domingo, 16 de febrero de 2014

Lagrimas calientes.


Me parece que mis días han cambiado
y el sabor es cada vez menos fuerte,
también son menores las raciones
que me brinda la vida de esconderme.

Jamas he sentido más la realidad
de lo que me han tenido permitido;
son tan pocas las emociones
a las que tengo derecho componerles.

Me siento cómodo enjaulado,
mas no por eso yo soy libre;
hay tan pocas variaciones
entre la desidia y  pronta muerte.


Mi tiempo ya no es de calidad,
ni tampoco un numero positivo;
es el barco de pensiones
el que al fin me ve carente.

Y de mi carencia se ha aprovechado,
y se ha puesto a bañar mi mente;
de vez que tengo dicciones
pero lo ignoro en voz sonriente.

Ahora disfruto mi sanidad
y de la vida que me ha querido;
aunque aun siento nociones
de llorar lagrimas calientes.

viernes, 7 de febrero de 2014

Instintos de ironía.

Me he equivocado de animal al nacer,
pues duermo tanto como un koala,
y me levanto apenas para comer
consciente apenas de mis pies.

Quizás un gato pude también ser,
por esperar todo en jornada
sin una garra aún mover;
por maullar y saber de algo querer.

También pienso en oveja ser,
por traer un gran saco de lana
y de gripa nunca mas padecer;
al mundo de los sueños emprender.


Pero humano ha tocado esta vez;
con instintos de ironía desvelada,
sin encanto tierno a obedecer,
con sueño, pero no para dormir.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Fruto no tan prohibido.

De un sueño he sacado un árbol,
y pronto en bosque se ha convertido.
Ahí crecieron los frutos mas  raros
que pude yo querer conocido.

No existía un árbol tan alto
para alejarse de la escalera mas larga;
no había fruto refinado
para el hombre mas pobre vivido.

Yo estaba a la sombra de un manzano,
aunque no me gustan nada las manzanas;
pretendía esperar hubiese madurado,
y a mis pies cayera sin conflicto.

De pronto, me vi completamente rodeado
de gente anhelando mi misma rama,
y dispuestos estaban a  robarlo
eso que yo esperaba desmedido.

Y poco a poco fui pensando
que aun si perdiera esa manzana,
si una escalera tuviera en mis manos
me daría sin fin de frutos finos.


¿Porqué sigo esperando?