domingo, 22 de julio de 2012

Un paseo por el parque.



Tres palomas en la fuente,
tres añiles en un árbol;
cada uno va de frente,
dejando un sabor amargo.

Una nota en cada esquina,
una banda a cada hora;
la mujer asoma una ventisca,
el hombre extraña a su Carlota.

Cien personas cortas venden,
cien culturas me han rodeado;
tanto así, que hoy se pierden
los colores que he venerado.

Diez segundos son la herida,
diez puntadas al olvido;
yo tratando dar caricias,
pero ella aún busca motivos.


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