lunes, 30 de mayo de 2016

Ensayo 24

27 de Mayo

Esta vez he colaborado en un evento de diversas conferencias acerca de... eso. Llevar un par de cajas, guiar a un grupo durante una pequeña excursión por las instalaciones. Una sonrisa tan magníficamente fingida que por un momento, yo también me la he creído. Así también conocí a un puñado de gente joven, que si bien lejos de dejar una huella en mi camino, han dejado un sabor agradable suficiente para terminar el día. Como cereza del pastel, me han dejado salir antes del servicio. Hoy el día pinta un Sol amarillo, diferente al gris pálido de siempre.

28 de Mayo

El tiempo libre causa estragos en los cuerpos inertes, mientras que el techo parece caer lentamente como el péndulo en el pozo de un instrumento de tortura; mis brazos se sienten atados a cada extremo de la cama, mientras que mis piernas no responden a mi llamado. Los escombros rozan mi cara, pero sólo cierro los ojos esperando el ineludible final que vendrá en forma de turbulencia. 

Hoy la casa está sola. Hago una pausa para explicar. Yo vivo en un gran ciudad, o un intento de ello. En realidad nací en un lugar sencillo, de comodidades apenas suficientes y de personas sin sentido de la cultura. De ahí también son Alfredo y Carlos. Ahí los conocí y creamos lazos que nos llevarían a la situación actual. Aun así, no extraño aquel lugar. El calor es insoportable y la mala música reina campante. 

El silencio es tal que me acompaña la respiración y uno que otro ruido ocasional del gato moviéndose cual rey en su palacio. Es una buena oportunidad para descansar, pero parece que me he olvidado como hacerlo correctamente.Salí un rato a la calle, buscando si el destino me tenía preparado algo, pero al destino no se le fuerza. Sí, vi algunas sonrisas en mujeres en busca de compañía, y una que otra mirada penetrante, tratando de mantener cautela ante mi apariencia descuidada. Una joven me preguntó una dirección en las cercanías. Sus ojos eran grandes con sobresalientes ojeras por debajo, su nariz refinada y sus labios carnosos, su cabello era lacio mas no sedoso, y su voz fue un silencio malentendido. Lástima que no conozco los nombres de las calles. Lástima que esta vez el destino no me puede forzar a mí. 

Llegué a casa y encendí un cigarrillo acompañado de un vaso de silencio.

29 de Mayo

La noche ha sido contradictoria. De momentos la angustia levantaba mi sueño pasivo y el sudor empapaba mi almohada; después el ruido de la nada se apoderaba de mi habitación, y los insectos usualmente imperceptibles resonaban en mis oídos.Cubrí mi rostro con las sabanas, cambiando el calor por ese mal mayor. La mañana llegó prematura y a pesar de no recordar con certeza la razón de mi anterior malestar, mis ojos eran la prueba de un desorden que empezaba a desbordar. Esta vez me abstuve del destino y mantuve casi inerte en el sofá. Así hasta las once, que Alfredo volvió de su viaje.

30 de Mayo

He recibido noticias de Carlos. Parece haber hallado algo similar al amor en una vieja amiga. Bien tenía sabido que siempre hubo cierto interés por parte de ambos, pero el hacía caso omiso. Quizás anhelaba más en la vida, quizás quería conocer más gente o tan sólo preveía un infortunado desenlace. De cualquier modo, esto no me ha llegado de su propia boca. Por azares del destino he alcanzado a oír un poco de la llamada que le hizo a Alfredo, entre lo que también destaca un "no dejes que te escuche". Ahora, la razón de ello pueden ser varias, pero la más atractiva a mis fines paranoicos es el hecho de dejar el camino libre hacia Miriana. Tanto que la ha deseado, tanto que le hemos apoyado, para que al final el gusto se desvaneciera en un libido oscuro y familiar. Puede que a partir de esto pueda hacer mi movimiento. Eso o seguir solo e ignorante... ambos son buenos absurdos.

Y Miriana tan lejos, alegando volver en apenas menos que un mes. Este éxtasis de la espera podría desaparecer en cuestión de semanas, días, quizás horas, pues la paciencia no ha sido un gusto adquirido.

lunes, 23 de mayo de 2016

Ensayo 23

20 de Mayo

Se me ha olvidado por completo checar aquel memo. Hoy es el día de actividad deportiva en el Instituto donde laboro. Todos han venido de ropa deportiva, importando poco la edad o si a estas alturas de sus vidas son capaces de practicar algún deporte; y yo... bueno... yo vengo como siempre. Al lado del área de investigación y delimitado por una cerca, se encuentra el club deportivo del sindicato, diez hectáreas de áreas verdes que cuentan con campo de béisbol, pista de carreras, cancha profesional de soccer, frontón, alberca olímpica, chapoteadero, canchas de basket, de voleibol, y otro tanto de excentricidades que me ha valido ver. Me han dicho "una vez por año, nos permiten entrar aquí, pues en realidad solo tienen acceso continuo los sindicalizados", y a decir verdad, más que sentir celos, me limité a pensar "que desperdicio de lugar. Tanto derroche para un grupo selecto de personas que de seguro encuentran un lugar costoso donde mantenerse en forma". 

Me he limitado a permanecer sentado en una banca, alejándome siempre de la conmoción de cuerpos sudados y agitándose en el aire. La vista es maravillosa, el cielo es azul como rara vez lo es en la ciudad, el Sol por fin se asoma tras las nubes, los pinos me rodean como  con cierta idolatría, y así mi cuerpo cae entre la hierba, y mis manos tocan la tierra fría, y mis ojos empiezan a buscar al norte la forma de los sueños. Entonces, cada cierto tiempo, soy levantado por un "vamos, únete", pero mi respuesta siempre es la misma. Así llega la hora de la comida y por fin me digno a levantarme y a convivir un poco con la gente a mi alrededor. La comida ha sido variada, y como buen oportunista, me he jactado de probar cada uno de los platillos a expensas de mi estómago de pollo.

Finalmente y haciendo alusión a mi glotonería, he logrado retirarme prematuramente a fin de llegar a casa y lograr hallar a Alfredo, preparar algo de comer, reír un poco antes del descanso. En su lugar, hallé la casa vacía, con ese incómodo eco que dejan los hogares vacíos, con tal de sentirse uno acompañado. Entonces decido hacer una llamada.

Miriana llega una hora después. Le he pagado el taxi, le he invitado a comer, todo con tal de un rato de buena compañía. Una compañía muy corta sin embargo, pues viajará mañana en la mañana y el descansar le preocupa tanto o más que a mí. Aun así, la platica ha procedido más fluida que otras veces, más amena, mas vulgar, con ligeros aires pícaros que no pueden ser más que un juego a sus ojos y fuego a los míos. Más de una vez he estado a punto de robarle un beso, de decirle lo que siento por ella, que me ofrezca libertad, cuando en realidad busco cadenas; pero es  imposible. 

Ella me habla de su pareja, de sus absurdos, de sus peleas sin sentido y cada vez más atroces, de como ha venido hoy aquí buscando huir de ese desastre en casa, y de como aquel hombre está llorando en casa, incapaz de cambiar su actitud de mierda, pero también de vivir sin ella. Es un huérfano de la vida, un paria de sus propósitos, un bebé en un cesto que baja por el río y topa con las manos de Miriana. Y las besa, las saborea, ataca a sus pechos incapaces de lactar, y llora de desesperación, muerde, patalea, pero sabe que sin ella estará solo. Y ante esta ponencia, me encuentro con un camino abierto a su corazón en punto de quiebre, una confusión que puede girar a mi favor, pero nuevamente soy incapaz de aprovecharme. "Si ella ha de quererme como yo a ella, será una pelea justa entre el caballero y las cadenas de la princesa", aunque divago y pienso "como preferiría ser herrero a caballero". Otro día, otra excusa, y quizás mañana el problema sea que son felices juntos, o que ha llegado alguien más a su vida aprovechando su debilidad. Sólo el tiempo dirá lo estúpido que he sido.

Así llega la hora de despedirse, mientras que en el abrazo, me niego durante un instante a soltarle y dejar de disfrutar ese perfume tan sutil de su cuerpo. El instante termina, y ella sube al camión despidiéndose de mí por un mes, o lo que mi cuerpo soporte. Así cae la noche y aun en soledad, prendo el estéreo y coloco The Dark side of the Moon, y empieza la canción de cuna mas terrorífica que he tenido el privilegio de escuchar, y es que al borde del primer sueño, las voces ocasionales y fuera de lugar se escabullen en mi  cabeza, y me hacen sentir acompañado, como en una cirugía forzada, y yo atado de pies y manos mientras aquellos hombres de bata azul balbucean como empezar aquello que desconozco.

21 de Mayo

En la madrugada, las pesadillas logran volverse realidad, y mi estómago siente dolor y mis tripas se retuercen advirtiendo una situación desagradable. Así es como a las cuatro de la mañana pierdo el sueño y permanezco en la sala, en vela, esperando a que vuelva aquello que me han robado, mientras que mi mano izquierda está justo en la boca de mi estómago, y la derecha en el control remoto, con mis ojos uniendo mensajes encriptados al cambiar de canal, y mi boca murmurando una maldición a mi idiotez.

23 de Mayo

Soy esclavo de los impulsos, de las necesidades inútiles, del instinto desabrido, de las mujeres que no me aprecian, del sueño natural que jamas se sacia y el filosófico que en este momento no es más que una idea amorfa sin bordes ni colores. Me he privado de ser real o quizás mi personalidad es embustera, con un arsenal de máscaras para la ocasión y sin embargo, llega el momento en que ocurre lo inesperado. Entonces ninguna máscara encaja y sólo queda el espectro de mi pasado en el espejo, invitándome a volver a la oscuridad.

"Como quisiera ser real" susurra una voz en mi interior, escondida entre el remolino de parloteos, cláxones y ruidos repetitivos y sin dirección al que llaman música, mientras los pies de jóvenes y viejos marcan el ritmo con deficiencia y una pasión comparable como la de un niño que al ver un super héroe en la TV, decide saltar del tejado. Y la caída también genera un ruido, y llegan las ambulancias y la madre suelta en llanto todos los arrepentimientos que hace unos minutos ni sabía que sentía. El ruido desborda y entonces antes de llegar al hospital, el niño muere. Un día después llega el funeral y entonces... silencio... "Como quisiera ser real"..."Como quisiera volver a vivir".

viernes, 20 de mayo de 2016

Río.

¿Porqué siempre llueve sobre mí un río, deseo y frenesí?
es el Amazonas que desemboca justo aquí;
el agua es oscura y carmesí, de peces hambrientos hay dos mil,
los contemplo fallar de mi quimera consumir.

Ahora en el cielo una aurora boreal me pide cantar,
los cientos de anhelos decantan al mar, desahucian al tiempo.

Vuelvo del infierno y me entrego a la soledad,
ahogo el recuerdo con boca y humanidad.

Este cauce nauseabundo donde se cola mi mundo,
el entierro más sincero de mis faltas desde enero hasta ahora...
se va quebrando, erosionando y desborda.

¿Porque la Luna me pone así? A su forma rotunda soy débil,
me ahogo fugaz en la trampa mortal del gemir.

Me hallo en movimiento sobre una balsa con rumbo al desierto;
quizás en Gaobi consiga olvidar tu húmedo beso.

Vuelvo del infierno y me entrego a la soledad,
ahogo el recuerdo con boca y humanidad.

Es el medio necesario para olvidar tus pasos,
hoy mi carne esta temblando, necesita de su dosis diaria.

Este cauce nauseabundo donde se cola mi mundo
el entierro más sincero de mis faltas desde enero hasta ahora...
se va quebrando, erosionando y desborda.




Viento entre las hojas

Alguien se oculta,
una sombra te abraza;
dulce alma sin sueño
libera mi mente,
hazme viento entre las hojas,
que tu silueta penumbra
funda el cuerpo sin dama
 a aquel incierto velo
con llagas y dientes
que desde el cielo se asoma.

Oh bella locura
entiérrame tus garras,
y consúmeme en tu cieno;
no me dejes caer
al destino de las gotas
que van desde la Luna
hasta el canal de la Mancha.
 Abrígame en invierno
libérame de él,
despréndeme la ropa.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Ensayo 22

17 de Mayo

There's someone in my head, but it's not me" cantaba David Gilmour en la radio del camión rumbo al trabajo, como susurrando a mi oído, como si se tratase de la misma voz ajena a la que refiere, rompiendo la cuarta pared entre su pasado y mi cabeza. ¿Será acaso una llamada de atención o una invitación a una bella locura?

"I'll see you on the dark side of the moon"

La parada llega rápida y la música se aleja, pero los versos se mantienen en forma de murmuro y tarareo. 

Recién pasa un par de horas detrás del escritorio y el guardia me hace una seña y gesticula, pero mi cabeza parece no estar ahí y el sonido se pierde en el ruido de mis pensamientos. Después de despabilar segundos más tarde, entiendo que alguien ha venido a preguntar por mí. Si bien no parece nada fuera de lo común, jamás había recibido una visita, o siquiera lo hubiera contemplado posible. Se trata de Alfredo, ha olvidado las llaves del departamento y necesita las mías, lo cual no es necesariamente decepcionante. Saqué un par de cigarrillos y le invité a alargar mi pequeño descanso. Me mencionaba que iría a casa de una compañera de la universidad, a la que recientemente empezaba a observar con un peligroso afecto, pues desde mi perspectiva, era una mujer libre para los hombres y esclava de sus rencores. Bien Alfredo había comentado anteriormente que habían comenzado como una amistad con "privilegios", ella mantenía ese tipo de relaciones con otro sujeto, pero él se escudaba diciendo no tener inconveniente alguno con la situación. El problema es que no sabe mantener la distancia, es de esos hombres que hacen el amor con cariño y pasión y casi olvidándose del instinto, que no pueden ser indiferentes con los demás, que alegan buscar sexo y esculcan por sentimiento. Lo sé porque yo también soy ese tipo de hombres.

 19 de Mayo

Hoy es el día que debo dar informes de mi servicio a la universidad. Aun así, eso no me ha exentado de asistir a trabajar ocho horas y la diferencia de tiempo no hace notar más que en la cantidad de cigarrillos que necesito para sobrellevarlo; más el camino a casa se siente tan tranquilo, una penumbra que acecha con devorar a las pequeñas almas ignorantes y estando yo consciente de ello, en lugar de sentir algún índole de miedo, desprendo una sonrisa que a la vista de los demás no expresaría otra cosa que demencia, la más sincera que haya podido concebir, pues de la locura uno es incapaz de fingir emociones. El camino está en penumbra, con una solitaria luz a cien metros de donde me encuentro, veo sombras y escucho chirridos y graznidos, mis propios pies, mi respiración. Pero al llegar a casa desaparece toda presencia de oscuridad: Alfredo ha hecho una modesta reunión y entre cerveza y ágape, las risas convergen y la tensión desaparece, dejando sólo los cuerpos cansados a la mañana siguiente, como la peor de las medicinas. También una de las más deliciosas.

martes, 17 de mayo de 2016

Ensayo 21

14 de Mayo

El pequeño viaje terminó. He sobrevivido a ese nicho del infierno nuevamente, y se mantiene un sabor agradable en la boca, bellos sabores gastronómicos, amistades disfrutadas, historias de antaño en familia, también los que faltaron por ver y esa sensación de ser niño nuevamente, como nunca fui. La gran ciudad me recibe con una mañana fresca, con un cigarrillo fuera del aeropuerto, con una banca de piedra en lo que me digno a pedir un taxi, y el cielo nuevamente se tiñe de un gris enfermo pero cercano a mí. El taxi viene  y me limito a mirar por la ventana a la carretera sin fin que se apoderó de las pequeñas planicies ocultas entre la sierra, y la sierra a la lejanía un poco neblinosa, va apagando sus luces llenas de pobreza, pero así también de belleza.

Llegar y ver el departamento un tanto más sucio, una alacena vacía, una pila de platos de hace ya varios días. Bienvenido a casa. El mejor obsequio es mi cama que había dejado tendida, y así hasta las cinco de la tarde me entregué a su cálido manto. Hoy por fin será mi descanso, que de la semana me he jactado de hasta las horas de sueño para conseguir risas compartidas.

15 de Mayo

"Buen día y felicidad al futuro maestro" al menos me gustaría pensar. Suena posible, pero cada vez me acerco más a ese sendero de decisiones, estudiar una maestría en el extranjero, trabajar en la industria (cualquier industria, me trae sin cuidado como morir de a poco), o tomar el papel de docente y entregarme a una vida de pequeñas desesperaciones a las que he de llamar alumnos. Todo suena tan tentador en la carta.

Día de limpieza y de hacer despensa. Era inevitable, pero al menos Alfredo me acompaña. Es increíble la escasez de alimentos en la casa, que en plena desesperación nos ha llevado a llenar absurdamente el refrigerador. Evidentemente, nadie se queja al respecto. Así es como me despido de las vacaciones tan agradables como efímeras.

16 de Mayo

¡Bienvenido a la cotidianidad! En esta ocasión traemos una oferta especial  de horarios para olvidarse del tedio del día a día. Para ustedes... ¡Diez horas de actividades recreativas en su área laboral preferida!

Bueno, así es esto.

Me temo que en  estas condiciones pueda adelgazar más debido a los almuerzos tan ligeros que cargo, pero siendo tanto tiempo el que hay que esperar para ello, y a falta de un refrigerador no hay muchas opciones. Sin embargo no puedo quejarme, por lo menos puedo fumar... afuera. El estacionamiento tampoco está tan mal, es oscuro, húmedo y vacío, por lo que es bueno para escuchar los propios pensamientos, recordándome un poco a la bella cueva de Grenouille. Creo que a partir de hoy empezaré a usar las escaleras, pues pasar tanto tiempo en una silla, si bien cómodo, termina trayendo repercusiones al cuerpo. Mi padre, que ha trabajado un taxi durante los últimos tres años, me ha contado de sus experiencias al respecto, y me niego a romperme el culo de gratis. Así mejor caminar, quizás y pueda bajarme una parada antes, quizás me gane la pereza y siga tomando el elevador. 

Llego a casa agotado, con la vista acabada y un dolor de cabeza al que espero me acostumbre con el paso de los días. Alfredo llegó dos horas después, mencionando que Miriana estuvo en la tarde, y eso me hizo añorar todas esas horas que no han pasado, más lo harán lejos de ella, de mis amigos, de cualquier vestigio de vida social que alegase tener. Será un par de meses desgarradores para lo interpersonal y una delicia para lo intrapersonal.

lunes, 16 de mayo de 2016

Aeropuerto # 3

En el borde entre lo lírico y lo vulgar te encuentras hoy amigo, hablando de pesos que cargar, de prioridades, de exquisitos sabores resilientes, de sufrimientos falsos y forzados. Y entre reproches a la vida y silencios desagradables, una lagrima pasa desapercibida entre el humo, y una bomba cae sobre el Hiroshima de tus ojos.

¿Que ha sido del niño mentiroso y ocupado en sus planes de papel?

¿Es acaso tan terrible haber descubierto la soledad en compañía?

Te vistes de valor ya que la derrota es incontrariable a tus adentros, e incluso has conspirado en tu contra a fin de no merecer un final feliz; le sonríes al ganador y en tus excesos le ofreces un obsequio de manera insistente, como trofeo de tu completa derrota y de una dudosa dignidad. Aquel hombre está lejos de ser mejor que tú, pero tus ojos has cegado de oportunidades, como si anhelaras más el sufrimiento que el idiota escritor. Tu voluntad flaquea y de a poco te derrumbas. No puedo culparte de todo, el alcohol no ha sido el mejor consejero, el tabaco ha hecho estragos en tu mente y tus amigos más cercanos no son más que una muchedumbre de egocéntricos disfrazados con el desahucio, y por supuesto que yo voy entre esos hombres de tan baja calumnia, pues si hoy me doy el privilegio de recordarte, es por no despedirte de mí.

Ensayo 20

9 de Mayo

Hoy he visto a Laura. Siempre tan despreocupada del mundo, tan relajada que un quiropráctico no hallaría motivo de cobrarle algún servicio, y sin embargo, me he encargado cuidadosamente de verificar que no tuviera un nudo en su espalda, un dolor en su pecho, o simplemente un instante de preocupación frente a mí. Soy débil ante el instinto de la carne, pero antes muerto que rendirme a la soledad, pues de un sufrimiento tan tenaz como el que generasen mis pensamientos no escaparía ni con la pluma ni con la daga, y solo el jinete negro vendría por mí en el rincón de mis delirios.

¿Quién ha de quejarse de los arrumacos, de las muestras de cariño, del éxtasis gratuito de un corazón que puede olvidar todo menos a abrirse?

Hemos salido a comer poco después, pues cuando el corazón late, el metabolismo se acelera, y de un momento a otro, el estomago amenaza con digerirse a sí mismo. Una conversación simple es el obsequio de Laura cada día que es posible llamar, que es inevitable mirarse; y si bien no es algo para llenarse, es algo que me ha mantenido con vida últimamente.

Esta noche mi cama huele a ella.

11 de Mayo

Si bien el diez de Mayo es el día de las madres, el once fue como un día del padre adelantado. Mi padre ha vuelto a pintarse el cabello, quiero pensar que es porque vuelve a preocuparle su apariencia. No solo eso, sino que comenta darse vueltas por las ciudad a velocidad de pasos, cenar más saludable, lo cual es una gran mejoría para alguien que se la pasaba durmiendo cada fin de semana y cenaba en algún puesto cercano a la colonia. Su actitud también ha cambiado, mejorado si me es permitido opinar; habla como un viejo, de anécdotas y amigos que murieron en guerras que nadie puede recordar, pues no fueron lo suficiente para libros de historia. Habla de conquistas y fracasos, de mujeres bellas, las cuales recalca haber conocido antes de conocer a mi madre. Me resulta un poco inocente que a estas alturas él quiera ocultar algo, años han pasado desde su separación y si pecó de mujeriego o no me trae sin cuidado. 

Después de tantos errores que pudo haber cometido en su vida, es mi padre y más aun, alguien con bondad escondida. Hablamos de música, del trabajo con el abuelo, de como aprendió a conducir, de cualquier cosa pasada que con el tiempo va perdiendo lo amargo y solo deja un buen sabor en la boca, de libros, de tener un trabajo que te guste y en esto último, me he reído irónicamente para mis adentros.

12 de Mayo

He aprovechado la escasez de mi tiempo para presentar a Laura y Carlos. Sin embargo, no contaba con el hecho en que ambos resultan personas muy cerradas, y que bien yo no soy el experto en socializar. Terminé en medio de dos conversaciones completamente diferentes y de silencios que trataba de romper sin un resultado duradero. Al final, no he conseguido más que una opinión general al respecto de cada uno, que al menos suena positiva. Carlos se fue rápido por otros compromisos y Laura se ha quedado en mi habitación, esperando a irse con el Sol. Para mi fortuna que el Sol se esconde hasta las ocho de la noche en esta parte del mundo.

viernes, 6 de mayo de 2016

Ensayo 19

2 de Mayo

Llegué al departamento y topé con una bella sorpresa: Miriana. En estos últimos días le ha dado por buscar compañía en brazos ajenos a su cuerpo, su novio ha salido de viaje y en la distancia sólo han encontrado soledad y amargura. Sea cual sea la situación, no puedo ser más que un pilar de pie para ella; sacarle una sonrisa y no aprovecharme del asunto suena a lo correcto. Al fin de cuentas, no existe peor maldición que aquella de buscar los caminos fáciles en el amor. Dinero, belleza, alcohol, dolor, no necesito nada de eso para pelear una batalla por demás perdida.

He de admitir que de a poco me he ido acostumbrando al papel de amigo. Es algo agradable y sin embargo aterrador, pues me temo que aquello que sintiera se mezclase con las vulgaridades que tanto expulso con mis allegados y que amenace el día cuando olvidase que detrás de tan buena persona existió un ente que me instigaba al pecado. Recientemente he pensado que lo mejor puede ser exponerle lo que aun siento latente, sin esperar un si, sin esperar el mínimo consuelo o duda, solo manifestar aquello que, como en el papel, se acumula, se decanta y perece memorable, lejos de la memoria.

 6 de Mayo

Si bien los estudios han cesado un momento y durante diez días mi estrés ha declarado huelga, aun se mantiene la burocracia desagradable de las instituciones, atándome a obligaciones por demás absurdas y explotadoras, que han terminado por arrebatarme el tiempo, el buen humor y la voluntad de hallar un sano entretenimiento entre mis sueños. Al menos dormiré un par de horas antes de viajar a casa...

7 de Mayo

Películas, indigestión, charlas sin propósito, y ya en la cama, se asoma por la puerta una fiesta que termina inevitablemente por dejarme toda la noche sin dormir, a mi que no fui agraciado con el don de saltarse el sueño, a mí que alardeo de dormir diez horas, ahora me veo en una situación complicada. 

En el viaje a casa he encontrado un viejo amigo. Emilio es una persona como pocas, de gran impresión y pocas exigencias para el mundo, de súbitos deseos y enardecidas energías para llevarlo a cabo, alguien tan completo estando solo, y sin embargo, un niño todavía a mis ojos. Aquel joven de 1.83m alguna vez fue un enclenque parlanchín y uno de mis mejores amigos, que si bien no ha dejado de ser lo último, hay que admitir que la distancia hace imposible defender tal postura. Ahora estudia ciencias políticas, se dedica en sus tiempos libres a su banda de sonidos que aun no me decido a comprender, se mantiene en condición de maneras que para mí serían insoportables; desea entrar al gobierno, espera crear un cambio significativo en un mundo por demás perdido. Ha cambiado y pienso que para bien, quizás pueda verlo un día de estos como el líder de un gran numero de mentecatos.

Por fin, toqué nuevamente el suelo donde comencé mis andadas, vi a mi familia y entre delirios por la somnolencia, he comido delicias de mi tierra y he reído con charlas sin sentido, que a diferencia de las usuales, carecen de ese léxico blasfemo e inapropiado. No podían faltar los comentarios de cuanto he cambiado, de que tan delgado estoy, pero curiosamente nadie hace énfasis en aquellas ojeras que asemejan un antifaz en mi rostro, quizás prueba de que nadie presta verdadera importancia al bienestar de uno. Así y por más tiempo del que podía mantenerme en pie, logré llegar a casa y desmayarme un par de horas sobre mi antigua cama, deseando que nadie interrumpiese aquel íntimo encuentro...

8 de Mayo

Y como si hubiera escupido un mal presagio entre mis palabras, la mañana llego muy rápido con el hambre de mi hermano, con un televisor suficientemente alto y con un calor apenas tolerable para cualquier ser vivo no bacteriano. Es cierto, estoy en la ciudad de las brasas, el punto más cercano al Sol, el infierno en la Tierra. Exagero, pero algo de cierto habrá en mis palabras. De unos años hacia hoy, los cuarenta grados durante primavera son de lo más común, creando en los nativos una especie de adaptación basada en traer el sudor frío y la sangre caliente y en su búsqueda por acabar con el calor, en lugar de cesar la tala de árboles, han optado por asesinar el calor de los cuerpos. Es más fácil destruir que crear supongo, y es por eso que la ingeniería es tan demandada, al menos en comparación con la tremenda saturación de administradores para negocios que están al punto de quiebre.

El desayuno me fue preparado, lo cual es un obsequio tras el proceso de independencia al que me enfrenté el último año. Un refrigerador lleno, una alacena repleta de especias, galletas y comida por demás funcional, hace que extrañe cada vez menos aquel departamento churretoso.

Apenas terminado el desayuno, mi madre llegó de su viaje. Mi padrastro ha estado trabajando fuera del estado desde un buen tiempo, pero sus días libres se han visto acostados a solo dos por cada tres semanas. Un sistema terrible para alguien que buscaba estar lo más cerca posible de la mujer que ama. Aun así, ella se da sus escapadas de fin de semana para verle, a expensas de que sus hijos son lo suficientemente viejos para no morir de hambre. Su llegada ha sido bien recibida, y en lugar de un merecido descanso de cualquier viaje, ha optado por salir por un helado, ir a un centro comercial, considerando quizás que mi estancia aquí sera muy breve como para perder el tiempo en trivialidades como el descanso.