domingo, 29 de julio de 2012

El amor nace de la vista... despues, nada.


Mas allá del deseo
y el pecado de tu cuerpo,
están esos ojos eternos,
que me han dejado siempre consternado.

Quizás es su cielo
o el reflejo de su infierno,
la naturaleza del miedo,
teoría que aun no he confirmado.

Un delineado tanto grueso
que remarca contorno bello,
es el gran secreto,
detalle de lujuria confinado.

 Alguna vez  una maravilla
y al poco rato importa un bledo;
un hombre mas muerto,
que finalmente habrás desechado.


Hoy valiente o ingenuo,
entrego mi sentimiento sincero,
que si bien suena a sueño,
se siente como un corazón amado.


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