miércoles, 31 de octubre de 2012

Hablar por hablar.

La gente podría pasar a mi lado,
podría sentir las palabras que desbordo,
la idiotez del hilo andando,
entre los labios que yo despojo.

Podrían quejarse del desencanto
de las expresiones que hoy evoco,
tan insolente y descuidado
al conocer de unos nuevos ojos.

Algunos respeto alardearon,
e intolerante se volvió el entorno,
que al final respeto les ha faltado
a la palabra inculta de los otros.


Y sin embargo asi es como hablo,
por rebajarme al son asqueroso
de la sociedad que va degradando
la buena gramatica y propósito.

Y sin embargo asi es que sobrepaso
a los incultos e ignorantes desalmados,
que si bien buenos criticando,
en sus meros actos quedan cortos.

No se trata de hablar siempre educado,
sino mas bien saber el momento de los locos,
el de los pensadores, los ignorantes y los amados,
los sueños, las risas y el adios.

lunes, 29 de octubre de 2012

Al dejar de pensar...

 
Un como estas se ha vuelto una incognita,
pero el malestar dura lo que un destello,
un estruendo en la memoria lenta
para el contraataque del deseo.

Un deseo se ha vuelto un imposible,
pero lo posible se ve tan bello,
como sueños en noches de vela,
hechos realidad en evento.

La realidad se ha vuelto una broma,
pero la fantasia muestra un lado serio,
que por momentos me recuerda
lo triste que es en vida estar muerto.

La vida es ahora una historia
y no avanza en sus rellenos;
cada vez mas el final nos lleva,
a una perdida de respiros y de tiempo. 

martes, 23 de octubre de 2012

¿Una sonrisa?

Una sonrisa me pidieron dar a luz,
pero de mi rostro estéril nada salió,
una mueca retorcida y triste,
similar a un final atroz.


Así que busque a quien amase al triste,
quien quisiera las lágrimas secas de un adiós;
el acertijo de la esfinge,
que algún día Edipo descifro.

Pero nadie acepta esos rechistes,
actos indómitos a la simple razón;
que una sonrisa sobreviene,
ante la desgracia que traigo yo.

Así que busque de alegría vestirme,
quien fuera sastre de mi frío corazón,
en los fríos y helados cines,
en las camas hechas para dos.

Pero nadie mas por frío viste,
sino mas bien por la bella decoración;
que la belleza les conviene,
mas que la pureza de  la intención.


Así que busque feliz solo sentirme,
y generar mi propio fuego y calor;
la compañía que me previene,
de la locura del pescador.

Pero la razón en mi no resiste,
mis palabras y falsa contradicción;
mala compañía que me atiene,
a alguien pedir su compasión.

Así que la locura que insiste,
decidí escuchar con atención;
su argumento no se entiende,
pero no le hace falta explicación.

 Al final reí en el chiste,
que la carpa de mi vida volvió,
y al lanzar al hombre bala y muere,
bajando de golpe nuestro telón.


Así que busque la muerte,
que ella atiende siempre al perdedor,
esperando a alguien me lleve
de la mano fría que tengo yo.

Pero rechazo mi oferta la muerte,
que la parca alivios no me dio,
porque la muerte es algo leve,
con la no vida que llevo a relación.

Así, busque al rebelde,
el ángel rojo y desertor;
rey del dolor que sangre bebe,
por regocijo de la atentación.

Pero tenía muy poco que ofrecerle,
que lastima de mí sintió,
y me regaló aquellos lentes,
que me llevaron a la decepción.


Así,  busque a Dios verle,
en la sala de espera estuve yo,
y al llegar a su puerta fuerte,
me doblegué a la resignación.

Pero Dios me dejó verle,
y en mi valor el si creyó,
me dio esperanzas endebles,
pero llenas de fe y corazón.

 Así que volví en el presente,
donde apenas todo comenzó
 y al pedirme reír inerte,
mande a la mierda a ese cabrón.



lunes, 22 de octubre de 2012

Tristes finales.



Si, soy el punto olvidado de la historia,
el poema vacío sin las letras de amor,
el climax de un relato que nunca vendí,
por temor al rechazo critico en la memoria.

En mis manos la sangre no circula ahora,
están ausentes de la presencia de un calor,
procedente de cualquier fuente desde que morí,
tras el reposo del encanto de las victorias.

Me han visto la cara  el velo de la novia,
me han abandonado en el altar de la razón,
por eso ahora en la locura fue que huí.
que ya no queda calor, ni alas cantoras.

A mi cuerpo llegan quejidos y calumnias,
las inhalo y me lleno de cancer en canción,
pero al momento del exhalo solo aire,
y todo lo demás llenando la cuenca de mi corazón.


Hoy se cierra un libro sobre escorias,
mañana empezare uno nuevo en depresión,
entrará en un climax que resulte agradable,
mas espero cambiar el final a uno mejor.

Mis lectores están hartos de tristes finales.

miércoles, 17 de octubre de 2012

La leyenda.

He conocido dos cosas impredecibles en este mundo: Las mujeres y el amor. Las primeras por confusas en sus pensamientos; siempre creen ser claras y objetivas en ellos, pero la verdad es que ni ella es tan seguras de lo que pasa por su cabeza al momento de tratar de demostrarlos. Es en esos momentos cuando un "te quiero" puede significar un "me desagradas" o un "te odio" se convierte en un "gracias por estar conmigo". 

Paradojas inverosímiles de la creación, que nos cubren de confusión a los pobres hombres, hipnotizados por sus bellos dotes, cual canto de sirena para los marineros mas desventurados, en las aguas turbias de los mares sin nombre. Curiosamente esta fuerza intangible que los arrastra es la segunda cosa impredecible a mencionar. El amor, porque un hombre puede estar detrás de cientos de mujeres durante su vida, pero llegar a amar, solo ocurre un puñado de veces, si es que la vida lo permite. El amor es una fuerza intangible que nos enreda, tanto a hombres como mujeres por igual, haciéndonos dependientes de la alegría de una persona. Esto no sonaría tan mal, de no ser porque el amor es ciego y sordo; no recibe explicaciones de nadie, aunque si muchos reclamos, y nos puede llevar al mejor de los comienzos o al peor de los finales. Esa es la suerte de los que tentamos al corazón, y los que no... que lastima por ese amor que jamas nació. 

Y a pesar de que el amor puede golpear al hombre y a la mujer por igual, el destino azaroso masculino resulta mas increíble, puesto que no solo lidia con el amor, sino también con las féminas ocurrentes y demenciales con las cual se cruzan en sus caminos. Es así como cada día existen mas hombres confundidos, que al final deciden hacer caso omiso a sus sentimientos y emociones, y optar por prestar atención al mero instinto de la depravación y el engaño. Mas predecible, menos comprometedor.

Aún así, de vez en cuando surgen algunos hombres amantes del azar, y que buscan llenarse de estos aires secos o tormentosos al instante, puesto que son buenos apreciando los cambios del clima. Cada vez hay menos de estos hombres, porque las tormentas los despedazan antes de terminar de formar la sonrisa en su rostro; pero quizás con un poco de motivación de leyendas vivientes, el hombre vuelva a atreverse a tentar a la tentación misma del firmamento. 


Así que, hoy vengo a querer ser leyenda, o solo un punto mas en la historia que nadie leerá. Mas vale tener suerte.

domingo, 14 de octubre de 2012

El brillo de la euforia.


¡Que terrible armonía me invade!
 y saca a pulsos el ardor interno y mis pesares;
cada uno va tentando mis deseos profanos
de expandir los campos de placer indecente.

Ese hedonismo increíble por no acabarse,
en los desastres admirables por implacables;
es aquí donde el olvido se redacta encanto
de los lirios y terror de los impecable.

Muerte en los intentos de vida desgastados,
vida en la muerte de ser inquebrantable;
con la moral en alto, de frente a girasoles,
ardiendo inútil en lo inefable.

Me ha tomado dos caídas el decanto,
el desborde ocasional de sentimientos,
que si bien no amables, incandescentes,
y por tanto cálidos para mi mente.

Son los pasos erróneos en el intento,
y el intento en vano del fracaso,
que al creer  de haberme caído,
descartase todo mi vino y mi sangre.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Un cabello en un libro.


He contemplado tanto tiempo las estrellas,
que casi he olvidado la razón de este mundo.

Me he traído los cielos de Minerva
por no perder el brillo de este rumbo.


Me he jugado la vida entre cuerdas,
sobre jalones y desastres misfortunios.

El rojo conmemora mis bellezas,
para olvidados derivados del futuro.

Un cabello cae, el día se enfrenta,
la decaida general para los mudos.

Me he aprendido todas las carreras, 
mas no veo como llegar a mi preludio.



Los libros indecentes no se cierran,
cuando se canta la fe del moribundo.

Hoy tu libro al fin se sella,
mas se ha abierto el libro del futuro.


sábado, 6 de octubre de 2012

Cuando toco sus dedos...


Jamás perderás las cargas;
los pecados que arrastras fraudulento,
por caso omiso a los actos que han dejado
los pasos de tu mal en evento.

 Estas aquí desesperada,
esperando el karma muestre respeto,
a tus lineas de novelista abandonado,
una mentira sin parentesco.

Se que has probado frutas amargas,
podridas por el mal enfriamiento;
que las sabanas no han calentado,
al cuerpo cubierto de hielo.

Has perdido el toque de la hadas,

el climax y delirio del arte del viento;
absurdos en lugar se han plasmado,
manchando tu nombre inquieto.


Y sin embargo, no pasa nada,
este es solo un nuevo comienzo;
un mundo que aun no he deshechado,
por ofrecer un lindo cielo.

Ahora, como si no importaras,
el día es nublado y con viento,
la combinacion que siempre he amado
cuando toco sus dedos.

viernes, 5 de octubre de 2012

Expuestos.


Aún cuando he sentido los despojos de la vida,
el comienzo y el final del infinito de los sueños,
el pellizco aún dormido en perspectiva,
recuerdo el dolor del cual un día fuimos dueños.

Aún cuando he muerto en la porfía,
y he saboreado la derrota de los muertos,
caídos en batalla o en destellos de gloria,
me siento aún mas muerto y en los huesos.


Aún si aspiramos alguna vez la misma pipa,
y sueñe en decadencia habernos encontrado,
despierto estando solo y sin memoria
de los malos ratos que no cometimos.

Aún cuando no veamos la salida,
y parescamos ciegos por tuertos;
aún cuando te cuente una mentira,
la vida exige quedar expuestos.


martes, 2 de octubre de 2012

Siempre contamos el final...


Pregunta a quien le duele
el perder todo al no escuchar;
el ingrato que se retuerce,
a las orillas de la ciudad.

Eran 1000 kilómetros de muerte,
que parecían no terminar;
y con el pasar de los meses,
no parecíamos avanzar.

Sintiendo mensajes acaba la suerte,
sabían que era solo comenzar;
contar los pasos restantes,
para al fin lejos estallar.

Siempre caer fue algo decente,
tan cerca del dinero que darás;
sin dignidad ojos quebrantes,
vacían los bolsillos de los demás.

Pregunta a quien le teme
el perder sin acompañar;
los pasos erróneos que comete,
un ciego que ama divagar.