domingo, 22 de julio de 2012

Buscando mi Sol.

  

Filosóficamente, es extraño; el hecho de que mientras mas cerca del Sol te encuentras, mas frío siente tu cuerpo. Y al comparar al Sol con el amor, las metas, los sueños, es cuando podemos darnos cuenta lo engañosa que puede ser la vida. Porque es que cuando mas centrado estas, es cuando mas perdido te sientes. Al final, al tocar las nubes, entre la bruma creada por su cuerpo, perdemos de vista nuestro Sol, y terminamos acobijando nuestros cuerpos temblorosos por el frío del cielo, y lo único que terminamos pensando es en salir de ahí. Así igual el amor, así igual las metas, que mientras mas cerca están, mas lejos les sentimos. 

Y huimos. Y volvemos a nuestro seguro suelo, pero lo mas probable es que solo queramos soñar otra vez, amar otra vez, !Volar otra vez¡  Así de simple es el hombre. Pero no siempre es así, y es que todos podemos tener un momento de razón, de viva reflexión, o tan solo locura, en el que por un instante decidimos aguantar el frío, y lograr pasar las nubes de la depresión, para al fin poder ver un Sol que promete un gran amanecer. Vayamos con lo prometido.

Hace poco yo toque las nubes. Tenía miedo, pero no huí. Seguí caminando hasta un desfiladero... Ahí perdí mis memorias, mis emociones, mis propósitos. Solo después de un ataque de ideas fue que recordé lo suficiente para saber lo que había perdido. La cantidad de tiempo que camine en círculos, la cantidad de pasos perdidos. Ahora estoy en un punto ciego de la montaña, donde no hay espacio para escalar, ni para bajarme de aquí. Donde nadie puede ver mis señales de auxilio por las mismas nubes que me han dejado allí. Pero algún día volveré a volar...


O quizás me caiga un rayo, eso de tener las nubes tan cerca puede ser peligroso.





No hay comentarios:

Publicar un comentario