miércoles, 4 de julio de 2012

Mi generación.

Se dice que a los 18 años estamos en la primavera de la juventud, es el momento en el que las energías nunca nos limitaran para realizar todos nuestros propósitos. Que es el momento en que la fantasía y realidad de los sueños van de la mano, y por tanto, es cuando mas posibilidades tenemos de cumplirles. A la entrada de mis veinte, puedo afirmar que eso no podría ser mas lejano a la verdad. Y es que al menos mi generación no tuvo sueños, no tuvo aspiraciones, no pensó a futuro realmente. No.


 Mi generación fue espontánea, colérica, impredecible. Vivieron el día y nunca necesitaron mas para vivir. Tuvieron todo, y a la vez tuvieron nada. Por mi parte, siempre fui la oveja negra en donde sea que se me presentase; siempre quise soñar, con miedo a disfrutar el presente, porque soñaba con un mejor porvenir. No pude haber estado mas equivocado. De tanto soñar tarde en despertar, y mientras los demás disfrutaban el día, el sueño me dejó muy lejos de cumplirlo.

Al final, mi camino no fue diferente al de los demás como pude haber querido, con una excepción. La excepción de que estoy consiente de ello. Con el orgullo de saber que intenté algo diferente y que fue como vivir mi propio estilo de vida. No todo fue dormir y soñar. Hubo momentos de guerra, de libertinaje; hubo pasión y hubo peleas; hubo seguridad y duda. Pero sobre todo hubo momentos grandes. 

Porque, al final, el pasado no es lo que hiciste, no son tus logros ni fracasos; no son ni siquiera las decisiones que tomaste. El pasado compañeros, el pasado son los momentos grandes que cuentas a los demás, todas esas locuras e imprevistos que aun guardas y te acompañan siempre. Mas que un viaje, mas que el amor, inclusive mas que la autorrealización.

El pasado son las cosas que cuentas a tus amigos, a tu pareja, a tus compañeros de trabajo en una reunión social, a tus hijos. Es aquella vez que te caíste de una moto y jamas le dijiste a tus padres, es aquel día cuando entraste con tus amigos a un lugar abandonado, son las peleas absurdas que tuviste con compañeros, es aquel día que hiciste el amor en un lugar publico, o el día que por accidente le rompiste la nariz a la chica que te gustaba. El día en que entraste a un supermercado a comprar condones, velas y chocolate líquido; el día que huiste con un amigo después de un choque; la tarde en el trampolin de niños; la noche con estrellas en el balcón de adultos. Eso es el pasado. Nada mas.

Así, el pasado termina siendo la cantidad de cosas absurdas que hiciste. Eso me enseñó mi generación. A mis casi 20 años, jamás me he sentido mas vivo, pero no por realizar mis sueños, ni de alcanzar una meta. Estoy vivo por la simple gana de vivir. No necesito mas.

El presente es duro. Queremos hacer cosas como las que recordamos del pasado; pero el pasado fue largo, y no entendemos lo especial y particulares que fueron esos momentos. Pero eso no detiene nuestra ambición, y así es como debe de ser. ¿Y el futuro? El futuro solo puede ser mas increíble.


"Prefiero 5 minutos en la cima y una muerte segura, que una eternidad en la oscuridad"

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