Yo que me había refugiado en la noche y el alcohol, ahora estaba indefenso y a tu merced, pero tú sólo miraste y seguiste sonriendo, hablando sin pizca de descanso, sin titubeos, sólo hablando, mientras que en mis oídos se celebraba un himno de alegría y de sueños.

Temí por mi vida y lo peor era no saber porqué. A tu partida de mi casa, dediqué mi causa a descubrirte los embrujos, los encantos, negando continuamente su eficacia y dejándome las noches más largas y solitarias apiladas en el calendario venidero. Leí tu nombre en mis labios una y otra vez, buscando sabores y contrastes hasta que la respuesta salió de noche, a lo lejos. Y entonces mi miedo se volvió mayor, mis manos temblaron y buscaron lápiz y papel, dejándote este pensamiento, este bonito que no le pide nada a nadie, más que seas tú su lector.

Y es que, sin afán de resumir, ni de hablar de más, te conocí y me fue imposible concebir tan bello pedazo de arte hecho carne, hueso y piel.

martes, 4 de abril de 2017

Desnudo

Después de tanto yerro, fracaso y malentendido, empecé a temerle al desnudo y a la sublime belleza del arrumaco nocturno, pues la dicha cada vez huyó de mí, cada vez más cerca de su. resguardo contra el desengaño, y así también del fuego amigo. 

Me refugié en la ropa y en las sabanas de mi lecho, dejé a la lengua en su prisión de incisivos jaspeados y me dediqué al respiro, al deseo que se apaga con inviernos y al infierno del camino solitario. 

Aprendí a tenerme, no a quererme pues sería demasiado, pero sí a contar conmigo, a tomar lo bueno de lo amargo, y a beber el trago amargo con amigos, siempre presentes, nunca centrados pero en extremo tendidos a mis deseos insensatos. 

En el fondo, sabía que no era una solución, ni es que fuese más maduro, sino más bien me había engañado. Había conseguido soltarme del mundo y pensar que el mundo no querría tomar mi mano, pero entonces el Sol salió, y así como salió, me encontré de nuevo desnudo, encantado y luego confundido. 

Me quitaste el disfraz cuando empezaste a quitarte el tuyo, llovió entre mis brazos, despejó entre los tuyos y por un momento, sentí de nuevo el arrumaco nocturno. Con el amanecer nos fuimos, buscando de nuevo desnudarnos.

domingo, 2 de abril de 2017

Las tres primeras

La primera vez, fue obra del momento. Te hallé entre la gente, vestida como nunca más querrías volver a hacerlo, seductora, indulgente de los piropos, decidida a meterte en el papel que tan bien desempeñaba tu atuendo por sí solo. A pesar de ello, lo que me enamoró fueron tus ojos grandes, profundos y hermosos. Esa vez fui yo quien soltó el piropo, pero fui ignorado casi al momento.

La segunda vez, me vi influenciado por la opinión de tu hermana. Entonces, me acerqué y te tomé del hombro, pero el tenerte de frente, si bien me sirve de excusa, me idiotizó y balbucié una pregunta vacía.  Después de un sí, te esfumaste de nuevo entre los hombres, y así también mi voluntad de quererte.

La tercera vez fue en mi casa, y fue todo tan espontáneo, tan impactante, que me volvieron las ganas de quererte y fue tal mi deseo, que las palabras se amontonaron y se atoraron en mi boca, y así tu boca habló, sedujo, encantó, pero mi boca no respondió, hsta que te vi alejándote nuevamente, y ojalá hubiera sido para siempre.

viernes, 31 de marzo de 2017

Reflejo

Me dormí después de que los pajaros cantaron, a punta de un trago solitario pues no había nadie con quien hablar mis penas. Después de acabarme el cigarrillo al son del himno,  caminé buscando la cama a tientas, y me encontré con un alma en pena, que resulté ser yo mismo. El reflejo sacó a relucir mis verdades, mi perfil obsesivo, mi poesía reinventada, mi goce, mis cariños inhóspitos y mis rencores innombrables, y ahí, en frente de todo, veía la huella de tu paso sobre mi ceño, tu labial en mis mejillas, la sed que avivaste en mi lengua y jamás saciaste de lleno. Yo que creí haberte olvidado, me topé con un fantasma, y como cualquiera que se topa con uno, palidecí y me sentí timado, volteando casi de inmediato al pecho, buscando tu rastro, tu hogar, pero busqué en vano. Sí que te habías ido. El espejo sacó mis verdades, y la verdad es que no te olvido, pero ya no te amo, no como antes.

jueves, 30 de marzo de 2017

Tres de la mañana

Tengo un problema con el tiempo, con ciertos horarios que al verlos en algún reloj me producen emociones encontradas, como que las seis con dieciséis me parece un número diabólico o que las cinco pasadas de las cinco hace que todo me sepa tan simple como agua. Las cuatro con veinte me hace oler algo fuerte pero relajante, algo que deja la boca seca, y el medio día, va siendo cuando el Sol entra a mi cama a despojarme de mi sueño. 

Sin embargo, la peor de todas ellas, son simplemente pasadas las tres de la mañana, cuando mi mente cansada asiente a todo lo que se le dice y me lleva a realizar hazañas turbulentas, pensamientos irracionales y futuros arrepentimientos. A las tres de la mañana me embriagué por primera vez, tomé café antes de mi examen final, pensé en buscar el amor afuera de una escuela, salí a caminar por calles desiertas y terminé de contar ovejas para no llorar. A las tres fue que te esperé en esa sala, sentado solo con el frío más desolador de mi vida, y también, otro día a esa hora, concebí quererte a expensas del que podría pasar, y mira que ya ha pasado tanto. Pero heme hoy aquí, escribiendo, fumándote, recordándote a las tres de la mañana, porque siento poder excusarme de no recordarte mañana, y con un poco de suerte, puede que te sueñe, que te bese, que te ame y puede que me olvide de ti.

Por favor esfumate de mí, aunque luego me arrepiente.


lunes, 27 de marzo de 2017

Mirar atrás

A estas alturas, mirar atrás es avergonzarse, pero no me mal entiendan, no me arrepiento de nada. Es cierto que cometí muchos errores, algunos se solucionaron con el tiempo y otros, se guardaron ese privilegio para sí mismos y me dejaron el rencor como consuelo. Esos son los que más recuerdo, los que vale atesorar cada vez que doy otro paso, cuando me levanto en las mañanas o cuando quiero estar triste. Esos que reviví cuando se repetía la historia, de vez para bien, pero más a peor. Entonces se hacen más fracasos y más experiencias con sabiduría de por medio, con ganas de no volver a repetir. A veces, las mejores perspectivas vienen desde el agujero, pues sólo cuando el Sol no está, es que se extraña la luz del día.

sábado, 25 de marzo de 2017

Contar conmigo

Yo que te tengo una vez por semana, que escucho tu silencio, que te leo entre líneas, que noto tus ojos cansados. Soy quien te deja el corazón a flor de piel cada vez que escribe de lo bella que es la vida, quien prefiere mostrar una sonrisa antes de sonar como un payaso, quien te arropa cuando vienes a dormir y te ofrece un beso en la frente, esperando algun día pidas más. Soy el que espera el milagro, el que sueña contigo cada vez que el frío cala, y vaya que tengo frío cuando no estas conmigo. 

He de decirte que no siempre supe amarte, pero no por eso dejé de intentarlo, caí en pasadizos, en trampas, en días que parecían no terminar  y en noches donde creí me abandonaba el propio destino. Por fín es que entendí, que para amar no se necesitan besos, compartir una cama, tener un título o jugar a las manitas sudadas, sino más bien entregar el alma. Que sueño tan maravilloso es que fuera mutuo, no recíproco pues cada quien ama a su propio paso y no busco apresurarte ni empezar una carrera contigo, sino todo lo contrario, busco un paso lento para disfrutar el paisaje, el camino, la libertad de ser feliz contigo. Ten certeza que hoy por hoy, puedes contar conmigo.

Desastre perfecto

Hoy que el día me deja tan buen sabor de boca, tengo miedo del siguiente paso, del siguiente destino en mi tren de vagones vacíos, y es que esta mañana me levanté buscándote, y hallándote ahí en mi sofá recostada, supe que estaba finalmente seguro de mis desgracias, de esas con cuerpo de mujer, con sabor a ti y a palabras amontonadas en mi boca. Por hoy, estoy convencido de que eres el desastre faltante en mi vida, tan sutil, tan negligente de tu mano agitando mis arroyos y de repente salpicando a la hierba, creando vida, cuidándola. Quiero pedirte un favor pequeño desastre, y es que me sigas matando lentamente, pues yo sin eso no soy mucho, sino un remedo de lo cotidiano. A cambio, prometo seguir mirándote de lejos, queriéndote de cerca, jugando a la distancia perfecta entre el amor y lo platónico y no sé, quizás un día nos cansemos de jugar y lleguemos a una nueva estación.

Gracias

Me estoy cansando de esperarte amor mio, y eso me tiene al borde del desquicio. No he perdido la cordura como para sostenerte de las manos y robar la esencia de tu cuerpo indefenso que yace en la cama, pero si que me pierdo viendo tu silueta, cada vez más mesmerizante, pecaminosa para mis ojos que no hacen más que pecar al  verte, encontrando piel que desborde mi mente como la paja en la alpaca del establo de mi líbido, y la paja desborda pero se queda en mi mirada, que aun desenfocada te percibe como un bello tesoro, y a veces también, como mi mayor perdición.  Ahora que duermes, me doy el lujo de escribirte, y evitar así que mis palabras te ofendan, porque aun buscando encantarte, sé que no es a mí a quien buscas y no estoy tampoco para encontrarte. Que terrible es tenerte cerca y sentirte tan lejos, pero peor sería tenerte fuera de mi vida, porque a ti pertenecen mis piropos, mi poesía, mis noches, mis inspiraciones, mis aspiraciones, mi ser. Entonces, amor mío, te pido disculpas por mi mirada ansiosa, y te doy un gracias al viento, al papel, por la compañia condicionada y los pequeños momentos de esperanza, que si bien falsos, no los cambiaría por nada.

viernes, 24 de marzo de 2017

La muerte del individuo

El mundo no lo mata a uno. Se habla mucho de la ignorancia y también desde ella, se habla de cultura, de predisposiciones y de otros argumentos que asemejan al destino. Pero al caso del viento, invisible, intocable, así es lo que lo mata a uno. Dejémonos de globalización, de dictaduras, de la educación en casa que con los años es verdad que termina rezagada, dejémonos de buscar culpables que la culpa la tiene uno mismo. La muerte viene cuando uno quiere, cuando se empieza a sentir alegria, afecto o cualquier derivado de la necesidad de no estar solo, porque cuando se quiere, se empieza a vivir por algo, por alguien, y se olvida de uno mismo, a veces fugaz, y otras enterrando el puñal de poquito. Cuando uno hace suyo el arte ajeno, se lleva el propio al precipicio, al ático que no se procura revisar,  y ahí acaban también los principios, los sueños bizarros, la propia estima, y por último el individuo, dejando a la vista una carcasa atiborrada de ideas que alguien más hubo pensado.

Aun sigues en mí

Aun sigues en mí, lo noto en mi piel de un costado marcada por la cama, en el pie que pongo en el suelo de mañana, en las sabanas desordenadas que esperan les acomodes como antes. Estás durante el desayuno, disfrazada de un cigarrillo que besa mi boca de calor y humo, en la comida casera que siempre queda sobrando para el siguiente día, y entre ratos, cuando escribo de errores, de miedos o de destino.

Abandonaste mi sangre, pero no mi casa, que aun se desmorona cuando el alquiler no alcanza y  debo rogar a la casera que sea negligente una última vez. La alfombra roja se fue contigo, pues me recordaba a tu caminar confortante. Ahora son las grietas en el concreto lo que me atormenta, recordándome que debías de irte, que debías ser feliz, pero no conmigo.

Que amargo es el adiós, pero más aun es vivir con él,  siempre implícito y de nuevo nada a la nada y todo conmigo. No es que muera aun por tu pálpito o tus destrezas, que bien eran muchas, muero por ti, por la sombra de ti en mis palabras, en mi mente que cuando se enciende, se cohibe y apaga. Esa sensación de no ser suficiente, de ser menos, de querer más, eso es lo que me queda de ti.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Dedícame un sólo día

Dedícame un sólo día,

déjame demostrar que sirvo de algo,

que no soy sólo un extraño,

sino también creador de vida,

vida de poemas a tu nombre,

de sonrisas encontradas en el diario

y de bellos y absurdos milagros.


Quiero ser tu almohada, tu abrigo,

el único proveedor de besos y caricias,

porque aun llegando la noche,

estaría seguro de que fuiste mía.


Necesito de tu voz tanto como de tu risa,

del susurro de tu alma sobre el pecho,

ser el lugar seguro para cada desastre

que arrastraste en tu paso vagabundo.


Este mundo tan grande y abarrotado

puede que me haga el favor en vida

de hacer llegar mis versos a tus manos

y de que te enamores, puede que de mí,

puede que de letras, por un día.

domingo, 19 de marzo de 2017

Idealista de relaciones

Cuando empiezo a hablar de relaciones, mis amigos terminan por culparme de mi soledad. Dicen que soy un idealista, buscando siempre la perfección sin perder nada, sin dar algo a cambio. Es dificil contradecir la verdad, aun si es a medias. Siempre hay trasfondos.

Mi primera pareja me acompañó después de cumplir la mayoria de edad, mas no esperé por voluntad, tanto fracaso social debería ser un delito. Así entonces, recuerdo a la chica con la nariz rota cuando intenté protegerla, a la hippie que supo mis sentimientos después de tener pareja, y a la que jamás hablé hasta que mostré un anillo. Tenía tanto por dar, pero pocas palabras y un infortunio de sobra. 

La primera mujer que me quiso, lo hizo tanto como deseó, la segunda tanto como sabía y la tercera tanto como le permití. Hubo más mujeres, pero estas tres dejaron huella en mi líbido, me dieron lujuria, compatibilidad y calma, y nada de eso bastó. Huí cada vez que el hambre acechaba, siempre buscando saciarle con sabores de nube y sueños, de carne y caricias, que terminaron por dejarme en los huesos.

Dicen que soy un superficial porque me cautiva un bello rostro, mentiroso aquel que no tenga primera impresión. Idiotas quienes pelean cada semana y dicen ser almas gemelas. Ingenuos quienes dejan las conversaciones para la cama. 

Para mí, no hay quien perfecto, no hay mejores rasgos. Dejemos la ingenuidad y las idioteces, y tengamos un amor como debe, cautivador en cuerpo y alma, que inspire no sólo deseo, sino también ganas de vivir, de crecer como personas, de envejecer. Si eso me hace idealista, lo soy entonces. 

sábado, 18 de marzo de 2017

Helena

Se hacía ya tarde para la fiesta. Mi terapeuta tiene muchos malos hábitos, alcoholizarse, fumar, el juego, pero hay uno que particularmente no me molesta: llevar a sus pacientes a sus parrandas. Esta vez, sin embargo, se trataba de algo más formal que una discoteca, era el cumpleaños de la hija de un amigo suyo. Helena cumplía los 18 años en un lugar repleto de mayores. Su padre, el escritor Armando Mon Ceviche, realizaba reuniones de sus círculos sociales cada que la ocasión lo ameritara, y eso incluía los cumpleaños de sus hijas. Así entonces, se proyectaba un escenario impresionante de empresarios, figuras políticas y... mi terapeuta, que estaba atiborrándose de canapés y champán.

A decir verdad, era imposible no sentirse incómodo. Me sentía un intento de hombre frente a tanto éxito y más aun, que nadie era menor de treinta, con la excepción de Helena y sus hermanas, esas brujas con cigarrillos combinando a la perfección con sus vestidos rudimentarios y sus parejas completamente fuera de lugar que me causaban náuseas. Pero Helena era diferente. Puedo pensar que don Armando decidió proteger más a su pequeña hija, y lo había conseguido. Se notaba en su timidez, en su elegancia y belleza inmaculada, su vestido azul que no mostraba más de lo necesario, todo en ella inspiraba recato, pero a mi me inspiró deseo. 

Me acerqué lentamente a su lugar, esperando mi turno entre tanta figura célebre e hipócrita que llegaba a saludarle, hasta que por fin estuve en su rango de visión, saqué una libreta y pluma, y empecé a escribir de su belleza. Efectivamente, terminé por llamar su atención y en un parpadeo, se encontraba frente mío preguntando lo que hacía. Nos sentamos un momento y platicamos como hacía mucho no lo hacía. Helena parecía disfrutarlo tanto como yo, quizás por razones diferentes, pues era la única persona con la que realmente podía hablar en aquel lugar. Todo iba tan bien que el tiempo pasó volando, y don Armando terminó por llevársela para realizar el brindis principal. Después de eso me desperté.

Desde ese día, empecé a buscar un terapeuta problemático pero agradable, en busca de la Helena de mis sueños, que sigue apareciéndose durante cada parpadeo.


jueves, 16 de marzo de 2017

Mi amiga Laura

Mi amiga Laura frecuenta a un hombre terrible. Siempre llega como si fuera un amigo, pero cada vez que toma, y lo hace muy seguido, empieza a decirle dobles sentidos y demás obscenidades, a lo cual ella sólo se ríe, argumentando que no es algo de siempre. Sin embargo, desde un tiempo que lo hace en completa sobriedad y eso si no tiene excusa. A escondidas de Laura, hablé con él pero es difícil responderle al espejo.

domingo, 12 de marzo de 2017

Inercia

La deriva no se ha ido, sigue aquí. Está tatuada en mi piel pálida, en mis ojos cansados de dormir y en mis sueños que cada vez recurren más a la cotidianidad para contentarme.

Aparece en el humo de cada cigarrillo que veo en la calle o en la casa, donde sea que los cuerpos se dirijan a la deriva. Los caminos ya no llevan a Roma, pero si que se cruzan en este punto gris, donde puede que no volvamos a ver color.

Seis meses ya que hice algun cambio, seis meses de inercia y silencio, escuchando el tic tac del reloj, viendo el mismo punto en la pared donde hace tiempo dejé mi sangre marcada.

Ahora que mis dedos se quedan sin palabras, sé que no podré continuar de este modo. Tengo que caminar o morir, y quizás con suerte, las dos.

Amor

"Quiero creer en ti" susurró ella
"Eres una herramienta" dijo la lujuria
"Ojala fueras real" sollozó la tragedia
"NO LO PERMITIRÍA" gritó el destino
"Quisiera decirte que es real" le respondió

Una lagrima cae por su mejilla

"Por un momento, lo fui"

viernes, 10 de marzo de 2017

Escenario perfecto

Era el modelo de escenario perfecto. La noche se había encendido en el bosque, el frío era poderoso pero un aliado de las circunstancias, pues acercó a esas dos almas de a poco a la fogata, hasta que sus rostros quedaron iluminados por el fuego. Estaban solos, lo suficiente como para sentirse cómodos, acompañados del viento y de los sonidos ocasionales de la vida nocturna. No había espacio para el miedo, tampoco para razones, titubeos o tristeza, el alcohol los había corrido a todos e invitó a pasar al corazón.  

El empezó a abrirse, a decir lo que de antemano ya se sabía, el secreto a oídos, el sentimiento más sincero que se ocultaba siempre tras una sonrisa conformista. Pero entonces, ella empezó a decir lo que tampoco era un secreto, y de poco, las estrellas se ocultaron, el frío se volvió cruel, la fogata se extinguió, la cerveza se metabolizó y en ese momento ni siquiera el bosque fue suficientemente grande para ocultar la tristeza. Ella lloró, el se quebró y a pesar de ser el escenario perfecto decidieron "quizás en otro momento".

jueves, 9 de marzo de 2017

Dedicatoria

A ti que me olvidas en la ausencia,
que canjeas mi amor por baratijas,
y encierras los pesares con candado.
Aquella que fue mi cero culpa,
mi primer desliz, mi segundo eterno,
mi tercera persona, mi cuarto vacío.
A ti te dedico la canción perdida,
la que no quiero encontrar
llorando a un costado de mi cama.

Te ofrezco mi silencio huraño,
mi poesía desgastada y repetida
que algún día dijiste haber llorado.
Te regalo un ramo de no me olvides,
con el significado más amargo,
pero también más humilde entre las flores.
Tuyos son ahora mis descuidos con desdicha,
mis críticas acerbas
y mi indiferencia entre las damas.

Pues hoy desecho lo que no aceptaste,
mis sueños de familia y de cariño,
mis años de incoherente fidelidad.
Mis platillos de cena para dos,
la botella de vino que me terminé,
los regalos de momentos que no existieron.
Mis masajes cuando volvieras del trabajo,
mis cariños continuos,
labios que nunca dieron con los tuyos.

Hoy te dedico un adiós.

martes, 7 de marzo de 2017

La ventana.

Eran las tres de la mañana y aun no conciliaba el sueño. Algo me decía que sería de esas noches largas donde mi cabeza se llenaba de voces perturbadoras, susurrando palabras en idiomas que simplemente no logro distinguir. Ojalá hubiera sido sólo eso.

De repente empezaron los murmullos, no dentro de mí, sino fuera... en el patio. El perro del vecino empezó a ladrar pero después de que aquella voz le respondiese, los ladridos se tornaron en un lastimoso y desesperado quejido. A decir verdad, moría de miedo por que de un asomo pudiera condenarme eternamente y al mismo tiempo, me provocaba una intriga que entraba por debajo de mis uñas y reptaba por mi piel hasta mis hombros. Después de varios minutos escuchando aquellos sonidos guturales agudos y diabólicos, me paré de golpe frente a la ventana, pero mi seguridad se acabó apenas tomé la esquina de la cortina para levantarla. Poco a poco, la fui alzando hasta que mis ojos pudieron ver plenamente el jardín... vacío.

Di por hecho que había sido mi imaginación la que me hizo escuchar todo y volví a recostarme en la cama, limitándome a escuchar los autos de la avenida y la respiración... que no me pertenecía.

El resto de la noche, si bien no pude conciliar más el sueño, no me atreví a abrir los ojos. El exhalar profundo estaba en mi cama, encima mío, riendo, murmurando, tentándome a abrir los ojos, a mi final. Ahora cada noche que duermo sólo, existe un lúgubre momento donde la voz viene a atormentarme, a veces con respiros, otras con gritos, haciéndome lamentar el asomarme aquella vez por la ventana.

domingo, 5 de marzo de 2017

Descendiente del eclipse

Como una nube de hadas negras apareces plaga de la soledad, mordiendo la manzana de la discordia mientras te encaminas al siguiente destino, al siguiente corazón, a la futura alma en pena.

Descendiente de eclipse, te escondes entre los hombres llamando su atención, atontando sus sentidos, entumeciendo sus lenguas con la tuya viperina y tomas de ellos lo que dices es tuyo por derecho.

¡Oh! ¡Condena mía el conocerte!Que un instante te ha bastado para cautivarme y que estas líneas escribiese, una víctima más he sido del cascabel a tus espaldas.

Ensayo 37

1 de Marzo

Terminé la inscripción el día de hoy, quedándome con tres horas libres antes de que empezase el curso. El verdadero lugar en el que tenía que estar resultaba ser a un par de cuadras de casa de Miriana, así que no desaproveché la oportunidad para llamarle e invitarla a salir, pero no se encontraba en casa. A estas alturas, no sé si considerarlo una desgracia o un evento por demás previsto. Me quedé entonces en la banqueta de un parque, cerca de una parada de camiones, y haciendo uso de papel y pluma en mi mochila, destilé mi resignación.

3 de Marzo

Cada vez son más frecuentes las conversaciones nocturnas con Alfredo. Supongo que nos sienta bien a ambos sentirnos escuchados por alguien igual de jodido. Hoy vio a Silvia, llegó a la casa y el empezó a tocar el piano, exprimiendo las melodías más bohemias y nostálgicas de su cerebro para así crear el ambiente perfecto para pedirle por fin el desenlace de la duda entre sus sentimientos. El ambiente se creó, pero no así el planteamiento de la interrogante, dejándolo nuevamente con un sabor extraño en la boca. Por mi parte, estoy en un punto en el que deseo soltar a Miriana, seguir con mi vida. Volver a la cacería de amores fallidos tampoco es una gran opción, pero al menos promete un final más esperanzador en este punto. Quisiera que fuera fácil olvidarme de ella, encontrar alguien por quien si pueda luchar, pero puedo ser muy estúpido para oír a la razón. En este punto estoy desintoxicandome de ella, pero estoy lejos de estar limpio.

13 de Marzo

Ella no es perfecta, pero como nadie lo es, decidí amarle. Amé su fidelidad, su honestidad, su pasado plagado de traumas, su ir al grano, su sonrisa ante todo, su voluntad inquebrantable para alcanzar lo que propone. Amé sus rizos que rozaban su espalda, su expresión de encanto y de lascivia, su llanto sincero,  sus esbeltas y tersas piernas, sus delicadas y diminutas manos, su cuerpo común pero codiciable para cualquier hombre. Esos labios de apariencia suave aparecieron en más de un sueño y terminaron por volverse una pesadilla.

Seis meses han pasado desde su rechazo a mi amor. Así también hubo momentos de debilidad, soledad, oportunidades que por moral no decidí aprovechar, encontrándome nuevamente en el mismo punto, un 20 de Septiembre donde sufría, más no me permitía consuelo. Esta vez, necesito bajarle del podio, ponerla frente mío y poco a poco, dejarla atrás. Su fidelidad que enmascara una dependencia, sus mentiras más que ocasionales, su miedo a ver atrás, su falta de delicadeza, su habilidad para ocuparse y evadir lo que le causa conflicto, su sonrisa que esconde la más pura desgracia, debo dejarlo atrás. Ahora que su cabello cortó, es que percibo los vestigios de mi amor como algo imposible desde el comienzo, como los labios de mis sueños, los planes a futuro, la familia, el desenlace acabado en llanto, la canción que me impregnase de sus caricias.

Esta será mi voluntad, por lo menos hasta que la vuelva a ver y caiga en desgracia nuevamente.

18  de Marzo

Miriana viene como una tormenta mientras yo ando sin abrigo, desnudo del alma y tratando de no inmutarme ante la catastrofe que se viene encima de mi desgastado ser. El diluvió cayó en forma de mujer, de chirridos buscando atención, un amigo, un alivio del día a día y quizás, del compromiso.

Así fue que mostré una mascara desagradable pero funcional y hablé tanto como se hace el primer día de clases en una nueva escuela. Retrocedí en mi relacion a costa de protegerme del encanto y me encontré con el desastre de la tormenta, los escombros de su paso, y mirando a lo lejos su espalda alejándose de mí.

19 de Marzo

He ido a dejar un trabajo a una ciudad cercana. El viaje fue agotador, pero dejó varias sorpresas, un hermoso panorama, mujeres fuera del alcance de mis garras, amores desvergonzados, efectos del equinoccio. Puede ser bueno comocer más que el suelo donde piso, siempre y cuando quiera seguir caminando.

 25 de Marzo

Después de tanto tiempo, Miriana volvió a dormir bajo mi techo, como siempre lejos de mi cama. Toda la noche, saqué reproches indirectos de mi amor, del suyo, de lo nuestro que nunca ha existido, pero quisiera que no importase. El alcohol jamás es buen consejero, pero ayudó para que ella no recordase nada. A la mañana siguiente, desperté con la inquietud de su partida, así que corrí hacia la sala, encontrandola como arte a mis ojos, apreciable, impecable, intangible. Después de un rato platicando, me llevó hasta mi cuarto y cerró la puerta.

"Tengo algo que decirte, sobre tu diario. Lo leí de una sentada, la historia me atrapó y para cuando me di cuenta, llegaba al final. Como lectora, debo decir que tienes talento para la redacción, de no ser así ni siquiera lo hubiera terminado. Ahora, evidentemente hablabas de mí, no fue difícil ubicar a los personajes principales, me di cuenta de tantas cosas. Lo que sentía Carlos, todo lo que sufrió sin que yo me enterase, esas secciones me hicieron sentir culpable, y sin embargo, nunca dijo nada. Sobre ti... no asimilo que alguien me pueda ver de una forma tan bella. Dices tantas cosas agradables de mí, que de verdad llegué a pensar como sería ser así, lo quise en ese momento. Igual noto que hubo altibajos, que no siempre sentías lo mismo, a veces me declarabas amor, y otras, otras querías decir adiós, noto el duelo y sé que realmente sentiste todo eso. Llegando al final de la historia, las lagrimas empezaron a escurrir por mis mejillas... de verdad me siento mal de no poder corresponderte."

Así, y sin pedirlo, me condenaron a ser libre otra vez.

viernes, 3 de marzo de 2017

El mejor amigo

Él es un gran amigo. Un hombre con un don para simpatizar a los demás, la mayoría le tenían un gran aprecio y confidencia (ideal para su carrera de psicólogo), mientras que el resto de amargados le tenían cierto desprecio, quizás debido a  la envidia pues siempre se encontraba rodeado de gente de toda clase, incluyendo así mujeres hermosas. Parte de su encanto residía en un instinto dormido para con sus amigas, que se traducía en alguien confiable y sin intereses lujuriosos o de conveniencia, pero esto no fue siempre cierto.

En algún momento de sus despreocupados días, conoció a una mujer peligrosa, no por su forma de ser en realidad, sino por su trato con los hombres. Algunos podrían decir que era promiscua, pero descarto ese termino, pues era más complejo. Él lo sabía, veía más en ella que cualquiera que hubiese compartido cama con ella, veía más que piel, había debilidad, miedo, soledad. Soledad que se anestesiaba por las noches, temor al abandono, un buen corazón.

Conforme fue descubriendo su interior, empezó a notar también su belleza física, la cual formó una combinación devastante para sus deseos. A pesar de ello, jamás quiso dejar de ser su amigo,tratando de engañar a su libido, a sus sentimientos, fingiendo que estaba bien. Así, vio decenas de hombres ir y venir, pero el seguía ahí, admirándola como una puesta de Sol. Entonces, es Sol se metió, y aquella noche finalmente fue honesto con ella y consigo mismo. Dijo todo lo que tenía, e hizo la pregunta, pero ella respondió con otra duda.

Desde ese día, los dos viven una mentira, que espero termine en unión, o un seguir adelante, porque él también es mi amigo.

El poeta acosador

Primer encuentro

Rayo de luz azul, ¿cómo esconderte entre tanto gris? siempre en mi mira, a un metro de mi libido, y yo deseándote más cerca. Hazme la noche con tu rechazo, que solo así dormiré entonces.

Segundo encuentro

Mírate tomando la mano de ese hombre, princesa de boca dorada. Tan querida, tan conforme y sin saber darte explicaciones del porqué. Pero puedo decir porqué te deseo bella castaña y es tal la razón que desafiarías a la gravedad para evitar caer en mis brazos. No hay escalera hacia tu corazón, pero si un par de manos para mi lujuria.


Sustancias

He hallado los pergaminos perdidos de la dinastía Xhi. En ellos explican el origen del hombre desde su no tan descabellada perspectiva (considerando la época), el sueño de Shu Yun de hallar la paz interna siguiendo al pie de la letra la filosofía del Yin y el Yang, como una paz interna a través de una ira desatada externa. También había algunas predicciones del futuro que fueron bastante acertadas y algunas que parecen posibles, el secreto para vivir 150 años y más datos que desbordan en mi cabeza.

Aunque no recuerdo claramente todo, sé que no volveré a meterme eso.

El verdadero amante.

Amaba sin pedir nada a cambio, le temía a la soledad tanto como a la locura, juraba ser un amante entregado pero confundido, pues en su búsqueda de amor sólo uno podía ser verdadero, así que al mínimo desliz dudaba y todas sus creencias entraban en conflicto, a veces erosionando lentamente sus relaciones, aveces fulminándose al instante. Siempre viendo los rostros de las personas que pasaban, buscando aceptación, cariño, comprensión. Así fue hasta su último día. 

Como olvidar al único verdadero amante.

martes, 28 de febrero de 2017

El gato.

Era un gato casero que soñaba con salir de casa. Sus cuidadores no se lo permitían, argumentando que era demasiado peligroso para él y que no podría valerse allá por sí mismo, pero ellos de vez en cuando salían y parecían divertirse. "Algo increíble debo estarme perdiendo" pensó.

Entonces un día, cuando alguien salía, se atravesó en el azote de la puerta, lo cual lo dejó algo atontado, pero también dejó la puerta abierta. Esta era su oportunidad. Bajó los cuatro pisos, llegando a la planta baja agotado por la falta de condición, pero eso no le impidió correr un poco entre los arbustos y las flores que había a su alrededor, se sentía fresco, sucio, pensando que así debía sentirse la libertad. 

Poco después se encontró con otro gato, lo cual lo dejó perplejo, pues jamás había visto otro como el; la mayor diferencia, era que este gato era delgado y más ágil. Intentó saludarle, pero este lo atacó y logró aruñarlo antes de poder huir. Estaba confundido, nadie antes lo había atacado, no había razones para hacerlo, pues él era adorable y perezoso. Cuando empezó a recobrar el aliento, sintió hambre, pero no había comida cerca, no había platos con croquetas ni agua. Pidió comida a seres que se parecían a sus cuidadores, pero sólo recibió patadas y que jugasen con él, nada de alimento. Al cabo de un rato, empezó a llover. Era tan raro para él que cayese agua y no ver quien la tiraba, ni encontrar tampoco un lugar a donde correr, sólo esconderse. Debajo de un auto, pasó la noche temblando, lamentándose haber salido. Al día siguiente empezó a maullar en la puerta de su hogar, y luego de un rato abrieron, abrazándolo, cargándolo, acariciándolo. Lo alimentaron, lo llevaron al veterinario y se aseguraron que estuviese sano nuevamente. "Jamás debí haber salido"

Moraleja: Si no tienes huevos, no lo hagas.

lunes, 27 de febrero de 2017

El abuelo

-Abuelo, ¿porqué tienes que morir?

-Porque he hecho lo que tenía que hacer, conocí el amor y todas sus presentaciones, vi a mis hijos crecer y volverse personas de bien, cometí errores, pero al final me valieron más los aciertos. Me niego rotundamente a que llegue el día donde me vuelva una carga para los que me aman y al final, me olviden. 

-No lo entiendo...

-Algún día lo harás.

Ese día llegó cuando escribía un trabajo de la escuela, y preguntaron que haría cuando llegase a viejo. También cuando buscaba mi primer trabajo, cuando conocí al amor de mi vida, y en el momento que conseguí todo lo que había querido. Entonces desperté.

Historia del bar

La vio al otro lado del bar, sentada sola en una mesa con un mojito. A pesar de venir con amigos, su mirada se perdía continuamente en la misma dirección, en la barra al lado del vaso con hierbabuena.

Ella siente que alguien le observa. Voltea a ver a los alrededores y nota al hombre, pero decide que no es diferente a los demás, que no se atreverá a arruinarle su soledad.

Él hombre nota que ella voltea, decide ser más precavido, pero también siente esperanza, esperando que ella vuelva a voltear y crear un sentimiento de complicidad, confusión, quizás deseo.

Ella pide otro trago. Mientras espera, voltea nuevamente y vuelve a notar esa mirada perseguidora. Se siente un tanto incómoda, pero no es nada nuevo, opta por pensar que aun existe decencia en el mundo.

Él nota un cruce de miradas, que en su mente duró el segundo más largo del año. Decide que hay oportunidad, así que prende un cigarrillo para calmar sus nervios y así verse más interesante.

Ella odia el cigarrillo. Pide otra bebida, voltea tratando de disimular pero le ha fallado. Al menos, debería sentir que esta incómoda y dejará su actitud acosadora.

Él nota otra vez su mirada. Definitivamente hay esperanza. Termina de golpe su cerveza, apaga el cigarrillo y camina con dudosa seguridad hacia la barra.

"No lo hagas, no vengas", piensa mientras escucha los pasos del hombre por encima de la música. Se gira un poco, intentando mostrar que no está disponible para él.

Él llega a la barra. Y suelta un "no he podido dejar de mirarte toda la noche, necesito saber como te llamas, te necesito en mi vida"

Ella abre la boca pero no pronuncia ni una palabra.

La bartender responde "me llamo Erika, mi turno acaba a las tres".

Ella pide otro trago.






domingo, 26 de febrero de 2017

El vagabundo del Maelstrom

El maelstrom era una abominación de la naturaleza, un mito con pequeños indicios de realidad, relatos de marineros ebrios, excéntricos de caminar y evidentemente disfuncionales de cualquier relación interpersonal que durase más de 20 minutos. Un monstruo como tal, fuese en el mar o en la tierra, era imposible de concebir, como el triángulo de las Bermudas, como los vampiros, pero el hecho que se apareciese en un lugar tan factible y por demás caótico como en las costas de Lofoten, hacía del monstruo una realidad. Es cierto que a veces era posible percibir el torbellino triturador rompiendo la superficie del mar, a veces tragándose embarcaciones completas, como si de mero papel se tratase, apenas una merienda indigna para el gigante océano, sin importar todas las vidas humanas (y a veces también del comercio animal) que llevaba a su final; las leyendas iban aun más lejos, como si de un agujero de gusano se tratase, un ser viviente que se asomaba para alimentarse de lo que cayese en sus fauces. Decían que los peces evitaban dichas corrientes, pero de vez en cuando, uno que otro era arrastrado en un descuido y así mantenían al monstruo tranquilo por un momento. 

Tantas historias y fantasías llevaron a aquel hombre a las fauces del monstruo. Cansado de su miserable vida y envuelto en sus delirios de sortear la fama de grandes hombres desafiantes de las tempestades como Odiseo, Ozymandias o David, decidió que si había de morir, debía ser a manos de una leyenda, y quizás de ese modo, quedar impregnado con un poco de su singularidad, partiendo entonces en un pequeño bote, y dirigiéndose al punto donde los relatos se cruzaban, entre Sorland y Vaeroy. 

Había dejado una carta que leería su mejor amigo (por no decir el único), donde mencionaba que debía hablar de su hazaña al pueblo, al mundo de ser posible, cediendo parte de su tarea de vida a otro como ya le era costumbre, y como quien replicaba dichos favores a los mismos elementos. A pesar de lo egoísta de su deseo para con su familia, jamás pidió disculpas, sentía que este era el clímax que siempre buscó y que le pedían encontrar, cansados de sus delirios de escritor y de crítico empedernido de la vida. No sentía arrepentimiento alguno, tampoco miedo, sino una mezcla heterogénea de calma y ansiedad, de alegría y melancolía, "un torbellino que acabase con otro" pensaba mientras seguía remando y perdiendo sanidad a medida que perdía de vista el puerto.

Llegó entonces al punto donde las mareas disputaban y en su cólera embestían a lo que se acercase. En este nicho caótico y apenas manteniéndose a flote, fue que esperó el rudo desenlace. Pensó en todas las historias de los marineros, el vórtice hacia un lugar desconocido, el engendro naciente de la superficie y las profundidades, que creaba un remolino en el momento que devorase de un tajo a los hombres descuidados, recorriéndole la emoción como nunca antes en su vida. Esperó horas mientras se balanceaba sobre las mareas, pero el Sol no salía, lo cual atribuyó a que había perdido la noción del tiempo, y así la marea crecía y crecía, sintiéndose cada vez más cerca del acantilado que se veía entre la neblina y la nada. Empezó a notar que no había peces cerca, que quizás parte de la fantasía era verdad, pero también se fue llenando lentamente de soledad, aquella que se produce cuando el mismo ruido abandona los oídos y la visión se torna en no más que un retrato muerto. Ningún movimiento que no fuese del mar, sin viento, sin inclemencia, y entonces desesperó, tratando inmediatamente de retractar sus motivaciones que ahora se veían como absurdos. Pero en el mismo momento que el mínimo anhelo de supervivencia surgió dentro suyo, el mar tornó violento, desatando su replica ante las insolentes aspiraciones de aquel quien no le conociese y no le respetase. Remó buscando huir de las corrientes entrecruzadas, pero sin resultado alguno, más que el cansancio y un pequeño calmo de ansiedad de sus instintos más primitivos. En ese momento se dio cuenta que había cumplido su deseo: había muerto.

sábado, 25 de febrero de 2017

Comunicación

El hombre, enamorado desde hacía años de una mujer extrañamente particular, decidió expresar por fin todo su afecto en aquel concierto. Cuando el silencio volvió, empezó a hablar de amor, de añoranzas, de deseos, hedonismo, destino, cultura, sociedad, futuro, y dio un discurso tan detallado y completo que cualquiera que estuviese alrededor, fuese hombre o mujer, se hubiera enamorado de él, o por lo menos sentido un bello consuelo. Sus manos temblaban, el corazón casi se le salía, el alcohol se le bajó desde la primera palabra, y no paró hasta que sacó cada frase que le intoxicaba el alma. 

Cuando terminó, ella le gritó que había perdido la audición.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Ensayo del artista.

Un artista, en mi insignificante opinión, es un hombre admirable sin importar si es bueno o malo, pero vamos, que eso es bastante abstracto. Es cierto que lo que es bueno para uno no lo será para otro, pero lo que es bueno, lo quisiera entender como un sentimiento, un pedazo del alma desprendido y plasmado en una obra. 

El hombre nace y se encuentra rodeado de una realidad, que si bien parece haber sólo una, se fragmenta en lo que divisan los ojos de cada individuo. Así, hay realidades más agradables, más ortodoxas, menos inspiradoras, pero a fin de cuentas, un lienzo que decidimos evaluar como nos permiten los sentidos y la mente. Somos apreciadores de una belleza inherente a nosotros, así como se encuentra alegría en la más lúgubre pobreza, se hallan tinieblas en el lugar más cómodo del mundo. Crecemos uniendo piezas a nuestro rompecabezas, son versátiles y las acomodamos como queremos, a veces en una pila de ira, a veces una planicie de amargura y sequedad, a veces queriendo armar más de un juego, y otras forzando para que entren como un único plan que está destinado también a fracasar. Aun así, el rompecabezas no es el fin, sino el medio para desenvolvernos en el mundo, el suelo por el que pisaremos, un camino que no debería dejar de extenderse. 

Sin embargo, a veces lo hace. 

El hombre a veces cede al camino de los otros, se estanca, retrocede, busca caminos fáciles y termina en un camino vacío, un trabajo tedioso, una pareja insoportable, hijos no planeados, fanatismo, comodidad. Si bien no son absolutos, estos factores pueden cerrar no en sí los caminos, sino el deseo de seguirlos.

Entonces el artista viene del camino, en parte. A fin de cuentas hay muchos grandes artistas que cometieron suicidios poco después. Seguir adelante es primordial para el desenvolvimiento de los deseos lógicamente, pero ¿cómo alguien termina siendo un artista?

Primero, hay que mencionar que el artista no es sólo aquel dedicado a alguno de los siete artes (al menos desde mi perspectiva), sino todo aquél que en su paso en el mundo, ha podido consumar un rayo de belleza admirable, aun si es sólo para una persona, un papel, una obra, un trabajo, un estilo de vida. Incluso, me atrevo a decir que muchos de los que trabajan con las ramas del arte están lejos de poder ser reconocidos como artistas (ante mis ojos), pues si bien pueden dominar una técnica, no terminan de entender que se trata únicamente del medio, y no del fin del arte. De nada sirven fotos de bodas, diseños genéricos de publicidad, canciones con precio, películas sin trama, actores visibles hipócritas, esculturas con instrucciones de elaboración. Es en ese punto donde una técnica impecable no se vuelve arte, si carece de alma.

El artista surge de las emociones, de los sentimientos, de las ambiciones incluso, pues se tiene un fin, que puede ir desde dinero, hasta un simple desahogo. Hay pues, artistas de una noche, de toda una vida, de sueños, de realidades, de triunfos, fracasos, momentos memorables, y pensamientos vagos, talentosos, con contactos, bien parecidos, sin nada en especial; los que escribieron toda su vida y terminan expresándose mejor con las palabras de otros, que al fin de cuentas, las vuelven suyas; los locos que sienten a flor de piel y se controlan de vez en cuando con un lienzo,  los enamorados que vomitan arcoiris, el tercero que se lamenta en una canción; el padre que encontró la plenitud al tener su hija en brazos, la madre que arrulla cada noche; el simplón que no se rindió para tener su mansión; el joven que juega a ser feliz, mientras sus palabras son honestas; la mamona de los pulpos y los calamares, la tímida de vida monótona que dibuja después del trabajo, la aburrida con mucho papel, la de la máscara que gotea cuando le escribo; el que vivió la noche más larga del año, el que amanece siempre con una sonrisa, el que amó tanto como sufrió, el que encontró amor a la primera, el que amó a su prima, el que amó al primo de su mujer, el que vivió de su único éxito, el que murió por él.

Yo, por mi parte, no puedo considerarme un artista, no hasta que alguien me lo pueda decir.

El hombre nace, y con él, nace o muere un artista.


martes, 21 de febrero de 2017

Ahora puede ser el día.

Ahora que me salto el desayuno,
que veo el amanecer tras cada noche,
que duermo varias veces al día.

Ahora que mi libido no acobija,
que las sabanas son amigas,
ahora que ni la duda me carcome.

Que los sueños no tienen guia,
y se pierden en mi mente,
entre ratos, hallando la salida.

Ahora que por fin tengo amigas
y no posibles pretendientes,
ahora que pretendo a la poesía.

Que detuve el curso de mi vida,
que me avergüenza la desidia,
ahora que alguno me conoce.

Que pensar en ti es lo más sensato,
que ya no te apareces en mi closet,
ahora que no tengo a mi querida.

Ahora que me dedico a lo mundano,
que no hay manera de hallar goce,
que no me permito una pericia.

Puede que me quede sin saliva,
puede que mi muerte se decida
antes que mis dedos desahoguen.

Y desborden en almas perdidas,
en perdedores fervientes,
a nada de hallar empatía,

de tener un corazón entre mis manos,
de plantar el barco de Caronte,
de escribir el libro de mi vida.

domingo, 19 de febrero de 2017

El corazón del olvidado

La noche está en grises,
el día en azul,
los sueños de negro.

La música suena lejana,
el alma extraviada
y el cuerpo de luto.

Quien fuera idiota para tenerte
mujer de mil pesares,
y yo que estoy de frente.

Dispuesto a tu mañana,
a tus caprichos de repente,
a tu insolita desidia.

A tus momentos depresivos,
a tu no querer mañana
cuando el hoy sienta de lujo.

Un momento de silencio
para mi corazón del olvidado
que en una lágrima se escurre.

Déjame lo pienso

...Y ahora te vas y siento que he sido el culpable.

Mi corazón llora mientras mis ojos se pierden. Se pierden en tu ausencia, en el espacio que has dejado, mientras mis lágrimas decantan al mar de los solitarios. Yo buscando paraísos y encuentro lágrimas, encuentro despedidas y un hasta mañana que promete una huida estratégica:

 
Un corazón hacia la nada,
otro al nunca jamás.

Me encantas

Déjame decirte que me encantas,
que sigo enamorado de tus detalles,
de tus a grandes rasgos,
de tus visitas repentinas.

De tus secretos públicos,
de tus canciones de ocasión,
de como bailas el tango
con mi errado corazón.

Llámame Apolo,
llámame imbécil,
pero como me llames
déjame dormir otro día.

Y soñar con tu sonrisa,
con la silueta de tu sombra,
con los ojos cansados
que se cierran cuando miro.

Con las palabras inventadas
y el real desentendido,
que el sueño siempre me acompaña
donde mi poesía sin destino.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Mi oda a la poesía

Llama que se extingue por las noches
vete o no me dejes nunca,
que tu ausencia tiene mi alma en paz
y tu presencia trae la guerra hasta mis manos,
esas que desbordan sangre de perdices caídos
y plasman la añoranza de una boda,
de vicios superados,
de sueños viento en popa,
de no ver hacia el pasado.

Lárgate y déjame vivir solo
o destrúyeme la vida con tu asomo,
pues lo más bello que he sentido
es el sufrimiento que me has dado,
el desahogo de mis delirios,
la cúspide de lo que no he logrado,
y todo lo que saben tus hojas eléctricas,
tus pasillos de maquina,
tu sopa de letras,
todo eso es mío.

Vete y no regreses,
pero no sin antes haber leído esto que escribimos,
que lloramos tanto como en el cielo ha llovido
y ha caído en nuestras manos,
de picada hacia el olvido
o quizás hacia el ocaso.
Largo y no me dejes nunca
ganas de escribir te amo.
Te veré mañana si es que me pierdo
o si es que te sientes olvidado.


lunes, 13 de febrero de 2017

El misterio de la dama.

Dama de mil secretos,
de sonrisa de revista,
respuestas de miss universo
para la gente que te mira.

Quisiera ser tu remedio,
el desentrama de tu vida,
saber que llora la noche
cuando a tus ojos se aproxima.

Dama eterna colorada
¿de qué se sonrojan tus mejillas?
¿del bochorno en tu morada
o lo morado en tus heridas?

Dama bella, dama loca,
ama mis oídos que te añoran,
cántame hasta el ultimo suspiro
que deseas soltar de tu boca.

Dama cariño de hada,
con mente de mil piezas,
yo tan aficionado
a que rompas mi cabeza.

Dama abandonada,
que por las noches se despacha
una bocanada de tequila
y un soñar de siberiana.

Aléjame de tu silencio,
de tu alma hazme testigo,
más me vale una historia larga
que los besos que te envidio.

sábado, 11 de febrero de 2017

Ensayo 36

Jueves 2 de Febrero

Empiezo a creer que no me llamaran de aquel trabajo. Supongo que era demasiado bueno para ser cierto. Volvemos a la idea de un futuro completamente incierto, lo cual está empezando a agobiarme.

Sabado 4 de Febrero

Hemos salida con Miriana al cantabar, no veníamos desde el incidente de Alfredo, pero a estas alturas habrá quedado olvidado. Pedimos un par de cervezas, cantamos cada quien una canción y sin darme cuenta, me encontré recitando un mensaje de felicidad ajena, de amor solemne, dedicado a esa joven sentada en mi mesa.

Después llegamos al departamento, acompañados de el alcohol suficiente para no preocuparse de nada. Jugamos a retos de alcoholicos, nos dejamos llevar con los sorbos que se convirtieron en botellas, y botellas que se volvieron risas de sin sentidos y problemas motores. Miriana apenas y podía mantenerse de pie, a veces recargándose sobre mí (aclaro que lo hacía con todos, pero en esa situación no tenía relevancia), acomodándose en mi pecho, balbuceando absurdos y mostrando una sonrisa algo depravada, algo tierna.  Sus pies ya no la soportaban, así que le serví de soporte hasta que se encontró casi inconsciente, donde le lleve a mi cama, la arropé y me despedí dándole un beso en la frente. Por mi parte, me tocó compartir cama con Alfredo, lo cual fue un tanto incómodo a la mañana siguiente. Ella se fue justo después del desayuno.

Jueves 9 de Febrero

Hablé un rato con Carlos, principalmente de mi desespero por mi paro laboral. Me ha recomendado buscar un trabajo cualquiera, aun si es de vendedor, lo cual resultó en un trago amargo para mi orgullo pero una pedrada para mi razón.

Hablé con Laura el día de hoy. Por muy común que fuese la plática, empecé a tornarme algo melancólico, primero argumentando que no buscaba amor en caras nuevas desde hace mucho, después que había olvidado como hacerlo, y al final comprendiendo que simplemente no me estoy permitiendo hacerlo. Aunque no termino de comprender de que se trata toda esta charla, me siento aliviado de poder hablar con ella con tanta confianza al respecto, es mi forma de aceptar su amistad y realmente lo aprecio.

Viernes 10 de Febrero 

Esta vez me ha tocado devolverle el favor a Laura. De momento, siente su vida en picada hacia el desastre, no sólo por su situación laboral, sino también por sus amigos, amigos que cada vez son menos y más distantes. Le he dicho que siempre habrá oportunidad de que gente mejor entre a nuestras vidas, pero no tiene interés en conocer a gente nueva. Está algo decepcionada, algo temerosa, pero insisto en que las cosas pasaran como deban, sin que ella deba preocuparse de eso. A pesar de no sentir que hiciese caso a mis consejos optimistas, de una forma le tranquilizó saber que alguien se preocupa aun por ella, y es suficiente para considerarlo una victoria. 

Empecé a platicar con Alfredo al respecto de ello, y de repente, empecé a retomar lo de la plática del día anterior, y él se motivó para abrirse conmigo. Se ha dado cuenta de una verdad absoluta de su vida, y es que lleva pausada desde hace un tiempo. Toda decisión o acción que debiese tomar la ha evadido, a veces sutil, a veces descaradamente y siempre descartando la importancia que pudiesen tener. Todo esto lleva a una única arista:  Silvia. Han pasado seis meses desde que se le declaró, ella inició una relación con un tipo muy contrario a él, hubieron dramas, distanciamientos, dolores, y después una calma enfermiza, que se limitó a continuar inadvertida, esparciéndose en cada actividad del día de Alfredo, aun cuando ella volvió a ser soltera.  Existe un miedo a aclarar las cosas, a borrar el incierto, a pensar en lo que pasará y entre todos estos pensamientos, el reloj se detuvo para él, y hasta cierto punto también para ella. Trato de convencerle de tomar las riendas de su vida nuevamente, pero no es tan fácil cuando se esta en una situación similar. Por último, logré persuadí de anotar las cosas que debe hacer y una vez plasmadas, su cabeza se quitó un peso de encima.

Hablamos como pocas veces se puede. El de Silvia, yo de Miriana, que por alguna razón me sigue rondando la cabeza, hablamos de pasión e intensidad, recapitulamos nuestros sentimientos tan marcados como si de memorizar habláramos, poesía, belleza colateral, proyectos de vida diluidos entre cenizas, y es ahí cuando por fin lo entiendo. Entiendo lo que hablaba con Laura, y es que aun quisiera tener esperanzas con Miriana, por eso no me permito conocer a nadie más. No quiero a nadie más, la quiero a ella. Puede pasar un buen tiempo para que eso cambie, y así me encuentro cruzando miradas desdichadas con Alfredo, pues toca un buen rato de pesares para los dos.

14 de Febrero

Día de la amistad y nada más. Que los amores se queden en casa, pues los corazones necesitan descansar, sentir algo tangible, algo real, sin miedo de perder, sin ganas de ganar, sólo de estar. Mañana volveré a sufrir, volveré a llorar, siempre desde dentro sin nada que mostrar a los ojos atentos y faltos de piedad. Un brindis por la familia, por la absurda libertad que encontramos día con día en brazos de alguien más.

18 de Febrero

Hoy ha sido de esos días donde no hace falta planear nada para que te toque el corazón. Carlos había traído desde temprano a Bianca, Miriana llegó poco después. Preparé comida para todos y aunque un poco lejanos aun de las vidas, creabamos lazos en la mesa, que prometían convertirse en  algo más. Fue tan extraño que Carlos propusiese ir a un bar, pero siendo esa misma la situación, fue que aceptamos en contra de un fin de semana en cama, en soledad, esperando la mañana, un día más. En su lugar escuchamos música en vivo, compartimos unas cervezas, reímos, cantamos, y unas lagrimas cayeron por mi descuido. Lagrimas por mi poesía, escrita sobre una servilleta arrugada que poco aportaba al contexto, las palabras se defendieron, atacaron, cumplieron su propósito y se escurrieron entre sus ojos, cuando al terminar de leer le decía, que era para ella y nadie más. Un sentimiento egoísta, directo, complejo, pero tan sencillo en palabras para quien estuviesen destinadas. Me sentí terrible al verla llorar, pero también feliz, pues el mensaje había llegado y se había convertido en un abrazo, que para efectos del alcohol se sentía como amor. Poco desúés se retiró, y el vacío ocupó su lugar, dejándome un sabor amargo por lo que interpreté como una huida, quizás de la incomodidad, quizás por lo que quisiera fuera confusión.

Ahí me encontré de frente a un par de tortolos que intentaban devorarse con ansiedad, y una cara larga que asemejaba la mía, que era la cara de Alfredo, nostálgico de Silvia, de su vuelta a ver, y a pesar de sentir resignación en su mirada, también había esperanza de que las cosas cambiasen, un ligero brillo, que se terminaba de manifestar en una poesía no correspondida, en relatos rotos, sin sentidos, en silencios. Coloqué mi brazo en su hombro y el respondió de la misma forma, y dejamos que el alcohol nos escurriese lo demás. Debo admitir que el camino a casa se vuelve complicado cuando caminas en zig zag.

19 de Febrero

¿Qué sería del mundo si todos pudiésemos expresar lo que sentimos?

Sin importar el índole o el compromiso, sin molestar a nadie, sin miedo al rechazo, que las palabras fuesen un medio para la genuina comunicación y no para la cortesía. Decir lo que sientes sin salir herido, sin estropear un momento,  una amistad, un futuro, escuchando el alma y permitiendo que la escuchen. ¿No sería acaso esa la verdadera libertad?

Tantas mentiras, tantos silencios, tantas situaciones que se mantienen en clímax por desidia, todo eso que me acompaña últimamente en mi día a día.

El desvío de un hombre a enfrentar el desenlace de su declaración sentimental, buscando mil y un maneras de perder el tiempo o dejar de pensarlo; la mujer que prefiere ignorar o dejar en incierto en contra de resolver lo que siente, y evitando desangrar, mantiene el puñal en la herida del hombre. Los dos juegan a estar bien, pero nunca a ser felices.

Los jóvenes que recién descubren el amor y se sacian de sus colores pastel y sus sabores dulces, dejando cualquier amargura rezagada, acumulándose peligrosamente en el ático, hasta que un día el techo ceda. Juegan a ser reales, mientras se colocan mascaras de alegría.

La niña que dice haber crecido por sostener su cuerpo contra la tormenta,  mientras que la lluvia crece dentro de ella y ha formado relámpagos, torbellinos y explosiones de un negro mamba, y entonces la mentira se vuelve su pan y de él come cada día, sin notar si realmente lo necesita. En las noches, se oculta bajo las sabanas, deseando que acabe la tormenta.

El tonto que se oculta en el papel y lo precipita hacia las manos de sus allegados, esperando aceptación de su sentimientos y sus palabras,  mientras que siempre se guarda los dilemas que considera absurdos, esperando que nadie le entienda nunca. Siente que le da sabor a sus días, pero es sólo la vía fácil para llenarse, o al menos, no sentirse vacío.

¿Qué sería de ellos sin sus mentiras?

28 de Febrero

Amanecí y la casa estaba sola. Pensé que era un buen día para tomar las riendas de mi vida. Desayuné el recalentado de anoche, realicé un par de llamadas y conseguí enlistarme en un curso interesante. Empezaba al día siguiente, por lo que debía apurarme con el tramite. Conseguí el papeleo al medio día y me dirigí al banco, perdiendo dos horas ahí. "El sacrificio lo vale" pensé en ese momento, y me dirigí al centro de estudios donde se impartiría la asignatura. Era un lugar enorme, no por nada la universidad más importante del país. Fui pidiendo indicaciones poco a poco, hasta llegar a la facultad que necesitaba, algunos me ayudaban cordialmente, otros me miraban extraño, como si fueran nobles en sus cabezas. De todos modos, logré llegar... pero no a donde debía. En lugar de eso, yo debía dirigirme al otro lado de la universidad, donde el anexo de la facultad se encontraba, me dijeron que tomase un camion de estudiantes que me dejaría justo ahí, y hubiera sido una gran idea, sino fuera que necesitaba una credencial para acceder. Caminé, esperando topar con algo familiar, pero terminé a las orillas del centro, y a falta de tiempo, lo más sensato fue volver a casa. Es así que comprendí, que a veces es mejor quedarse en cama.

Te escribo

Te escribo en poesía, te escribo en mis versos,
te escribo entre líneas y en pensamientos,
te llevo en la sangre tatuada en el pecho
y grito tu nombre cuando hallo silencio.

Te escribo en el día y en lo que resta de él,
también en la noche de los no muertos,
escribo en la somnia y sobre los viejos
que dan su partida hacia lo eterno.

Te escribo en papel y de vez en eventos,
en fuego que se apaga al momento,
y tu pones leña pero el frío de mi cuerpo
no se acaba más que con tu cuerpo.

Te añoro con rizos y ojos risueños,
con lágrimas y dolor descubierto,
y te añoro tanto como te escribo
aunque deba leerse entre otros besos.

sábado, 4 de febrero de 2017

Ensayo 34.5

Miércoles 7 de Diciembre

Hablo a una antigua conocida. Hace meses que no sabía de ella y si bien, nunca platicamos en realidad, la conversación fluyó indefinidamente. Me habla del bachillerato y entonces, me doy cuenta que es apenas una chiquilla. Hoy es su fiesta de graduación y no se ha medido con las copas; en parte creo que le hacen confiar más en mí, una llamada por demás oportuna para los dos: ella tiene a alguien que la quiere cuidar en su estado, yo tengo a alguien que me haga compañía. Llega a casa en la madrugada y me quedo a su lado hasta que concilia el sueño. Vaya noche.

Jueves 8 de Diciembre

La mañana llega y después de desayunar, me decido a hablarle. Parece no tener resaca, lo cual ya es un alivio, y me cuenta de su día a día sin rodeos. Ella vive en otro país, lo cual ya deducía por su acento bastante marcado, parece bastante madura para su edad y también muy abierta, pues la plática dura horas, hasta que cae la noche nuevamente, cortando unicamente para comer y otras actividades imprescindibles. Me agrada esta niña.

Viernes 9 de Diciembre

Sorpresa. Mi familia hará un viaje a ese dicho país, con un poco de suerte, puede que la vea. Su voz es dulce pero también firme, quizás algo testaruda, quizás algo consentida.

Sabado 10 de Diciembre

Pido detalles del viaje, así como también le pregunto a ella en que parte exacta del país vive. Entonces, me entero que aun así vive a 12 horas de camino en autobus. Puede que no la vea después de todo. Su silueta es esbelta, desarrollada para su edad, bastante agradable a la vista. El viaje empieza mañana por la noche.

Domingo 11 de Diciembre

 En la mañana, mientras hablaba con ella, mencionó que allá no venden ciertos postres de chocolate, así que como loco fui en busca de él de tienda en tienda, hasta que en la tercera los encontré. Espero sobrevivan al viaje. A ella le gustan las cosas dulces y a mi también. Ella vela porque tenga un buen vuelo y eso me trae paz. Llegué al hotel, le avisé que estaba bien y me dediqué a descansar.

Lunes 12 de Diciembre

El segundo vuelo es por la mañana, justo antes de abordar hablo con ella, y como si no importase en lo absoluto, le suelto un "me gustas". Ella me cree suficientemente grande para entender todo lo que eso conlleva. Me sobreestima y lo agradezco. "Un amor platónico de paso" pensé en ese momento, mientras que en el vuelo, soñé por un instante una historia diferente, donde ella también sentía algo por mí y cual hermosa tragedia buscábamos estar juntos contra todas las adversidades. Me levanté riéndome de mí mismo, porque aun me quedan indicios de esperanza. A ella le gusta ver al cielo, así que me quedo contemplando las nubes, por la ventanilla, a veces dando formas, a veces como parte de un todo. Al llegar y hablarle, todo seguía con un sabor normal.

Martes 13 de Diciembre

El tercer día toca descansar. Estamos en la capital, y me dedico a turistear con la familia, que a fín de cuentas vine con ellos. En la noche vuelvo a saber de ella, y la bombardeo con insinuaciones ocasionales, con honestidad brutal, con mis labios mandando el único mensaje del kamikaze. 

Y funciona. 

Ella mide lo mismo que yo, lo cual, si bien me causa un poco de conflicto, termino encontrando sensual.

Miércoles 14 de Diciembre

Me cuenta de sus antiguas relaciones, de hombres mayores que vio con cariño y a la distancia, dejándola en el momento menos previsto. Empiezo a notar que no es ninguna santa, lo cual es un alivio porque puedo ser tan perverso como siempre. 

Jueves 15 de Diciembre

Estuve recapitulando una y otra vez la conversación, pero no hay un punto intermedio entre lo que he dicho y lo que viene a continuación. Empezó un capítulo meloso y codependiente entre nosotros. Hablábamos día y noche cual si fuera la primera vez, inclusive más; un tono cursi se apoderó de nuestras voces y chirridos de besos se escuchaban en lugar de silencios, manteniendo el hilo ininterrumpidamente. Sus labios son gruesos y carnosos, irresistibles a la vista y a otros labios.

Le he contado que no he fumado desde que empecé el viaje, y que las ansias me carcomen. Ella me ha incitado a dejar el cigarro a punta de besos. Lo pensaré. De veras que lo pensaré.

Viernes 16 de Diciembre
Hablamos de nuestras familias, nuestros hermanos... acabo de caer en cuenta que tiene la misma edad que mi hermano y eso me perturba hasta cierto punto, pero con tantas cosas buenas por delante... ¿porqué fijarse en los detalles? Su cuello es largo, ideal para besar lentamente y perderse un rato entre paraísos.

Sabado 17 de Diciembre

Mi hermano y yo fuimos invitados a una discoteca, y si bien la idea no me atrajo en lo absoluto, terminé siendo arrastrado allá a costa del buen ánimo de mi hermano. Sin embargo, me hizo falta predecir la inconformidad de ella, lo cual terminó por desatar mi cólera a todos los que me rodeaban, y dejando a unos pasos de volver a fumar, pero aun sin explicarmelo, me controlé, salí de ahí, pedí disculpas a todos y me acurruqué solo en la cama fría. Quisiera abrazarle en la cama, mientras muevo su cabello corto para susurrar una disculpa.

Domingo 18 de Diciembre

Le saludo y ella está cortante. Decido explicarle todo lo sucedido el día anterior y sabiendo que no caí en el cigarro, se da por bien servida. Hoy es el primer día que no siento necesidad de un cigarro en mucho tiempo, me siento algo libre, algo extraño, pero podría acostumbrarme. Me siento agradecido con ella y se lo demuestro de la única forma que se puede a la distancia: ofreciéndole mi tiempo completo. Sus manos son delgadas y estéticas como sólo ellas, suaves a mi tacto, dulces a mi gusto, quisiera sostenerlas por siempre.

Lunes 19 de Diciembre

Hoy la pasión empezó a tomar forma de mujer, de una silueta digna de sueños humedos, de un hombre que la busca cual cazador furtivo, a la vez temeroso por ser cazado. Ella me pregunta porque me empeño con ella. No hay una respuesta como tal, aunque caigo en cuenta de muchas cosas. Siempre estuve en busca de alguien que me hiciese sonreir a pesar de las circunstancias, que comprendiese mi depresión y no buscase forzar una sonrisa, porque también existen los días de lluvia y sirven para extrañar al Sol; que aun así, estuviese ahí, confiando en mi vuelta al camino, sin busqueda de perfectos, sólo de cariño. Su piel es bronceada por el clima tropical de su ciudad, quizás un tanto naranja.

Martes 20 de Diciembre

Dulce de sabor foráneo
ven y sacude mis sentidos,
hazme sentir encantado,
no me dejes salir vivo.

Suave eres entre mis labios
y en el alma un torbellino
de sentimientos encontrados;
muestrame parte del camino

que me guíe hacia tus manos,
que me deje en el exilio
de lo que ha sido un pasado
de propósitos perdidos.

A tu boca dejame imantado,
a tus ojos dejame testigo
del sabor de cada día a tu lado
y del encanto de sentirnos vivos.

Miércoles 21 de Diciembre
 
Me ha tocado viajar con la familia a una ciudad cercana, reconocida por sus precios accesibles en ropa y calzado, uno de esos lugares que no importa mucho conocer. Estando ahí, la he liado con ella, pues me he puesto hablar de una exnovia en una forma un tanto despectiva para su gusto. En ese punto, llevaba horas caminando, atrapado en el tráfico, soportando el mal humor de mi madre y mi hermano, por lo que argumenté que si hablaba así, es porque era parte de mí, un defecto pero a fin de cuentas mío. Vaya estupidez. Su moral es muy correcta cuando toca hablar de otros, pero de frente se acaban los modales.

 Jueves 22 de Diciembre

La vida es como un tren que no se detiene por más que queramos. Habrá momentos amargos, insoportables, llamémosles mareos pasajeros, pero uno no puede bajarse, sólo tratar de reponerse y tratar de pasarlo lo mejor posible, porque el día que el tren pare, puede que no lo querramos. Mi tren ahora está cerca de una parada maravillosa. Le decía todo eso mientras explicaba una canción que le había dedicado. Ella quiere dedicarse al diseño, pero no ha podido entrar en la universidad que quería. 

Viernes 23 de Diciembre

He hablado con mi padrastro al respecto de ella. Se lo ha tomado exagaradamente bien, al punto que me ha sugerido como irme a verla. Queda la parte difícil, que es mi madre. 

Me gustan sus pequeños detalles, como su obsesión por la ortografía, su pereza perpetua, el buenos días y el buenas noches que nunca faltan, su risa tan bella que se compadece de mis chistes malos, sus gestos que me hacen sentir más cerca, la ternura, la perversión, los cariños, sus preocupaciones, su sinceridad en todo caso, sus anhelos, sus sueños que pienso compartir a su lado, la imagen de una cama acompañado cada día.