miércoles, 30 de abril de 2014

Conejita.

Eres mi pequeña conejita,
como una hija para mí;
tus pies no traen suertecita,
sino alegrías de vivir.

Y a veces te lastiman,
y te enfermas, y sufrís;
pero aquí estoy a cuidarte,
pronto volverás a sonreír.


Eres mi pequeña conejita,
un sueño en que viví;
seras una estrellita
que siempre invitare a salir

Dejame hacerme una bolita.
que sirva de cobija a ti;
tus males se marchitan,
brinca hacia la lluvia gris.

lunes, 28 de abril de 2014

El cielo no existe.

Me han dicho que el cielo no existe,
es un mito de cuerpos intangibles;
un espacio que no tiene lugar entre las nubes
y el Sol su videncia nunca admite.

Su color no es azul ni grises,
porque ese color es el reflejo de los mares,
y cuando el Sol se va, así también los colores,
pero lo que no existe no puede marcharse.


Me he creído que el cielo existe,
al menos como metáfora risible,
como eso que alguna vez no tuve,
aquello que a mis ojos aun cautive.

Me parece le he visto escabullirse
entre las paginas de idiotas y haraganes,
a veces cerca de los aviones,
pero jamas cerca de abrazarle.

Y tu eres mi cielo intangible,
eres mi Luna distante.
mi cariño decente,
mi futuro danzante.

domingo, 27 de abril de 2014

Dos caras, un acuerdo.

Sé tanto de mí como cualquier otro; mi vida privada es tan publica, que estoy pensando en hacer una autobiografía no autorizada para aquellos mas distantes de donde mis pies han tocado. Pero en fragmentos la historia se divide y se nombran dos perspectivas de ver el vaso, una medio llena de alcohol embriagante y dichas, y otra llena de dudas y fluidos amargos.

A veces un destello de alegría,
a veces una vuelta a la depresión;
puede ser una espera para la dicha
y otras veces el camino está astillado.

Algunas veces un sabor nuevo por probar,
y otras veces un gusto que se da por desechado;
a veces me da por pensar que te puedo amar
y de repente pienso que no podría rechazarlo.

Duermo en tu recuerdo de sonrisas,
sueño en las tinieblas de tu silencio,
me levanto buscando un buen día,
mas jamás encuentro el hasta luego.

Deambulan mis dudas sobre tu verdad
y se sacian y vacían con solo un predicado;
me engaño con lo que quiero escuchar
y me desengaño con un final tanto amargo.

Me uno a tus planes si no invitas
y me cuesta seguir aquello acordado,
pero me encantas el rumbo de la vida
y eso jamás podría negarlo.





viernes, 25 de abril de 2014

Panorama.

Mira bien y dime que ves;
una complacencia, una sonrisa,
sueños con señales de vejez,
un hastio y un cerdo que se excita.

Hombres esperando que les des
una noche mejor a una revista,
varios caminos sin tv´s
que te muestren dulces despedidas.

Un enfermo que debes ver,
una sala de espera sin lista,
una cita retrasada en la tez,
de los amantes que aun te estiman.


Una prueba de que exististe alguna vez,
un legado de cariño y no malicia,
un amor que nace en descuidos, y ves
que no estas tan sola en tu decidia.

Sueñas lo que aun no puedes ver,
y escondes tu tierna lenceria;
la cama puede ser tan grande a veces,
cuando no estas para compartirla.

lunes, 21 de abril de 2014

El astronauta.

Si... había estado un par de veces allá arriba. Solía dar mantenimiento a satélites de observación terrestre, pero mas que querer mirar la Tierra, me encantaba explorar la inmensidad oscura que me rodeaba. A veces jugaba a hacerme amigo de algún astro pasajero, o me dejaba libre un momento en la nada. Una vez casi me cuesta la vida ese pequeño chiste, pero terminé riendo mas de la cuenta, así que jamás hubo de que arrepentirse.


No recuerdo con exactitud si fue la primera vez que estuve ahí, pero ya había hojeado alguna vez a la Luna. Vista desde el espacio, uno pensaría que se vería mucho mejor, pero su belleza no cambia en realidad. Mas aun, muchas veces no es posible verla, ya que los trabajos de mantenimiento suelen hacerse de día para comodidad del astronauta. Aun así, empecé a hallar excusas para trabajar de noche. Estando allá, uno encuentra tantas cosas curiosas y a veces difícil de creer existentes, pero no podía quitar los ojos de la Luna. 

Comencé a notar sus distintas expresiones de acuerdo a su posición con el Sol. Empezaba con una bella sonrisa iluminada, pero cambiaba a una boca entre abierta que se reía, aunque jamás he sabido de que. Después se tornaba mas redonda, pero en cierto modo triste, pues se notaba un vacío en su contorno. Esas noches a veces me ponía melancólico, y trataba de hallar la manera de contentarla, pero terminaba frustrado por no poder acercarmele debido al trabajo. Finalmente, se mostraba como un circulo perfecto e iluminaba mi rostro aun cuando yo no me quisiese percatar de ello. En esas noches pretendía mirar a otro lado, porque pensaba que si ella ya había encontrado una felicidad, yo también podría encontrar la mía. Así que buscaba en el espacio y volteaba a la infinidad. También desde la ventana del transbordador buscaba si había alguna clase de vida inteligente capaz de amarme, pero siempre estuvo ahí la Luna. 

Cada noche.

No era que no quisiera verla, me parecía tan bella y tan publica, que no me creía capaz de importarle. La verdad es que, se mostraba bella al mundo cada noche, pero jamas nadie había estado cerca. Había quienes decían haber llegado hasta ella y alardeaban de haberla conquistado, pero realmente nunca hubo tales casos. Pero ella si ha querido, ha querido a hombres y a mujeres sin diferencia pero siempre existió esa distancia que evitaba que ella pudiese amar. Por eso ella sonríe y a veces llora. Por eso quise acercarme. 

Esa noche llegó, y tras terminar rápidamente mis obligaciones decidí acercarme a verle. En aquel momento, tenía esa sonrisa un tanto picara que tanto me agrada, pero veía la oscuridad de su cuerpo un tanto apenada. Me limite a conocerle cada cicatriz y cada relieve. Ella solía contarme la historia de cada marca en su piel y yo siempre le escuche fielmente. Hubo algunas noches, donde notaba un tono triste para con sí, donde argumentaba que con su llanto había inundado partes de la Tierra y con su distancia había secado otros pueblos. Le perseguían esos demonios continuamente, y en parte quizás me pedía que me alejase por mi bien, pero en lugar de ello, me interese en conocer sus males, pues a mi parecer, eran igual de importantes que cualquiera de sus alegrías. 

Poco a poco, me fui notando enamorado de la Luna, y decidí cortejarle con palabras dulces siempre que podía. En mis noches afortunadas, conseguía sonrojarle o sacarle una respuesta dulce de sus labios. Era en esas noches donde el sueño se me iba y comenzaba a dedicarle palabras que mas tarde pudiese cantarle. Me decidí a enamorarle de la manera mas difícil: La correcta. Así, he estado demostrandole que no existe defecto ni causa que valga a mis ojos, pues yo solo le veo a ella como un ente divino y precioso. Le muestro mis sentimientos a veces deliberadamente, pero soltando una timidez que solo ella podría hacerme sufrir, y me permito alegrarle las noches, aunque sea con la peor broma que haya oído y termine burlándose de mí. Es bueno verla reír. 

Es bueno esperar a hacerle feliz.

viernes, 18 de abril de 2014

Promesas por cumplir.

Ya tantas promesas en tan poco tiempo
y tantos planes con fechas sin poner;
correr solo cuando este lloviendo
y regalar un beso con sabor a cigarrillo.

Comidas raras y quizás algún concierto,
unas clases de baile sin torcernos el tobillo,
un masaje cuando el día este doliendo,
una noche con ropa en mi pecho y dormidos.


Un hogar lejos con aroma costero,
un ejercito de adorables al roer,
una salida para conocer a los suegros,
pero antes un café me hace falta por cumplido.

Viajar y aun vernos desde lejos,
probar la piel y tratar de no morder,
encontrar un libro sobe Ernesto
y enmendar aquello que jamas debí haber dicho.

Compras para dejarme sin aliento,
algún crimen por si fallamos en el objetivo,
compartir el hilo de un sueño
y recordar lo que pasó para un día vivirlo.

Una historia cuento en el incierto,
aquello que espero un día haber tenido;
una lista de próximo eventos,
o tan solo una derivación en el camino.





martes, 15 de abril de 2014

Recuerdo de cristal.

Año tras año, vivimos en una esfera de cristal.
Limitados a un muro invisible, pero frágil,
el cual se empolva en la estantería de la paz
porque nadie quiere comprar un recuerdo triste.

Lo limpian superficialmente la ética y la moral,
pero en flujo de ideas se pudre poco a poco,
levantando las acciones sin peso cual nieve,
dejando caerse cual estrepitoso fundamento.



Agitamos esta vida para sentir felicidad,
mas no existe algo así sin que intervenga la razón;
la razón me temo lleva un tiempo ya enterrada
entre los escombros de las acciones sin excesos.

Y aun nos preguntamos porque nadie nos comprará,
nos mira con deseo o nos explora con sus ojos,
somos un recuerdo en temporada desfasada
con muñecos de aspecto vago y veraniego.


lunes, 14 de abril de 2014

Luna roja.

Me ha tocado dar pasos largos
 y siempre con direcciones diferentes,
pero jamas son caminos errados,
ni sueños repartidos adyacentes.

He visto a la Luna sonrojarse
con propio merito complaciente,
la noche antes que se dejase
ser vista por la multitud de gente.

Añoro sus cráteres besarle
y sus ríos llenar con disolventes
en parte agua y calor en parte
llenarle algún día que sea impaciente.
 

Caminé mas que algunos desterrados
 y visite mas muertos que tumbas durmientes;
maté mas oportunidades de haber amado
de las que pudimos haber superado en un desvele.

Y aun con todo el ruido ya creado,
me hace falta una canción con descendientes;
sin sangre que una nuestras manos,
con versos que aflojen nuestros dientes.

jueves, 10 de abril de 2014

El lobo y la Luna.

Ultimamente la Luna se ve tan lejana,
pero mas raro aun es que mire a la Luna;
le busco desde lo recóndito de mi ventana
y si no, le buscó en salidas diurnas.

Todo comenzó por oír a aquella extraña,
que me hizo salir como lobo que busca
el brillo de astros con piel y voz pálida,
que cuando canta, escucha quien aulla.

Me encariñé entonces con su voz encantada
y la sonrisa que para algunos asusta,
sus mentiras que solo a ella engañan
y su verdad sin ninguna atadura.

Comencé a entrevistarle cada mañana,
y ella contestaba a mis absurdas preguntas;
aun me saluda cuando apenas se marcha,
pero rara vez le despido dulzura.

Con el tiempo le sentí enamorada,
o quizás no quería admitir que me gusta;
por destino pueden ser ambas
y por lecciones no cruza ninguna.

Así que hoy arriesgo desvelarla
y lograr el amor del lobo por la Luna;
que aun sin jamas poder tocarla,
una leyenda se canta y perdura. 


lunes, 7 de abril de 2014

Hablando de musas...

¿Qué habrá sido de aquellas musas?
escondidas aun entre las letras de la mente
que pretenden salir bajo sucesos de una excusa,
pero jamas dejan de salir, ni dejan verles.

A veces me decido a no buscarles,
pero me ofrecen una caricia de repente,
un séquito que en mis dedos inmorales
se vuelve trampa de hacerles frente.

Se compadecen de mi mala fortuna,
pero no tienden a querer comprenderle:
han nacido como bellos entes, musas,
que solo con todo en contra favorecen.

Aun cuando ofrecen curas remediables,
mantienen la herida abierta suficiente,
como para nunca olvidar recordarles,
como para seguir admirándoles pacientes.

A veces me decido a enamorarles,
pero es cuando mi cuerpo se estremece:
cuando un no puede atezarme,
cuando un sí puede sorprenderme.




jueves, 3 de abril de 2014

Un corazón diferente

Parece que he llegado lejos,
hasta tus puertas más privadas;
aquellas que nadie deja abierto
y mucho menos de madrugada.

Pero este caso es diferente,
pues en lugar de casa es condominio;
donde entra mucha gente
e intentas atender a la manada.

Muchos te harán el feo
y otros ofrecerán también su casa,
mas para todo tienes veneno.

Caminas siempre de frente,
con la mirada siempre en alta;
joven indecisa y preciada.

 




Parecido a un sueño.

Empieza siguiendo una bicicleta que perdí de vista hace mucho tiempo, y la trama se desenvuelve con la mano de mi hermano en mi espalda, pidiendo poder acompañarme al día siguiente. Llegamos a la biblioteca y pasamos un rato de inútiles, salimos y somos reprochados por una maestra con sonrisa de despecho, mientras nosotros huimos sin saber que olvidamos la mochila para un regreso. Pasamos unos cuantos semáforos corriendo, y de vista él desaparece; al llegar al lugar me he topado con un grupo de superheroes sobre valorados. Yo soy uno de ellos y lanzo rayos sin saber dirigirles; mi hermano esta ahí riéndose del espectáculo tan deplorable y lo llevo mejor al cine. Ahí me encuentro con mis conocidos menos cercanos y decido sentarme solo en la quinta fila, pero antes de empezar la película prefiero salir a tomar aire libre. Ahí mis amigos llevan un camión amarillo en malas condiciones y me llevan argumentando una comida risible. Esperando la comida, empiezan a insultar al del cajero y somos atacados por una reyna cruel y asesina, pero por alguna razón no quiero huirle. Ahí es cuando entra usted. Me despierta una llamada inesperada, y no has sido tu. Hoy mi cama está empapada de recuentos vertiginosos de palabras que no debí usar. Entonces asomo a mi ventana y veo un pájaro que no quiere volar... y cuando asomo veo que lejos esta, en el pasado...

martes, 1 de abril de 2014

La noche que la Luna no salió.

En un giro irónico el viento hoy cedió,
el Sol brilló sin fuerza e intermitente,
puesto a que la Luna no apareció
y trabajó un doble turno que convalece.

El héroe ha perdido de vista su castillo
y sus pies no quieren responderle,
fatigados de seguir un camino
lleno de flores, luces, y mares perecientes.


 Pasó tantas noches añorando el ocaso,
y el nuevo resplandor del día siguiente,
pero el Sol a su deseo no hizo caso
y su luz desgastó más que peligrosamente.

En un hilo poético sus ojos ya no cerró,
pues no quería volver a soñar perderle,
y en insomnios y locura alucinó
que ella jamas soñó con entenderle.

Y sus uñas torcieron y crecieron un anillo
que rodease el dedo del desfalleciente,
y se inventó casado con el destino
y la soledad que le deparaba consiguiente.

Olvidó que era lo sagrado y el pecado,
y vivió como un animal inexistente
alimentado de la muerte del ente dorado,
que ya no yacería mas sobre su frente.

Un día, la luna otra vez para él salió,
y el viento tocó sus mejillas para humedecerle;
el por fin cerró los ojos,
y volvió a soñar con quererle.